Un sector en problemas que enfrenta complejidades, su vínculo con el mundo y los precios internacionales

La industria láctea atraviesa complejidades a nivel local que durante los últimos meses adoptó forma de conflictos sindicales y cierre de fábricas.

Conaprole

El cierre de Calcar, la reestructuración de Coleme y la compra de empresas uruguayas en manos de inversores extranjeros obligaron a las autoridades a poner especial foco en los problemas del sector lácteo. El último acontecimiento de la industria láctea tiene a Conaprole como protagonista porque decidió cerrar la planta que posee de Rivera el próximo 31 de octubre, según confirmó en entrevista con El País el gerente general de la empresa, Gabriel Valdés. “El sector viene de dos años muy difíciles”, dijo y agregó: “El 2025 parece ser un año neutro”, en referencia a la sequía registrada en 2023 y un exceso de lluvias en 2024.

El hecho generó la reacción del sindicato y se desató un conflicto.

A nivel local, Conaprole concentra el 73% de la producción de leche, seguida por empresas de capitales extranjeros: la argentina Alimentos Fray Bentos con el 4% y el grupo francés Lactalis con otro 4%, quien recientemente adquirió la uruguaya Granja Pocha. El consultor senior de Exante, Agustín Stanham, señaló a El País que las empresas extranjeras mantienen a otras industrias locales dentro del país y agregó que le brindan “viabilidad” al sector que se encuentra en crisis.

Uno de los hechos más recientes que puso la atención en la industria láctea fue el cierre de Calcar en Colonia el 1 de abril. Los trabajadores de la empresa comenzaron a procesar materia prima el pasado 27 de mayo como parte de una autogestión que continuará hasta que se concrete el remate previsto para el próximo 21 de julio.

Semanas más tarde del cierre de Calcar, Coleme declaró que estaba atravesando dificultades. El presidente de la empresa, Boris Revello, indicó a El País que en la actualidad, la remisión de leche no supera los 10.000 litros diarios y agregó que una de las deudas más significativas de las que mantiene es con el Banco República (BROU); entidad a la que se le debe alrededor de US$ 800.000. Según comentó, existen inversores interesados en adquirir la empresa.

Además de distintos productos lácteos, las empresas locales se dedican en su mayoría a la producción de leche fresca. Según el gerente de Conaprole, uno de los puntos en común que compromete a todo el sector es la caída de venta de leche en sachet de un 30% durante los últimos seis años. “Uruguay tiene un consumo per cápita altísimo”, señaló.

También advirtió que espera que el consumo de leche en el país disminuya aún más debido a la baja tasa de natalidad, un importante cambio en los hábitos alimenticios y una amplia variedad de productos importados.

Con el fin de facilitar acceso a créditos para empresas del sector lácteo, en 2023 el gobierno uruguayo creó el Fondo de Reconversión de la Industria Láctea (FRIL). Uno de los fondos más importantes estuvo destinado a Claldy, Coleme, Granja Pocha y Calcar por un total de US$ 12 millones; US$ 9 millones correspondientes al Fondo de Garantía Lechero (Fogale) y otros US$ 3 millones de rentas generales. “La iniciativa era loable pero no salió tan bien como se esperaba”, sostuvo Valdés a pesar de que Conaprole no haya participado del proyecto.

Exportaciones

El consumo de lácteos a nivel mundial va en aumento y China se ubica como principal consumidor per cápita con 16,3 kilos anuales, según la consultora Statista. Del total producido por Conaprole en Uruguay, un 80% es destinado a la exportación y un 20% al consumo interno.

Conaprole trabaja con ocho de las diez empresas lácteas más importantes del mundo y es el tercer principal exportador de leche en polvo a nivel mundial con el 8% de participación, superado por Europa (10%) y Nueva Zelanda (70%).

Las colocaciones de leche de Uruguay llegan a 70 países, entre los que se destacan Argelia, México y Brasil. Este último es el único país al que Uruguay ingresa con arancel cero por normativa del Mercosur.

En 2024 China y Nueva Zelanda firmaron un acuerdo bilateral que según Valdés, hizo que Uruguay “quedara de lado” para introducirse en el gigante asiático, por lo que aseguró que Conaprole busca mantener “flexibilidad” de productos y mercados.

Consultado sobre el diálogo con el gobierno para la implementación de medidas que faciliten las exportaciones, el gerente de Conaprole sostuvo que “las autoridades son muy conscientes de que Uruguay necesita crecer”.

Valdés comentó que en febrero de este año Conaprole mantuvo reuniones con Yili, la empresa láctea más grande del mundo. “Uruguay puede ser un proveedor confiable para China”, sostuvo, aunque lamentó el arancel del 10% que los productos uruguayos deben pagar para entrar al mercado chino. “Existen herramientas que no son tratados comerciales, pero hay que trabajarlas políticamente y confiamos que nuestras autoridades son conscientes del tema y de los esfuerzos que Uruguay está haciendo para abrir mercados es fundamental”, consideró.

Por su parte, el socio de Exante resaltó que para la industria láctea a nivel internacional, el 2024 fue un año positivo ya que los precios de las exportaciones aumentaron un 8% y agregó que este año, se registró un crecimiento del 20% medido en dólares.

Stanham señaló que si bien el tipo de cambio influye en la estructura de costos de las empresas, las dificultades a nivel local están vinculadas a “problemas estructurales”, como la alta participación de Conaprole en el mercado y un cambio en los hábitos alimenticios de los uruguayos.

Precios internacionales

La industria láctea no es ajena a la volatilidad de los precios internacionales que se registraron durante los últimos años. El precio de la leche en polvo entera a nivel mundial hasta 2023 se encontraba en el entorno de los US$ 3.500 por tonelada. En agosto de ese año, cayó a US$ 2.500, mientras que desde enero de este año, el valor del producto supera los US$ 4.000 por tonelada.

Uno de los principales factores que incidió en estas variaciones fue la guerra entre Rusia y Ucrania y la guerra arancelaria entre China y Estados Unidos. “Nos suben la vara los clientes internacionales”, señaló Valdés y agregó que Uruguay tiene una serie de ventajas en materia agropecuaria que garantizan la calidad del producto en el mercado internacional. Según comentó, la alimentación a pastoreo y la certificación de cuidado animal son elementos que zonas como Asia y el Medio Oriente observan de forma positiva.

Este año la mayoría de las industrias se vieron comprometidas debido a la devaluación que sufrió el dólar a nivel mundial. Durante el mes pasado, en Uruguay la moneda registró su mayor caída en los últimos 13 años y alcanzó un promedio de US$ 39,54. Este escenario preocupa a exportadores que observan con detenimiento el comportamiento de la moneda de forma diaria. “Intentamos poner el foco en las variables que podemos controlar”, señaló Valdés.

Stanham sostuvo que un dólar alto a nivel mundial favorece a los exportadores ya que permite reducir costos medidos en dólares. “Los elementos macroeconómicos de Uruguay indican que el dólar debería estar más alto de lo que está”, dijo.

Por otra parte, el especialista resaltó la diferencia cambiaria con Brasil, lo que hace que la competitividad de Uruguay se encuentre “muy deteriorada”. En especial, el impacto más significativo se encuentra en la comercialización de alimentos y bebidas que son un 90% más caras del lado uruguayo.

Negocio con Venezuela

Uno de los negocios que más comprometió a la industria láctea local fue el acuerdo firmado con Venezuela en 2016, para la colocación de 40.000 toneladas de leche en polvo por parte de Conaprole y 12.000 toneladas de queso por parte de Calcar, Claldy y Pili. A esto se le sumó una desmejora en los precios de las materias primas a nivel internacional que se había generado desde 2013.

El presidente del Instituto Nacional de Leche (Inale), Ricardo de Izaguirre, había señalado a El País que aún se adeudan US$ 30 millones. Por su parte, Conaprole inició un juicio a Venezuela, en el que se incluye al estado uruguayo por pago anticipado de petróleo y que en la actualidad se encuentra en proceso.

“Conaprole tiene un derecho legítimo al cobro porque embarcó y exportó mercadería. Hay documentos que que respaldan ese crédito”, sostuvo Valdés y agregó que esta situación repercute de forma directa en el precio de la leche a productores.

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