Columna de APPCU: Es de casa pero que cunda el ejemplo

El título de la nota puede lucir pretencioso y hasta con cierta dosis de soberbia, pero nada más lejos de dicha apariencia.

Anibal Duran
Aníbal Durán.
Foto: Leonardo Mainé.

El título de la nota puede lucir pretencioso y hasta con cierta dosis de soberbia, pero nada más lejos de dicha apariencia. Por el contrario. Un espíritu de humildad y de ningún protagonismo exclusivo nos gobierna.

A qué me refiero? El pasado jueves en APPCU celebramos el lanzamiento del número 200 de EN OBRA, la revista que nos identifica como gremial y que sale bimestralmente. Soy su redactor responsable, soy quien escribe los editoriales, piensa el contenido…pero acaso se puede pensar que todo este andamiaje lo hago solo…??

Imposible e inviable.

Lo decía un pensador, Eric Thomas “nadie falla solo o triunfa solo”. EN OBRA es obra y valga la redundancia, de un equipo y esto que puede ser un lugar común, adquiere absoluta relevancia en el caso que nos ocupa.

Obviamente como dice mi amigo y notorio consultor, el Ing. Enrique Baliño, “la mayoría de las cosas significativas de este mundo han sido realizadas por un equipo”. Por supuesto que las individualidades son imprescindibles y no hay equipo posible si dichas individualidades no se hacen responsables de su tarea. Pero sin duda es la capacidad de cooperación lo que genera una diferencia significativa a la hora de conseguir buenos resultados.

Ser parte de un equipo y el orgullo de pertenecer al mismo, satisface la necesidad humana de reconocimiento y pertenencia. El logro de los resultados (la salida a la palestra de la revista cada dos meses) y la sensación que genera armonía del trabajo grupal, de consuno, la satisfacción que nos depara “sentirnos en casa”.

Sentir que quienes hacemos la revista y quienes hacemos APPCU, en definitiva, compartimos valores y enfrentamos cotidianamente desafíos. Y los vamos resolviendo, en el error o en el acierto. Porque nos equivocamos y me pongo en primera fila. Pero allí surge la crítica constructiva, el diálogo fructífero, la sensación de que se está aportando en beneficio de la causa y no para cobrar un protagonismo egoísta y nocivo. Pero en el equipo las cosas hay que hacerlas bien y para ello están los resultados.
Si nosotros generáramos un producto que no lee nadie, que los articulistas de jerarquía con quienes contamos fueran renuentes a escribir o que, en definitiva, no hubiera aporte comercial de empresas vinculadas o no al rubro, entonces andaríamos por un camino incierto.

Este equipo cohesionado y versátil, con pasión por lo que hace y autocrítica imprescindible, se reúne mensualmente para pensar los temas que se van poniendo encima de la mesa.

En función de los temas a encarar, se contacta a los expositores y se les pide lo que ya es innecesario, porque aquellos son de alta estofa. Absoluta honestidad en la prosa, que opinen con la más absoluta libertad (bueno sería que no sucediera…) y con la dosis imprescindible de buena fe. Se podrá disentir con ellos, con el editorial, pero esas son las reglas de juego.

La construcción de un equipo de alto desempeño, es un viaje en etapas (Gonzalo Noya en Algo + Grande). No es un acto y no ocurre por casualidad. El viaje requiere un foco, determinación y perseverancia.

Las personas sentimos orgullo por lo que logramos todos juntos y defendemos al equipo en cualquier circunstancia. Es un viaje colectivo, donde se pasan horas y momentos intensos con distintas personas, donde se discute, se negocia, en el que se exige y se ayuda. Habrá tormentas y habrá calma. Se tomarán decisiones difíciles (lo hemos tenido que hacer en más de una ocasión), donde acertamos y nos equivocamos y quien suscribe, asume la responsabilidad.

Es un viaje sin fin, porque un equipo de alto rendimiento se construye todos los días.

Gracias Mercedes por ser el alma mater de la revista; gracias Alicia, correctora implacable de la misma; gracias Cecilia y Andrea por vuestros incesantes aportes y gracias a Mario y Walter, editores de EN OBRA, por estar tan comprometidos con la causa, no solamente con la revista, sino con la gremial.

Gracias a la comisión de revista, integrada por las Arqts Marcela Russo y Carolina Escamez y al ex Presidente de la gremial, Arq Ariel Cagnoli, por aportar sapiencia y expertise sobre los temas.

Enhorabuena y este número 200 no nos encontrará realizando el reposo del guerrero. Redoblaremos esfuerzos en pos de una gran revista 201 y así sucesivamente…se siente, no se nos obliga.

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