Dólar, inflación y animales sueltos

Nos fuimos unos días a Buenos Aires, con esposa e hija, como para despejar un poco. A “patear” ellas, -yo no por razones obvias- y a comer. Yo sí.

Llevé dos libros: no pasé de las 150 páginas entre los dos; es que esa ciudad te atrapa: “cual una querida”. Ayuda mucho la TV, por allí circulan intrusos, indomables, intratables, mucho “ensobrado” de ayer y actuales e información abundante, no siempre creíble y contaminada de opiniones, propaganda, talenteo y payadas. Es una fiesta continua a ritmo de farándula; animales sueltos por todos lados. Viejas castas y castas nuevas y actualizadas.

Se come bien. Más “carito”; como acá, quizás un piquito menos. Breve, les cuento de uno nuevo para mi: “El Burladero”. Español, con decoración ibérica tipo cambalache, pero que pone ambiente. Con todos los mimos que gustan: 1/2 caña de cerveza y chopito de gazpacho previos, paneras subyugantes y al final si gusta un limoncello (encaja en el cambalache, debería ser un orujo). Casi todo impecable: croquetas de bacalao y de jamón crudo, suaves, crocantes y con identidad; riñones al jerez muy equilibrados, valen la pena; huevos estrellados, con un debe en las papas, y unos callos a la madrileña (fusión rioplatense) de primera; de puta madre diría . Bien la crema catalana y buenos los churros. Cerveza y refrescos. (Unos 2.200 pesos per cápita; platos abundantes).

Milei va con tropezones para la provincial del domingo 7, pensaba. El Congreso lo había hecho hocicar y en un tema como el de los discapacitados a los que no se puede “rejoder” porque sí. Además vetó un aumento para los jubilados, los otros “rejodidos”. Todo eso hace carne y se refleja en votos. No la veía bien para “el peluca”.

Pero sobre mi llegada comenzaron a viralizarse audios, chats, videos -que seguían apareciendo a mi vuelta-de Diego Spagnuolo, Director de la Agencia de Discapacidad, lanzado a destapar tarros que olían muy feo y ventilar trapos muy sucios. Amigo y abogado de Milei, uno de los más asiduos visitantes a la Casa Rosada y la Quinta de Olivos denunciando corrupción en el gobierno de “la libertad carajo”. Hablando de “coimas” entre los “inmaculados” y más aún, metiéndose en terrenos sagrados: esto es, tocándole “la cola” a Karina Milei, la Jefe. (Según Spagnuolo exigía el 3%; una “coima” interesante).

La grieta aprieta pero a la vez te da aire: todo deriva en acusaciones de “coimeros” por un lado y de “opereta” por el otro, y cada “cabeza de termo” como ellos dicen votarán como tales y los discapacitados y jubilados postergados. No mueve la vara para setiembre, no creo que haya sorpresas.

En donde sí la vara se mueve es en el campo económico. El dólar sube, los precios bajan pero más lento, el atraso cambiario crece y hubo que salir a la caza de los pesos para contener la inflación y el dólar. Los bancos fueron las víctimas y se enojaron (deben envidiar a sus colegas que operan en Uruguay, tan cómodos y seguros). Y esos no votan: si el mercado promete se quedan y cuando no, se van.

Puede que Milei y su gente, con alguna cicatriz que no tenían, pasen bien las de setiembre, pero llegar a las legislativas de octubre con la inflación y el dólar frenados a la fuerza, más los bancos menos confiados en el “después” , no les será tan cómodo.

Lo dicho, muchos animales sueltos; Argentina no se acaba nunca.

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