Uruguay en una América Latina promedialmente estancada, destaca hoy por sus instituciones libres, su democracia política, su grado de desarrollo humano, renta per capita y sistema integral de seguridad social. Lo peor corresponde a Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde las violaciones a los derechos humanos son concomitantes con las fortunas que han robado las tiranías socialistas que les rigen.

La expresión “el idiota latinoamericano” fue acuñada por pensadores liberales (Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner, Álvaro Vargas Llosa), y dio lugar a publicaciones -en 1997 y 2007- prologadas por Mario Vargas Llosa. Referían a los profetas de la llamada” izquierda” o “progresismo” o “socialismo” o “populismo” regional, prohijados por una mafia internacional responsable del zafarrancho descargado sobre los pueblos que desgobierna. Años después, tal idiota exhibe vigor renovado.

La orientación mencionada se estructura desde 1991 con prácticamente todas las organizaciones alineadas en el Foro de San Pablo, del que es parte el Frente Amplio. Se complementa con una segunda cofradía, el Grupo de Puebla de creación posterior, 2019, al que integran personas: por Uruguay son sus miembros Carolina Cosse, Fernando Pereira, Yamandú Orsi, Daniel Martínez, José Mujica, Rafael Michelini y Mónica Xavier. De estos despropósitos surgen las conclusiones que hacen públicas -entre nosotros- personas como las citadas expresando -por ejemplo- que Cuba y Venezuela, “son democracias”.

Nuestro país ha recibido actualmente una nutrida inmigración. Particularmente procedente de Cuba y Venezuela. El exilio cubano especialmente dirigido a Estados Unidos (Estado de Florida) cuando le estaba permitido, es entre nosotros grande. El cubano que puede hoy se va de su país convertido en una mazmorra, regida por la rica monarquía de la familia Castro protegida por su brutal guardia pretoriana. No hay para el pueblo ni electricidad, ni agua, ni comida, ni medicamentos. Lo de Venezuela es similar. Más de 7.000.000 de emigrantes desde la instalación del chavismo, hablan por sí mismos. María Chávez, hija del dictador fallecido, tiene -sin embargo- una fortuna reconocida de 4.000 millones de dólares, y bajo la conducción de “Nicolasito” el hijo del tirano Maduro, continuador del chavismo, de performance parecida, son los saqueadores que han vaciado las arcas de Venezuela en volúmenes inimaginables. Las pruebas de las violaciones de los derechos humanos ejecutadas en ambos casos son sobreabundantes.

Uruguay acaba de facilitar un sistema de visa flexible para la radicación de 20.000 inmigrantes en gran medida de estos orígenes. En redes y YouTube la medida se ha celebrado por numerosos espacios y programas, abocados a luchar contra la citada mafia regional. Honra a la República.

Al mismo tiempo, en otro orden, parte de lo mismo: así como ayer los idiotas en una Universidad de la República que conocimos en la década del 60 del siglo pasado colgaban en el frente de la casa central la bandera rusa, o castrista, o la del Viet-Cong, en vez de la nacional, ahora vienen de colgar la de Palestina honrando a los brutales grupos terroristas que operan internacionalmente. El vasallaje al servicio de causas execrables mantiene notoriamente una presencia irrenunciable.