Las ventas de los supermercados aumentaron en el primer semestre, pero detrás de ese dato positivo, se esconden otras realidades negativas para un sector que es intensivo en mano de obra.
Así se desprende de los datos de una presentación que realizó la Asociación de Supermercados (ASU) y a la que accedió El País.
Según los datos de la ASU -en base a una canasta de productos que releva la consultora Nielsen-, el consumo en los supermercados aumentó 6,6% nominal respecto a igual período de 2022. Como la inflación en el período fue de 3,76%, hay un incremento en términos reales también.
Sin embargo, aquí surgen datos clave: las ventas en el rubro limpieza caen 5,7% y las de cuidado y tocador retroceden 10,8%, mientras que las de alimentos aumentan 1,9% (por tanto caen en términos reales). Del otro lado, el consumo de bebidas aumentó 16,2% en el período, lo que explica el crecimiento del total. Esta fuerte suba se debió en parte a la crisis del agua en la zona metropolitana por la mayor sequía en 100 años, donde por varios meses el agua no fue potable.
En lo que se define como “Gran Montevideo” el consumo en supermercados creció 11,5% en el primer semestre frente a igual lapso de 2022, pero en el Interior cayó 1,7%.
Al analizar por rubros en cada zona en el mismo período, se da un patron similar al del total. En Montevideo hubo caídas del consumo en cuidado y tocador (-4,2%) y limpieza (-0,7%), crecimiento en alimentos (+4,5%) y fuerte aumento en bebidas (+21,5%).
En el Interior también hay bajas en ventas -más acentuadas- en cuidado y tocador (-18,7%) y limpieza (-2,8%), a las que se suman las de alimentos (-2,9%). Además, el crecimiento en el consumo de bebidas es de un tercio que el que se da en Montevideo (+7,1%), al no haber problemas con el agua potable.
La ASU profundizó el análisis por zonas del Interior y allí se manifiestan otras situaciones.
En el litoral (Soriano, Río Negro, Paysandú y Salto), las ventas de supermercados caen 6,5% en el primer semestre, con fuerte impacto de cuidado y tocador (-23,2%) y limpieza (-30,7%), aunque también retrocede el consumo de alimentos (-8,6%) y bebidas (-1,7%).
En el nordeste (Artigas, Rivera, Tacuarembó, Cerro Largo y Treinta y Tres) el consumo en supermercados cae 5,2% en el primer semestre. Al igual que en el litoral hay bajas de dos dígitos en cuidado y tocador (-16,9%) y limpieza (-19,9%), además de alimentos (-10,4%). En bebidas hay un crecimiento de 0,1%, que en términos reales (descontada la inflación), es caída.
En el centro (Durazno, Flores, Florida y Lavalleja) hay menores ventas en cuidado y tocador (-11,4%) y limpieza (-5%), crecimiento que en términos reales es caída en alimentos (+0,7%) y aumento en bebidas (+14,1%).
En el suroeste (Colonia, San José y Canelones) el consumo en supermercados retrocedió 0,2%, con caídas en cuidado y tocador (-9,2%), limpieza (-12,8%) y bebidas (-0,2%) y aumento en alimentos (+8,5%).
Por último, el este (Maldonado y Rocha) es la otra región donde crecen las ventas (además de Montevideo), con un alza de 4,4%. Aquí hay caídas en cuidado y tocador (-4,9%), limpieza (-3,3%) y un incremento que en términos reales es baja en alimentos (+1,1%), mientras subieron las ventas en bebidas (+8%).
¿Qué explica esta situación de caída importante de ventas en el litoral y nordeste y sobre todo la baja generalizada en el consumo de cuidado y tocador y limpieza?
La ASU ve una explicación en que estamos con “vecinos muy baratos” en términos relativos.
Según los datos de la gremial, elaborados por la consultora Exante, el tipo de cambio real con Argentina (medido con el dólar blue) está más de 50% por debajo del promedio histórico) y en niveles que no se veían desde la hiperinflación argentina de fines de los 80. En el caso de Brasil también el tipo de cambio real está muy por debajo del promedio histórico (casi 50%) y en niveles peores a los de la devaluación del real en 1999.
Como dato adicional, la ASU mostró ejemplos de diferencias de precios con Argentina. Así, un jabón cuesta 406% más caro en Uruguay, un jabón líquido para lavarropas 380% más caro, un queso crema 331% más, una pasta de dientes 361% más, un aceite 278% más y el fernet 372%.
Una muestra más, es que la facturación en los comercios de las ciudades argentinas más cercanas a la frontera uruguaya la facturación crece a niveles de tres dígitos. En Concordia es 147% mayor, en Colón 128% más y en Gualeguaychú 255% superior. Sin embargo, las unidades vendidas aumentan a un ritmo menor: 18%, 8% y 59% respectivamente.
Para la ASU todos los datos analizados demuestran dos efectos: ingreso de mercadería para consumo familiar e ingreso de mercadería de contrabando que abastece comercios legalmente establecidos.
Por ello reclaman que “se cumplan todas las reglamentaciones aduaneras, tributarias, comerciales, sanitarias, bromatológicas, tanto nacionales, como departamentales”.
Pero además, les preocupa hacia futuro la temporada turística -un momento de buena facturación para los supermercados de la zona balnearia- teniendo en cuenta que el 60% de los visitantes que llegan a Uruguay son argentinos, que en la temporada pasada gastaron 29% menos que en 2019, que la brecha cambiaria es mayor y que está la incertidumbre sobre qué pasará en diciembre cuando asuma un nuevo gobierno.
Comercio y Servicios
La actividad de los supermercados no escapa a la del sector comercio y servicios -el mayor generador de empleo en Uruguay- que quedó prácticamente estancada en el segundo trimestre. Al medirla a través de las ventas reales, las mismas cayeron 0,1% en la comparación interanual (frente a igual trimestre de 2022) para todo el sector comercio y servicios (del que los supermercados son parte). “Este resultado contrasta con el desempeño de las ventas de los trimestres previos, en los que se habían observado aumentos, aunque leves (entre el tercer trimestre de 2022 y el primero de 2023)”, señaló la Cámara de Comercio y Servicios (CCSUy) esta semana al divulgar su encuesta trimestral de actividad.