Desde la tribuna somos todos cracks” decía mi amigo Tito mientras escuchaba a un hincha quejarse de la forma en que le había pegado un delantero a la pelota.
Recordé a Tito cuando leí un reportaje al último candidato a la Presidencia de la República por el Frente Amplio. Dijo que el gobierno actual es “humo permanente”, que las medidas en seguridad son para llenar el ojo, que la gente no siente la mejoría y que si hubiera sido presidente habría actuado con el sentido de justicia social que no tuvo el gobierno.
¡Qué país generoso!
Quien comenzó con el descalabro de Ancap (el que finalizó después de él Sendic) hoy da clase de lo que hay que hacer. ¿Olvida su reforma que suprimió la Gerencia General y la Gerencia Financiera de la empresa estatal? ¿No recuerda que fue el ideólogo de un endeudamiento que pasó de 250 millones de dólares cuando él llegó a 2.000 durante el gobierno de su partido? ¿Recuerda que cuando le decíamos en el Senado que la empresa iba al despeñadero él respondía que no perdía plata sino que estaba invirtiendo? Despeñadero que se evitó cuando los uruguayos tuvimos que poner 800 millones de dólares de apuro para evitar la bancarrota.
¿Recordará qué fue el principal defensor en el Parlamento de la aventura de Aratirí? ¿Qué defendía las leyes que modificaban el Código Minero a cada rato?
Cuándo dice que el Gobierno actual es humo y las medidas de seguridad son para llenar el ojo, ¿recuerda lo que sucedió en el gobierno de su partido? Cuando asumió el Frente Amplio en el Uruguay ocurrían 9.000 rapiñas por año. Cuando lo dejó, 30.000 cada año. Cuando asumió el FA ocurrían 190 homicidios. Cuando lo dejó eran 400.
El humo al que hace referencia no le debe dejar ver estas cifras. De la misma forma que desde el Ministerio del Interior no pudieron ver a Morabito cuando se fugaba caminado tranquilamente por la calle San José.
Es interesante que haga referencia a lo que él hubiera hecho en caso de ser Presidente frente a la pandemia. Dice que habría actuado con el sentido de justicia social que no tuvo el actual gobierno.
Es cierto que su partido actuó con justicia social frente a la pandemia. El problema es que la justicia social no la tuvo con los uruguayos sino con otros países. Cuando la pandemia ya había sido declarada en todo el mundo, el Frente Amplio desde el gobierno regalaba a China mascarillas y otros materiales que necesitaríamos unas semanas después . Se equivocó de orientales como destinatarios de esa justicia social. Ayudó a los de China no a los que vivimos al oriente del Río Uruguay.
De repente el sentido social al que hace referencia es el que tuvieron sus admirados gobernantes argentinos. Esos que vacunaban con la vacuna rusa Sputnik a unos pocos ciudadanos y en vacunatorios VIP a muchos amigos. Los que ordenaban cuarentenas y hacían fiestas.
¿No comparte el sentido social de que en Uruguay vayamos ya por la cuarta dosis gratuita de vacunación?
De repente su sentido social hubiera sido el que propuso su partido al pedir la cuarentena total. De esa forma quería parar la economía y prohibir a los que día a día salen a ganarse el pan que lo hagan.
Si tiene razón el Tito, desde la tribuna somos todos cracks. También dice que nunca tenemos la culpa cuando nos equivocamos. Que nuestras frustraciones y errores las canalizamos culpando a otros de lo que hacemos mal.
Sino pregúntenle a la Intendenta de Montevideo. Hace treinta años que su partido gobierna la ciudad. Cada cinco años prometen limpiarla y cada día está más sucia. Cuando la recibieron de manos del Ec. Iglesias tenía 15 millones de dólares en la caja. La endeudaron hasta más no poder. Subvencionan las murgas y el canal de televisión. La llenaron de funcionarios y ONGs amigas. Tiraron la plata en el Corredor Garzón y en el de Gral. Flores. Erraron en la altura del puente de Avda. Italia y Centenario, donde los buses de doble piso tienen problemas para pasar. El boleto lo subsidiamos los uruguayos con un impuesto al gasoil.
Frente a esa ineficiencia parece ser que la culpa de que no pueden recoger la basura ahora es de la oposición que no le vota a la Intendencia un nuevo préstamo. Los que prometieron los cisnes en el Miguelete no son culpables. No lo son los que dijeron que iban a construir una Arena en 40 millones de dólares y terminaron metiendo 120 millones. No.
Para ellos los culpables son los que los controlan y les dicen que no les van a aceptar que gasten en lo que no tienen que gastar. Que sean eficientes y piensen con sentido social en los montevideanos.
Humo. Humo es todo lo que quedó después que se patinaron 800 millones de dólares en Ancap, 150 en la Regasificadora, 100 en plantas de Portland que se pudren en containers en Paysandú, 120 en el capricho de la Arena. Humo fue el proyecto de Aratirí y su fifty-fifty. También lo fue el Puerto de Aguas Profundas en Rocha y, la frutilla de la torta, el Tren de los Pueblos Libres. Ese que inauguraron Mujica y Cristina Kirchner en Salto y que no llegó, ni una sola vez, a unir Buenos Aires y Paso de los Toros.
Si, tenía razón Tito. Desde la tribuna somos todos cracks y cuando erramos la culpa es del otro.