La visión del Banco Mundial sobre la región y lo que dijo su economista jefe sobre Uruguay, Argentina y Brasil

El economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, William Maloney presentó un informe sobre la economía regional y sus proyecciones, en el que alerta sobre el avance limitado de crecimiento, entre otros temas.

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William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Foto: Banco Mundial.

ElBanco Mundial (BM)publicó un informe sobre el panorama económico para América Latina y el Caribe, en el que alerta que la región tuvo una leve mejora en relación a 2024, pero por debajo de lo esperado, con el agravante que se expone a un entorno de mayor incertidumbre generalizada.

El crecimiento de la economía de América Latina y el Caribe fue de 2,4% en 2024 y el BM proyecta que este año cerrará en 2,3% y en 2,5% en 2026. Esto es por debajo de la expansión los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Para Uruguay, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) proyectado por el BM es de 2,3% para este año, 2,2% para 2026 y también 2,2% para 2027, lo que está alineado con las estimaciones del gobierno que prevé un alza 2,6% para este año, 2,2% para 2026 y 2,4% para 2027.

Consultado por El País, Maloney —quien presentó el informe desde la sede de BM en Washington D.C, vía Zoom— opinó que “Uruguay está en una posición bastante buena; en indicadores clave ha tenido mucho éxito en cuanto a innovación y en cómo se ha posicionado en relación a las economías de innovación de todo el mundo”.

Asimismo, señaló que Uruguay debería pensar más en cuál es el capital humano y la financiación que necesita, así como su relación con el sector privado en estas cuestiones. “Así está Uruguay para dar sus próximos pasos para aumentar su crecimiento”, comentó Maloney.

El economista apuntó que, ante la incertidumbre del sistema comercial internacional (a partir de la suba de aranceles de la administración de Donald Trump), muchos países de la región buscan nuevos mercados y “la diversificación es el instinto correcto”, afirmó, poniendo de ejemplo los esfuerzos por sellar el acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE).

El informe del BM se titula “Emprendimiento transformador para el empleo y el crecimiento”, bajo el entendido de que el empresariado —con una mayor inversión en las nuevas tecnologías, entre otras mejoras— tiene las capacidades para ayudar a la región a lograr un mayor desarrollo.

En tal sentido, advirtió que existen muchos emprendimientos en esta región, pero no con real capacidad transformadora, dado que la gran mayoría son “de subsistencia”.

Banco Mundial. Foto: Flickr.

“La cuestión no está en las ganas de emprender, sino en las capacidades que se tengan para generar alto valor y más puestos de trabajo”, afirmó.

Los países con proyecciones de mayor crecimiento económico para 2026 en la región, según el BM, son: Guyana (+22,4%), República Dominicana (+4,3%), Panamá (+4,1%), Argentina (+4%) y Guatemala (+3,7%).

Y las economías con menor crecimiento, o decrecimiento, proyectado para 2026 son: Bolivia (-1,1%), Trinidad y Tobago (+0,3%), México (+1,4%), Jamaica (+1,6%), Haití (+2%).

Algunos países de la región

El economista del BM abordó consideraciones específicas sobre países de la región, destacando la necesidad de mirar más a largo plazo.

Sobre Argentina, Maloney afirmó que su crecimiento ha sido de los mejores de la región, pero con incidencia negativa de la sequía en 2024 y reducción en las proyecciones ante la incertidumbre de las elecciones parlamentarias del próximo 26 de octubre. “Igual, el último año ha sido bastante bueno, incluida la caída de la inflación. En adelante, sabemos cuáles son los desafíos de Argentina y apoyamos al gobierno para avanzar en ellos”, apuntó.

La proyección de crecimiento de Argentina es 4,6% para este año, 4% para 2026, y también 4% para 2027, según el BM.

En relación a Brasil, Maloney opinó que el aumento del 40% de los aranceles por parte de la administración Trump a ese país, “no es tan grande para su economía”, dijo. A su entender, ese factor tendrá impacto, pero no tanto como se pensaba al principio. “Nos gustaría sí que Brasil creciera más y más rápido”, agregó.

La proyección de crecimiento para Brasil es 2,4% para este año, 2,2% para 2026 y 2,3% para 2027, según el BM.

Algo similar —en cuanto a que el crecimiento podría ser mayor—, opinó sobre México (el BM le proyecta un alza de 1,4% para 2026), observando que, cuanto antes resuelva el gobierno de ese país su relación con EE.UU. (tema de aranceles y demás), mejor para los inversionistas.

Chile destaca por su notoria recuperación de años anteriores y un dato importante es que, según el BM, presenta elementos claros para el “emprendedurismo transformativo”; es decir, aquel capaz de darle un salto positivo del PIB. La proyección del crecimiento de Chile para este año es 2,6%, bajará 2,2% para 2026 y 2,1% para 2027, según el BM.

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William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
Foto: Banco Mundial

Un caso excepcional es Guyana -que vive un boom de exploración petrolera-, con una proyección de crecimiento del 11,8% para este año, 22,4% para 2026 y 24% para 2027. Al respecto, Maloney advirtió sobre los peligros de crecimientos tan grandes y recomendó mirar cómo Noruega ha administrado sus recursos y trabajó con empresas extranjeras para que su riqueza no fuera solo de extracción, sino de transformación y valor agregado.

Paraguay, por su parte, es una de las economías que, en términos generales, mejor han funcionado en la región, estimándose un crecimiento de 3,7% para 2026. Su actividad agrícola ha tenido una buena dinámica. Según el BM, debería invertir mucho más en la educación pública a largo plazo, donde se registran grandes falencias.

De Colombia, el BM reconoce que la situación fiscal es particularmente complicada en este momento. No obstante, considera que ese país tiene el potencial de ser un hub de exportaciones, si mejora su estrategia para cuando le llegue la oportunidad.

Sobre Panamá, está bastante bien en la comparativa regional y, según el BM, podría potenciarse con el Canal de Panamá y si resolviera los problemas con sus minas de cobre. La proyección es 2,7% de alza de su PIB para 2026, según el BM.

En Perú, el BM viene trabajando con el sector minero, mapeando sus reservas, para estimular la inversión. A este país lo aqueja la informalidad —que es una de las más altas de la región—, cuestiones de seguridad y problemas de educación básica y de capacidad sobre cómo aprovechar más la minería para dinamizar su PIB. Su crecimiento está estimado en 2,5% para 2026.

Bolivia, de su lado, presenta problemas de educación, tecnologías nuevas que no se aplican, además de carencias a nivel de gerencia y gestión, entre otros temas básicos, según el BM, que le proyecta decrecimiento no sólo este año (-0.5%), sino en los siguientes (-1.1% para 2026 y -1.5% para 2027).

En cuanto a Ecuador, está trabajando fuertemente en este momento en cuestiones fiscales y de seguridad. La estimación del BM sobre su crecimiento es de 2,5% para 2026.

En relación a República Dominicana, el BM reparó en su déficit, que se está gestionando. “Hay piedras en el camino para la reforma fiscal”, observó Maloney, considerando que igual está bien en la comparación regional, con una proyección de alza de su PIB de 4,3% para 2026.

De Jamaica, el BM destacó las inversiones que se están haciendo en ese país últimamente, lo que redundaría en mejoras en el comercio. El crecimiento allí está estimado en 2,6% para 2026.

Maloney afirmó que, así como Jamaica, muchos países de la región exportan mano de obra calificada y, a su entender, ese fenómeno debería ser pensado en los modelos de desarrollo nacional. “No hay que subsidiar mano de obra para Estados Unidos”, dijo.

Situación regional general

La conclusión general del estudio del BM es que el crecimiento regional sigue siendo limitado, incluso con economías individuales a la baja.

Esto se debe, en gran parte, al enfriamiento de la economía mundial, a la incertidumbre y a la caída de los precios de las materias primas.

La inflación ha tendido al descenso (hay excepciones como Brasil), pero muy lentamente y, según palabras de Maloney, “en la última milla será más difícil bajarla”.

El informe del BM indica que la desaceleración en la caída de las tasas de interés en las economías avanzadas ha condicionado la reducción de las tasas de interés en la región. Asimismo, nota poco progreso en la disminución de la deuda, dado que la mayoría de los países están en niveles similares en ese indicador a los tiempos del covid-19.

Las tasas de interés mundiales siguen siendo altas: la disminución llevada a cabo en septiembre por la Reserva Federal de EE.UU. (Fed)—de 0,25 puntos porcentuales—, refleja un acto de equilibrio entre la desaceleración de la actividad económica y las presiones inflacionarias, mientras que el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra han mantenido sus tasas de interés sin cambios, continúa el informe.

Un tema que preocupa especialmente es la pobreza en la región, cuya reducción se logrará, según del BM, mediante la generación de empleo.

Un emprendedurismo poco eficiente

“Hay una paradoja con el emprededurismo. Es 2,5 veces más probable que se intente ser emprendedor en América Latina y el Caribe que en los países de la OCDE, pero la innovación que se alcanza acá es la mitad”, advirtió Maloney.

“Hacemos emprendedurismo, pero no somos buenos para eso. Se requiere más tecnología y más capacidades para cerrar brechas”, apuntó.

“Los emprendedores de la región son entusiastas, pero no transformativos, no impulsan el crecimiento de las economías”, continuó.

Además, el 25% de las empresas de esta región afirma tener problemas financieros para crecer, mientras que en los países de la OCDE es el 10%.

El BID registra así falta de reformas para profundizar los mercados financieros, reducir problemas de insolvencia y aumentar las capacidades en todos los niveles en esta región.

La inversión, tanto pública como privada, sigue deprimida, y el impulso para el “nearshoring” —la práctica de trasladar operaciones extraterritoriales a países cercanos o amigables— se ha estancado por el aumento de la incertidumbre mundial y la falta de preparación de un entorno propicio para atraerlo y recibirlo.

Finalmente, la persistente falta de espacio fiscal pone en evidencia la importancia de mejorar la eficiencia del gasto público y de replantearse las formas en que los gobiernos de esta región recaudan ingresos para financiar inversiones de desarrollo.

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