Por Pía Mesa
El Consejo Fiscal Asesor (CFA) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), alertó acerca de que una corrección del desalineamiento cambiario “podría incrementar” la relación entre la deuda y el tamaño de la economía uruguaya.

Según el informe del CFA -un órgano técnico, honorario e independiente que asesora al MEF-, el desalineamiento cambiario estimado por el Banco Central (BCU) en sus Informes de Política Monetaria, sería del orden del 10%. Sobre este punto, el CFA indicó que uno de los riesgos que visualiza es que una corrección del tipo de cambio puede incrementar esa relación, “aún sin que necesariamente se incumplan los tres pilares de la regla fiscal vigente”.

En la presentación del Informe sobre el cálculo del Resultado Fiscal Estructural de 2022 este miércoles, los economistas integrantes del CFA,-- Ana Fostel, Alfonso Capurro y Aldo Lema, explicaron a la prensa que si bien en la regla fiscal uruguaya “no hay nada relacionado con (que el gobierno deba cumplir con) un nivel prudente de deuda”, como sí lo determinan las reglas fiscales de otros países, “sí hay un objetivo de ratio de deuda a PIB”.

En este sentido, Lema detalló que “lo que el informe plantea, simplemente porque parece relevante, es que si efectivamente hubiera un desalineamiento (cambiario) del orden del 10% y eso se fuera a corregir, el PIB en dólares sería menor que el actual y por lo tanto, el ratio deuda-PIB sería algo mayor”.

En la misma línea, Capurro explicó que con esa advertencia no van en contra de aquellos sectores económicos que piden una suba del dólar, sino que lo que buscan es señalar “la constatación del BCU” y su advertencia de que “el tipo de cambio real está por debajo de su valor de fudamentos”.

Eso supone, según Capurro, que el PIB en dólares de Uruguay en 2022 “está por encima del valor de fundamento del tipo de cambio real”, y eso “podría estar amortiguando” la relación entre la deuda y la economía.

“No es que no se pueda corregir el tipo de cambio real porque vaya a tener efectos negativos sobre la sostenibilidad de la deuda, no. Sino que lo que decimos es que el punto de partida de hoy, podría estar sesgado o amortiguado por ese PIB en dólares alto, producto de la apreciación del tipo de cambio real”, explicó Capurro.

La regla fiscal de Uruguay tiene tres pilares: el resultado fiscal estructural (ajustado por las fluctuaciones del ciclo económico y por ajustes extraordinarios que se dan por única vez), el tope de gasto real (se fija un objetivo de crecimiento real del gasto primario que tiene que tener relación con el crecimiento de largo plazo de la economía); y el tope de endeudamiento neto (el flujo de aumento de la deuda, es decir cuál es la capacidad adicional de aumento de deuda que puede tener el país).

En este sentido, Fostel dijo que una de las razones por las cuales se decidió que el ratio deuda-PIB no fuera uno de los pilares de la regla, fue “precisamente para no estar sujetos a estos efectos de valuación” de las monedas, sobre los cuales dijo que “pueden ser muy importantes, más aún cuando están asociadas a una variable con una volatilidad tan alta”, como el tipo de cambio.

Por ese motivo, Fostel remarcó que el riesgo exhibido en el informe “es simplemente para constatar que eso puede pasar”, pero no afecta a la regla fiscal.

No obstante, la economista manifestó que si bien ese ratio no es uno de los pilares de la nueva institucionalidad fiscal del gobierno, sí “son ratios observados y seguidos por las calificadoras de riesgo y por los participantes del mercado en general a nivel internacional”. Por ese motivo, argumentó que “si bien no son formalmente parte de los pilares, son una de las variables que los economistas tenemos que seguir con atención”.

En una línea similar, el economista Lema afirmó que el foco debe estar sobre los tres pilares de la regla y en el enfoque estructural. Sin perjuicio de lo cual coincidió en que “es un factor a tener en cuenta”.

“Es simplemente que parte de tener un nivel de deuda a PIB que en algún sentido se haya atenuado o haya descendido, tiene que ver con que el PIB en dólares ha subido por algún eventual efecto, digamos por este desalineamiento cambiario”, señaló Lema.

Si bien afirmó que “siempre es discutible y puede haber estimaciones de distintos órdenes de magnitud”, en alusión al cálculo del desalineamiento cambiario, es un factor con el que se debe ser “prudente”, ya que “ese nivel de deuda puede estar transitoriamente amortiguado”.

El informe del CFA puso énfasis en ese aspecto, según Lema, ya que “en otras épocas de Uruguay” ya ha pasado que el nivel de deuda en relación a la economía estuvo en realidad amortiguado por ese factor.

Debido a la importancia para el CFA de mantener un enfoque estructural de las finanzas públicas (es decir, analizar el resultado fiscal depurado de los componentes transitorios, cíclicos o extraordinarios), en el informe hicieron hincapié “en la necesidad de seguir profundizando en aspectos metodológicos”, tales como la necesidad de establecer “modelos de sostenibilidad y nivel prudente de la deuda”.

Ese enfoque estructural y de sostenibilidad de la deuda de largo plazo permitiría, según los integrantes del CFA, obtener una mayor sostenibilidad de las finanzas públicas. “Estamos planteando tener un enfoque de sostenibilidad de la deuda de largo plazo, con todos los módulos y reformas que eventualmente pueda necesitar el país en términos de temas previsionales, cambio climático y otros eventuales gastos que puedan venir en el futuro”, explicó Lema.

El economista dijo además que ese análisis de sostenibilidad de la deuda “en esencia, depende mucho del déficit estructural en el que el país se esté consolidando. Si es 2,5% hay un eventual riesgo de que la deuda a la larga, con un bajo crecimiento del PIB tenga una dinámica alcista”, señaló.