Que el gobierno incumpla la regla fiscal sacude el tablero y podría afectar a la próxima administración

El MEF podría no cumplir con algunas metas de la “regla fiscal”, la que ha sido una de las grandes banderas del gobierno. El País conversó con economistas que opinan y miden el impacto para 2025.

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Ministerio de Economia
Ministerio de Economia
Foto: Archivo El País

En la última Rendición de Cuentas de este gobierno, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) proyectó que el déficit fiscal estructural cerraría en 3,4% del PIB en 2024, es decir, bastante por encima del nivel previsto de 2,6% en 2023 (luego ajustado en 2,9% a principios de este año).

El deterioro se explicaría por un aumento considerable del gasto público que cerraría el año en 4,8% en términos reales, esto es, por encima del 2,8% fijado como tope.

La proyección del MEF ha llamado la atención de analistas económicos, dado que el gobierno venía cumpliendo con la regla fiscal (este año se daría su primer incumplimiento) y el Consejo Fiscal Asesor había advertido que algo así podría suceder, con ánimo de que se tomaran previsiones.

Lo cierto es que la próxima administración -gane quien gane- deberá retomar la convergencia hacia el 2% del déficit (partiendo del 3,4% de 2024) y hacer los ajustes que se requiera para lograrlo.

Si se cumplen las proyecciones, habría incumplimiento, entonces, en dos de los tres pilares de la regla fiscal (que son, resultado fiscal estructural, límite de deuda y tope al gasto), aunque aún hay un trecho por recorrer y habrá que esperar cómo cierran los números a fin de año.

En el deterioro de las cuentas públicas, está incidiendo -básicamente- el incremento real del gasto en pasividades y remuneraciones, que fue considerable, menos recaudación (por baja de impuestos, otra bandera del gobierno), y un nivel de inflación menor al previsto, que habría impactado en los cálculos del MEF, entre otros fundamentos comunicados por el organismo.

Nicolas Cichevski
Nicolas Cichevski: CPA Ferrere.
Foto: Archivo El País

Nicolás Cichevski, gerente de análisis económico de CPA Ferrere, escribió en su columna en Economía & Mercado de El País, que el punto de partida del MEF para este año era “desafiante”, y destacó que, para que se vuelva a cumplir la regla fiscal en todos sus pilares, se requiere una reestructuración significativa del Estado y un mayor crecimiento del PIB nacional, actualmente estancado en el entorno del 2%; un tema por demás hablado y que no se termina de resolver.

“Fiesta electoral”

El economista José Antonio Licandro, en diálogo con El País, consideró que “el tope de la deuda, que es el más importante, se va a cumplir”. Sin embargo, criticó el argumento del MEF de que el incumplimiento de dos pilares de la regla fiscal se debería, en parte, a que el presupuesto y cálculos del organismo se hicieron en base a una inflación más alta que la actual. “Es un argumento muy débil”, afirmó.

José Antonio Licandro. Foto: Marcelo Bonjour
José Antonio Licandro
Foto: Archivo El País

“Se sabía que la inflación iba a bajar este año y el gobierno miró para otro lado. Tenía que haber sido cauto y no lo fue. Al no tener en cuenta la inflación esperada, hizo oídos sordos al Banco Central (BCU). Pienso que no es un problema de coordinación, sino que se procedió de esa manera para tener margen en año electoral”, dijo. “No es un carnaval electoral, pero sí una fiesta”, agregó.

Marcelo Sibille, gerente de Consultoría Económica de KPMG, declaró a El País que “la generalidad de los analistas coincidíamos en al menos dos puntos: el beneplácito por la nueva institucionalidad fiscal; y el aviso de que 2024 sería la primera prueba de fuego de la regla fiscal por tratarse del primer año electoral tras el inicio de su implementación”.

“Lamentablemente, según proyecciones del propio gobierno, la prueba de fuego no será pasada”, afirmó.

Economista Marcelo Sibille de KPMG. Foto: Archivo El País
Marcelo Sibille, economista de KPMG
Foto: Archivo El País

En cuanto al aumento esperado del gasto público primario (4,8%) por encima de tope fijado por la regla (2,8%), “el gobierno se escuda -no sin razón, opinó Sibille- en el hecho de que la inflación en 2024 será inferior a lo que se preveía en la Rendición de Cuentas de 2023, con lo cual ciertas partidas prefijadas en términos nominales de acuerdo con la inflación prevista en ese entonces se expandirán en términos reales”.

A su juicio, “el gobierno atribuye el incumplimiento a la sorpresa desinflacionaria y no al año electoral (...) Lo cierto es que, más allá de la justificación técnica atribuible a la desinflación, en los hechos habrá incumplimiento, y que sea en un año electoral aumenta la suspicacia de si realmente se hizo todo el esfuerzo posible para no exceder el tope”, acotó.

Sofía Harguindeguy, gerente de Consultoría Económica de Grant Thornton, no cargó las tintas en que el MEF no habría considerado la desinflación, dado que a su entender era difícil del prever, más allá de lo que venía informando el BCU.

Sofía Harguindeguy
Sofía Harguindeguy.

“Además, actuaron otros factores, como el aumento a las pasividades y salarios, que significó mayores egresos, y la postergación del gasto de 2023 a 2024”, agregó.

Para Martín Vallcorba, asesor económico del Parlamento por el Frente Amplio, lo que está ocurriendo se suma a las “metas móviles que ha ido marcando el MEF”.

Vallcorba dijo a El País que el gobierno ha “supuestamente cumplido” la regla fiscal en años previos porque “movió el arco”, y ahora “es tan evidente que no podrá cumplir, que ya no les alcanza con mover el arco, sino que tiene que reconocerlo”.

Martín Vallcorba, asesor del Ministerio de Economía y Finanzas.
Martín Vallcorba, economista y asesor parlamentario.
Foto: Leonardo Mainé

Impacto

Sibille destacó que la ley es clara en cuanto a que las metas son indicativas, pero sin aludir a penalizaciones ni a mecanismos de corrección. “Esto implica el riesgo de caer en la tentación política de incumplir la meta que, de reiterarse, llevaría a la pérdida de reputación de la regla fiscal a los ojos del mercado y de las calificadoras de crédito”. Y agregó: “Algo similar ocurrió con las metas de inflación, donde el incumplimiento durante varios años hizo perder credibilidad al BCU con el costo en términos de formación de expectativas que incidieron en una mayor inflación efectiva”.

Harguindeguy hizo énfasis en que “el incumplimiento de la regla fiscal, si se concreta, representará restricciones significativas para el próximo gobierno, porque los gastos deberán ser menores en 2025 y habrá que acompañar con la reestructura del Estado”.

Licandro consideró que “el espacio para el gasto público ya está apretado hace tiempo, así que eso no cambiará mucho el panorama en 2025”, aunque no quita la gravedad del incumplimiento. Otro aspecto atenuante para 2025 es que, si bien el MEF no lograría cumplir con la regla fiscal en 2024, sí lo ha hecho en años previos, por lo que no se descuadrarán tanto las cuentas, como dice la oposición, opinó Licandro.

Vallcorba -quien considera que cuando el Frente Amplio estuvo al frente del gobierno no había “regla fiscal” propiamente dicha, pero sí tope de endeudamiento que hacía de equivalente-, proyectó que será difícil reducir el déficit fiscal en 2024, no solo por el nivel con que se parte ahora, sino porque surgirán más demandas en el país, sobre pobreza, seguridad, educación y demás.

REACCIÓN DE ANALISTAS

Nicolás Cichevski - CPA Ferrere

“El deterioro de las cuentas públicas condicionará el plan del próximo gobierno. La Ley de Presupuesto deberá limitar el alza del gasto público financiando prioridades con reasignaciones de gasto y avanzar en la reforma del Estado, retirándose de actividades poco rentables”.

Marcelo Sibille - KPMG

“Aun cuando coincidimos en parte con el diagnóstico, hubiéramos deseado ver un mayor sacrificio fiscal apelando a todo el margen de maniobra posible para ajustar el gasto nominal en algunas partidas de naturaleza más discrecional en pos de cumplir la regla”.

José A. Licandro - economista y asesor

“No va a pasar nada porque tampoco es que se van a gastar el 2% del PIB, pero igual el incumplimiento de la regla es una mala señal. Lo positivo es que el crecimiento del gasto en los cinco años de gobierno, promediado, está por debajo del crecimiento del producto potencial”.

Sofía Harguindeguy - Grant Thornton

“Hubo discusión sobre si estos desvíos se justificaban y el Consejo Fiscal Asesor pidió aclaración. El MEF dijo que no hay cambio en la trayectoria, sino que es incumplimiento. Se puede corregir. El MEF también actualizó los datos de inflación con lo que dice el BCU”.

Martín Vallcorba - asesor parlamentario

“No solo se incumple la regla fiscal este año, sino que ha sido intrascendente para reducir la discrecionalidad y el impacto del ciclo electoral, que son objetivos para los que fue creada. (...) Pienso que se puede mantener la regla fiscal, pero hay que ponerla en sus justos términos”.

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