Redacción El País
En su primera entrevista tras el triunfo en el balatoje de Yamandú Orsi, el designado ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone planteó cómo va a llevar a cabo esa tarea, la relación con el presidente electo, la herencia macroeconómica que "no es dramática, pero en ningún caso es auspiciosa", el escenario externo "complejo" que viene, los sectores a apuntalar, el hecho de "no abandonar los Tratados de Libre Comercio (TLC), pero no destinar tanta energía" en ellos y pensar de manera distinta la inserción internacional y los cambios que promoverá a la reforma jubilatoria del actual gobierno.
Además, volvió a enfatizar en la necesidad que tiene la economía uruguaya de crecer al 3% o más.
Entrevistado por el economista Javier de Haedo en el podcast "Nominal" de la Universidad Católica (el pasado martes 26 de noviembre), Oddone dijo que "las mejores condiciones que tengo es la de liderar un equipo, eso es lo que se hacer". Ello además requiere "buena coordinación con los organismos relevantes para la formulación de la política económica, pero manteniendo los niveles de independencia necesarios, como es el Banco Central (BCU) y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP)".
El futuro ministro dijo que "el equipo económico efectivamente va a ser el propietario de la política económica, porque va a tener una mirada de 360°, sobre todas las aristas que involucra, tratando de incidir en todos los aspectos, con un responsable político, que soy yo".
Sobre cómo se está armando ese equipo, Oddone dijo que para algunos cargos, él tiene "sugerencias, propuestas" y después es Orsi quien define. "Mi intención es sugerir nombres, entre ellos el presidente del Banco Central", añadió.
Respecto a su relación con Orsi, el ministro de Economía y Finanzas designado contó que algunas personas -que prefirió no nombrar- lo fueron a buscar y luego fueron "dos años y medio, tres (años) de muchas conversaciones" con el presidente electo.
Ese vínculo "se fue construyendo, primero tener una afinidad intelectual, pero sobre todo un conocimiento personal", dijo y contó que han "pasado ya por pequeñas discusiones, pequeñas crisis, pequeños intercambios, que los hemos resuelto".
"Las personas que empezaron a pergeñar esto hace tiempo, lo hicieron con tres años de anticipación", remarcó.
El mandato del nuevo gobierno
Para Oddone, el mandato económico con el que asume el gobierno del Frente Amplio es el de tener que "hacer cosas para provocar una aceleración de la tasa de crecimiento endógena, sin esperar a que algún evento exógeno nos ponga a surfear en esa ola" por lo que "ya no hay más tiempo para seguir perdiendo y hay que hacer algunas reformas".
Enfatizó que hay "muchas" reformas por hacer, de las que "seguramente pocas" se podrán concretar, "pero es un camino a iniciar".
Otro de los mandatos del nuevo gobierno es el de "revisar los esquemas de protección social porque hay un conjunto de gente que no accede a ellos y otro que accede, pero de manera intermitente", planteó Oddone.
En ese sentido, dijo que hay "pequeños empresarios, micro empresas, personas por cuenta propia, que están dentro del sistema, integrados, pero de manera periférica, sus ingresos no alcanzan. Son 575.000 personas entre informales, cuentapropistas y 'veinticincomilpesistas' (aquellos cuyo salario es igual o menor a $ 25.000 al mes)".
Cuando a ese grupo "le sumas los 300.000 excluidos, es 1 millón de personas, que hay algo distinto que tenemos que hacer para poder facilitar su integración a la sociedad", apuntó.
A su juicio, "el régimen de protección social está pensado para aquellas personas que tiene un empleo formal a lo largo de su vida" que no son los casos de los anteriores, por lo que "ahí tenemos un mandato muy importante y eso es muy complejo porque supone tocar cosas que son percibidas como un privilegio por algunos".
La herencia macroeconómica del actual gobierno
Para Oddone la herencia macroeconómica que le deja su predecesora, Azucena Arbeleche, "no es dramática, pero en ningún caso es auspiciosa y por tanto va a haber que trabajar en la macro".
"Tenemos una deuda pública en relación al Producto Interno Bruto (PIB) más elevada, tenemos una presión de gasto sobre PIB más elevado del que teníamos, por tanto el margen de maniobra para que podamos mejorar el resultado fiscal sin crecimiento, es muy bajo, muy estrecho. Y por eso es que el crecimiento se vuelve fundamental en esta etapa", planteó el designado ministro de Economía y Finanzas.
A eso se suma, "el desafío del tipo de cambio real desviado, que plantea el desafío de cómo lo vamos a resolver, que claramente no se va a poder hacer de manera inmediata y rápida, y eso va a suponer que el escenario internacional nos ayude", añadió.
"Pero, temo que el escenario internacional se está volviendo menos amistoso -dijo Oddone-, ya que tenemos un escenario más proteccionista, tenemos un escenario de mayor presión de precios, lo cual en una economía que todavía no desinflacionó como Estados Unidos nos puede llevar a tasas de interés más altas, y por tanto a (acceso a) dinero no tan barato".
"Es un escenario complejo, y por tanto esta herencia fiscal que, insisto, no es dramática, pero en cualquier caso no es auspiciosa, no es la que el gobierno se había propuesto construir en este período", indicó, con lo que De Haedo concordó: "claramente no”.
El futuro ministro dijo que el déficit fiscal "está en el mismo lugar que estaba cinco años atrás, con la diferencia de que el gasto previsional puede tener una mejor perspectiva, pero la presión que hay por hacer cosas, es menor que la que teníamos (en 2019). No empeoramos, pero tampoco mejoramos, pero como los demás países empeoraron, la presión de las calificadoras, de los fondos de inversión, no es tan grande".
Eso, "no quiere decir que en un año o año y medio, en un escenario más complejo, no tengamos esa presión", agregó.
El desafío de cómo hacer para que la economía crezca más
Oddone, secundado por De Haedo, se refirió al "magro" crecimiento económico de los últimos dos períodos de gobierno (el PIB aumentó 1,1% en promedio anual en los últimos 10 años) y remarcó que es clave aumentar esa tasa de expansión, entre otros aspectos para sostener el
Estado de bienestar de Uruguay.
La clave está en cómo lograr eso. Entre esos insumos, el futuro ministro identificó a la estabilidad macroeconómica como algo esencial, pero no suficiente.
Lo segundo es "acelerar la tasa de inversión como un tema central: captar inversión extranjera directa y fortalecer la tasa de inversión doméstica".
Respecto a la posibilidad de revisar los esquemas de exoneraciones impositivas que Uruguay tiene para las inversiones, Oddone dijo que "es una materia relevante que con periodicidad se tiene que hacer. El hecho que tengamos beneficios otorgados, (no obsta que) tenemos que encontrar la manera que esa renuncia que incurrimos, tenga una relación costo-beneficio mejor. Si se puede, usar esa renuncia de manera más inteligente y más efectiva".
En ese sentido, que haya un Impuesto Mínimo Global (de 15%) a la renta empresarial para aquellas compañías que facturan más de 750 millones de euros al año, supone un reto para la ley de Promoción de Inversiones y las zonas francas en Uruguay.
"Si bien es cierto que la agenda (del presidente electo de Estados Unidos, Donal) Trump pone una pausa al avance del Impuesto Mínimo Global de manera acelerada, hay que ver cómo impacta en términos territoriales", expresó Oddone.
Recordó que "hay lugares en el mundo como es la Unión Europea, Reino Unido, Suiza, el sudeste de Asia, donde para esas jurisdicciones está operando. Probablemente no avance de manera acelerada, pero probablemente esté vigente".
"Es un escenario que ya está instalado independientemente de lo que Trump haga. La pregunta es qué oportunidades tenemos nosotros para que, dado que ello está ocurriendo, hacer movimientos de nuestro régimen de atracción de inversiones para subirnos a ese mundo", analizó.
Entonces, "tenemos que estar preparados para que si la agenda avanza, no pase lo que pasó en este gobierno que compañías venían a pedir la posibilidad de tributar parte de ese Impuesto Mínimo Global (en Uruguay) y el gobierno uruguayo no estaba en condiciones de darles una respuesta. Eso no nos puede pasar", cuestionó.
En definitiva esto requerirá "diseñar esquemas nuevos, ver si con eso podemos captar nueva inversión y a su vez estar preparados para que si el mundo termina avanzando en esa dirección, aunque es cierto que probablemente el triunfo de Trump ponga eso en pausa, jugar ese partido", concluyó al respecto.
Los TLC y el "plan B" que hay que tener
Otro de los aspectos que el ministro de Economía y Finanzas designado consideró "crucial" para acelerar el crecimiento económico en Uruguay es el de "vincular mejor la inversión, la innovación y la ciencia y tecnología".
"Hay dos sectores de actividad que son las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y las ciencias de la vida en un sentido amplio, donde hay verdaderamente oportunidades para alojar inversiones potentes en Uruguay, para lo que hay que hacer cosas: en materia tributaria, en materia de disponibilidad de capital humano, en materia de política comercial, pero sobre todo es clave escuchar a los empresarios del sector que conocen estos temas para poder ayudarnos a insertar en las cadenas de producción global donde este juego tiene lugar", afirmó Oddone.
"Imaginamos un mundo donde desde el punto de vista comercial es mucho más importante estar insertos en una cadena de producción global que firmar tratados de libres comercio. ¿Dónde vamos a destinar más esfuerzos nosotros? En ver cómo hacemos desde el punto de vista empresarial, y de lo que los empresarios necesitan del Estado, para insertarse en esas cadenas de producción global", explicó.
Según Oddone, "hay que tener la valentía de decir" que "la idea de que el mundo de reglas de juego establecidas por la Organización Mundial de Comercio, con TLC" y otros aspectos, "es posible que haya terminado, por todo lo que está haciendo Trump".
Ante eso, "tengo que tener un 'plan B'. Entonces, si sigo concentrando las pocas energías en de qué manera firmo TLC o de qué manera me adhiero a tratados tengo la sensación de que lleguemos a lugares vacíos", añadió.
"Tenemos que pensar con cabeza distinta nuestra inserción externa y eso quiere decir, no abandonarlos (a los acuerdos comerciales), pero no destinar tanta energía a pensar que los TLC son el camino que tenemos que recorrer", resumió.
Desburocratizar el Estado
El designado ministro de Economía, planteó que en el gobierno se proponen "avanzar en un programa de desempapelamiento, primeramente con foco en el sector transable", es decir el que comercia con el exterior. Eso supone "revisar regulaciones, trámites redundantes a nivel súper micro, de manera tal de favorecer la capacidad exportadora", explicó.
"¿Al estilo (de lo que hizo el ministro de Desregulación y Transformación del Estado de Argentina, Federico) Sturzenegger?", le preguntó De Haedo. "Absolutamente", respondió Oddone.
Sturzenegger ha sido el ártifice de proyectos de ley y decreto que derogan cientos de normas regulatorias en distintos ámbitos, entre ellos el comercial. Recientemente, derogó más de 40 normas “restrictivas” que tenían que ver con el comercio, entre ellas que implicaban controles de precios en la carne vacuna, alimentos lácteos, comercios y grandes supermercados, hasta regulaciones en los servicios de comunicación y costos de los neumáticos.
"Creo que es un capítulo que en Uruguay nos debemos y donde ya hay un equipo mio trabajando hace dos meses", indicó Oddone.
¿Qué va a pasar con la reforma jubilatoria?
Oddone recordó que el programa del Frente Amplio establece el llamado a un Diálogo Social, porque "entiende que hay cosas que la reforma (jubilatoria del actual gobierno) promovió que no estaban bien resueltas y otras de las que no se ocupó".
Entre estas últimas, el ministro de Economía designado por Orsi, dijo que está la del financiamiento. En ese sentido, planteó que "los sistemas basados en contribuciones sobre el trabajo (como las tasas de aporte personal y patronal) están en revisión en el mundo", porque "promueven incentivos perversos". Ejemplificó que cuando hay "un exceso" en esas tasas (en Uruguay a nivel general son de 15% del salario la personal y 7,5% la patronal) "promueven la informalidad o aceleran el cambio tecnológico".
Eso se da además, "en un mundo en el cual, las generaciones de menos de 30 años no van a trabajar en una única jurisdicción", algo que "es una cosa de economías nacionales del siglo XIX", planteó.
"Eso va a tomar un tiempo para poder repensarlo" y quizás "tenemos que ir a una rebaja de cargas laborales sustituyéndolos por otras cosas, en este período no, pero es un tema de agenda clave", insistió.
Otra propuesta con la que irá el gobierno al Diálogo Social será la de modificar aspectos de la edad retiro, que la reforma jubilatoria actual sube gradualmente de 60 a 65 años de edad, con algunas excepciones.
"Lo que queremos decir, es que efectivamente la reforma contempla colectivos que puedan retirarse más tempranamente por su condición de actividad. (Pero,) queremos revisar el sistema para que no sea para colectivos, sino para personas que bajo ciertas circunstancias, bajo especificaciones, puedan retirarse antes", anunció Oddone.
"La edad de retiro se mantiene en 65 (años), pero que los retiros anticipados, que es un mecanismo que hoy existe, se puedan generalizar y manejar de otra manera. No va a ser para todo el mundo, pero sí caso a caso", anticipó.
Por otro lado, ratificó que "el Frente Amplio mantiene los tres pilares" que están en esta reforma y que particularmente "en el pilar de capitalización es gestionado por administradoras de ahorro previsionales".
"El fondo de ahorro previsional va a seguir administrado por instituciones que son profesionalmente orientadas a esa gestión y que fueron seleccionadas en un proceso competitivo", expresó el futuro ministro.
"Hay otras cosas que hoy las AFAP realizan, que tienen que ver con la gestión de clientes y la contabilidad que las vamos a revisar. Queremos estar seguros de que hay una contribución a la eficiencia, si la hay se mantendrá", comentó.
Sobre la posibilidad de aumentar impuestos, Oddone fue enfático en decir que creer que "existen fuentes de recaudación que hoy no están siendo suficientemente utilizadas, y que ahí va a haber una fuente inagotable de recursos me parece que forma parte más bien de un imaginario colectivo que de la realidad" y por eso "no creo que estemos en condiciones de hacer cambios que supongan un aumento de la presión tributaria".
"En Uruguay una cosa que tenemos que pensar, que está en el programa del Frente, es avanzar a la evaluación de un IVA personalizado. Tenemos que evaluar la posibilidad de que estamos en condiciones tecnológicas y experimentar esto en el litoral o toda la frontera del país" donde hay distorsiones de precios con Argentina, concluyó.
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