A raíz de que sostuve en una entrevista que el Partido Nacional es el más moderno y menos conservador de todo el espectro político uruguayo recibí comentarios -más o menos apasionados- de algunos actores políticos que no coinciden con mi posición.
Como es de costumbre en la penillanura levemente ondulada, intentaron convencerme con distintos argumentos manifestando que mi postura es un poco extrema (eufemismo para decir incorrecta), dado que otros partidos representan mejor que el mío la modernidad y el progresismo.
No es así, y por tanto me mantuve irreductible. Y así seguiré. No hay partido más moderno y menos conservador que el Partido Nacional. Ninguna fuerza política de este país se acerca ni siquiera con riesgo de empate a los blancos cuando se trata de ser disruptivo, moderno, verdaderamente progresista. Creo que la confusión se genera porque nadie se hace la pregunta adecuada: ¿qué es ser conservador?
Al responderla con perspectiva histórica queda en absoluta evidencia quienes son los conservadores y quienes no. Y por ende, que quienes se auto perciben progresistas son precisamente lo contrario.
¿Ser conservador es que tu espíritu de lucha y tu lema sea “Defensores de las Leyes”?
¿Ser conservador es organizar una revolución por garantías electorales y no para tomar el poder?
¿Ser conservador es proponer las primeras leyes de protección del trabajo que conoció el país?
¿Ser conservador es defender los intereses del país y mantener la neutralidad?
¿Ser conservador es oponerte a la instalación de bases militares extranjeras en Uruguay?
¿Ser conservador es oponerte a que el principal líder político del país esté proscripto en las elecciones?
¿Ser conservador es dar gobernabilidad al gobierno recién electo para garantizar la democracia?
¿Ser conservador es sostener que el Estado debe ser amigo de los ciudadanos y no una carga?
¿Ser conservador es desburocratizar y desmonopolizar en serio para favorecer al ciudadano?
¿Ser conservador es bajar la inflación, la informalidad, y aumentar el empleo?
¿Ser conservador es darle oportunidades a todas las personas sin que te importe su sexo, preferencias personales, clase social, profesión, vida íntima, origen, religión, etcétera?
¿Ser conservador es garantizar la huelga y asegurar que quien quiera trabajar pueda hacerlo?
¿Ser conservador es encerrar a tu pueblo ante una pandemia, o confiar en el y dejarlo en libertad?
Creo que no es necesario abundar para entender que, en la esencia de nuestro Partido Nacional, y por ende de la forma de entender la política de todos los blancos está el ser humano como centro. Y por ende el respeto a su vida, a su dignidad, a su libertad, y porque no, a su propiedad.
Ejercemos un nacionalismo popular. Donde lo más importante son el país y las personas. Y eso es precisamente lo que hace a nuestros adversarios conservadores, y a nosotros nos convierte en la moderna y creativa fuerza política del mañana. En los verdaderos artífices del futuro.
En blancos y modernos. Que es lo que somos.