VACACIONES

Queda poco tiempo para que termine la temporada de sol y playa. El sector hotelero arrancó el verano con un buen nivel de reservas y con mucha expectativa después de meses duros por la pandemia. La realidad cambió a mediados de enero, cuando un aumento en la cantidad de casos decovid-19 y un estado del tiempo poco favorable afectaron al sector. Ahora se viene el feriado de carnaval, que tradicionalmente es un empuje para el turismo, aunque continúa la incertidumbre sobre qué pasará después del martes.

La presidenta de la Cámara de Turismo, Marina Cantera, contó a El País que las últimas dos semanas de enero fueron “muy malas” y que hubo “pocos turistas frente a la necesidad del sector de reactivarse en la temporada”. Después, “hubo más consultas, incluso a nivel internacional, en los últimos días de febrero”.

¿Qué pasará en carnaval? Hay “moderadas expectativas” porque hay un nivel de reservas que, si bien no es espectacular, indica que va a haber un movimiento en todos los destinos. No obstante, aclaró que antes podía haber más proyecciones ya que se realizaban las reservas con mayor anticipación. Sin embargo, debido a la pandemia, cambió el comportamiento de las personas y deciden en la misma semana.

Cantera comentó que son más optimistas por lo que vendrá, pero que la temporada ya pasó y que la situación actual “no tiene arreglo”. Ahora encaran marzo y abril, dos meses en los que se reciben turistas.

Por su parte, la demanda de alquileres para el fin de semana de carnaval cayó cerca del 30% según un relevamiento de Mercado Libre entre los avisos de alquileres temporales.

En tanto, la presidenta de la Corporación Rochense de Turismo, Delvair Amarilla, contó que en el departamento, al igual que sucedió a nivel nacional, los primeros 10 días de enero fueron buenos. Luego, por el aumento de casos de covid y el mal estado del tiempo, “cayó el porcentaje de reservas para la segunda quincena”. Estima que se pasó de un 90% de ocupación a un 40% o 50%, lo que fueron dos semanas bajas para lo que necesitaba el sector turístico.

Amarilla señaló que los cambios en los requisitos para el ingreso de personas al país, que comenzaron a regir a partir del 1° de noviembre, les “había dado una luz” por la posibilidad de que llegaran brasileños. A pesar de que entienden que las exigencias para entrar a Uruguay “estaban bien”, creen que hicieron que el “flujo de entrada de turistas no fuera lo necesario y esperado”.

Consultada sobre qué sucederá en carnaval, explicó que Rocha está dividido en microdestinos. Algunos están con “muy buenas reservas” en los primeros cuatro días mientras que otros aún “están viendo cómo se comportan”. Al igual que Cantera, advirtió que hoy el turista no reserva con mucha anticipación.

El gerente general de Hotel Del Lago Golf & Art Resort, Andrés Zanatta, comentó a El País que la temporada fue “excelente” desde el 26 o 27 de diciembre al 12 o 13 de enero. El nivel de ocupación estuvo en el entorno del 87%. “Desde el 14 de enero al 31 de enero”, manejaron una “ocupación en el entorno de 50% y 53%”.

¿Y febrero? Zanatta explicó que “ha sido parejo, acompasado por la segunda quincena de enero”. Hubo “fines de semana muy buenos pero con días entre semana bastantes flojos”.

Además, en la segunda quincena de enero y febrero tuvieron “muchas cancelaciones a último momento por contagios y contactos”. “Incluso el pago por adelantado no está siendo utilizado porque se depende muchísimo de lo que le pueda pasar a cada familia”, señaló.

Para carnaval hay “una linda expectativa”. Se espera “una buena concurrencia” sábado, domingo y “algo del lunes”. Las reservas “no se están dando como antes, que eran con bastante tiempo de anticipación”. Ahora, “cuando se llenan los hoteles, es un par de días antes”. Entonces, “hoy te digo que el fin de semana va a estar movido porque estamos cerca (de la fecha). Entre semana vamos a ir viendo cómo se maneja”, añadió.

Zanatta explicó que, debido a la modalidad de reserva sobre la fecha y las cancelaciones, la mayor parte del personal está en el seguro de paro parcial.

Sobre Semana Santa dijo que aún hay incertidumbre y, “si bien hay consultas”, “no hay reservas ya estipuladas” porque la “gente está esperando a último momento para evaluar si puede concurrir”.

Desde Hotel Ricardi, que se encuentra en Piriápolis, dijeron a El País que se trabajó “muy bien” hasta el 10 de enero pero que, a partir del día 12 “fue como una temporada baja”. En la empresa sintieron la falta de público extranjero y que febrero “fue malo”. Debido a la situación, durante el verano hubo una reducción de la planilla de trabajadores.

En carnaval van a tener una ocupación del 100% los primeros tres días y después prevén quedarse con “muy baja ocupación”.

El gerente general de Radisson Colonia, Bruno Sena, dijo a El País que fue una temporada “bastante compleja”. Aunque el verano “no fue malo”, “tal vez la expectativa era un poco más alta de lo que terminó” sucediendo, “sobre todo por el público argentino”. El uruguayo respondió, pero hubo una “muy baja ocupación” de los turistas del país vecino por la diferencia cambiaria y los requisitos para entrar como el test PCR y los costos de los pasajes.

El relevamiento que realizó Mercado Libre muestra que la demanda por alquileres temporales para el fin de semana de carnaval cayó cerca del 30%, pese a que la cantidad de avisos publicados en los balnearios de Canelones, Maldonado y Rocha creció levemente.

“En cuanto a precios, en promedio el aumento fue de entre 5% y 6%, apenas por debajo de la inflación anual”, añadió.

En promedio, los balnearios con precios por noche más accesibles están en Canelones con valores por debajo de los US$ 100 la noche, seguido por Rocha, también por debajo de US$ 100. La localidad más barata para vacacionar es Barra del Chuy, con precio promedio de US$ 40 la noche.

En Canelones, los precios van de US$ 55 la noche en Santa Lucía del Este y Bello Horizonte a US$ 95 en Atlántida y US$ 100 en la Floresta.

En Rocha, más allá de Barra del Chuy, los valores oscilan entre los US$ 45 la noche en Balneario Esmeralda, US$ 55 y US$ 56 Barra de Valizas y Aguas Dulces respectivamente y los US$ 88 de La Pedrera. En el otro extremo, como es habitual, en Maldonado están los balnearios más caros. José Ignacio sigue siendo el lugar más exclusivo para vacacionar con precios promedio la noche de US$ 1.200. Luego vienen El Chorro a US$ 783 promedio por noche, Punta Piedras a US$ 680, Rincón del Indio a US$ 593, Manantiales a US$ 592 o La Barra a US$ 500. En Punta del Este se piden US$ 387 por noche en promedio, en San Rafael US$ 367, en Pinares US$ 267 y en Punta Ballena US$ 453.

De todos modos Maldonado hay zonas más accesibles, como las playas cercanas a Piriápolis, donde el precio promedio por noche va de US$ 84 (Punta Negra) a US$ 129 (Punta Colorada).

“Probablemente la posibilidad de viajar al exterior, sumado a la proximidad con el inicio de clases derivó en que la demanda por vacacionar el fin de semana largo de carnaval bajara levemente”, dijo el gerente de Marketplace Inmuebles de Mercado Libre, Jonathan Szwarcman.