Agencia EFE
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció la construcción del primer túnel sumergido del país para unir las ciudades costeras de Santos y Guarujá, con una inversión de 5.800 millones de reales (US$ 1.200 millones).
El túnel, que se construirá bajo la modalidad de alianza pública-privada, tendrá una longitud aproximada de 860 metros y se sumergirá bajo el fondo de un canal a una profundidad de 21 metros.
“Este túnel es necesario” y “muy importante” y “decidimos llamar al gobernador de São Paulo (Tarcísio de Freitas) para hacerlo conjuntamente. Así hay que gobernar un país”, manifestó Lula en el acto de presentación celebrado en Santos.
Lula estuvo acompañado por varios de sus ministros y por el propio De Freitas, quien fue ministro de Infraestructura durante el gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022) y al que tendió la mano para servir al pueblo paulista “en armonía”.
“Un presidente de la República no puede tener enemigos”, afirmó el dirigente progresista, en aparente alusión a la gestión de Bolsonaro, quien durante su mandato mantuvo un pulso constante con los poderes Legislativo y Judicial, así como con algunos gobernadores del país.
Por su parte, De Freitas celebró que, después de 100 años, el proyecto del túnel entre Santos y Guarujá salga del papel, un momento que calificó de “emblemático”.
Asimismo precisó que el aporte de recursos públicos se dividirá al 50% entre el gobierno de São Paulo y el Ejecutivo federal.
La obra se espera que beneficie a unos cinco millones de personas.
Actualmente, solo se puede ir de Santos a Guarujá, situadas en el estado de São Paulo (sureste), en balsa o recorriendo los cerca de 50 kilómetros que separan ambas ciudades por carretera, lo que demora alrededor de una hora.
En 2023, el puerto de Santos movió 173,3 millones de toneladas de carga, según datos oficiales.
Asimismo, el actual presidente brasileño, Lula, entregó 90 viviendas populares para vecinos de Guarujá en el marco de un programa social para eliminar el conjunto de palafitas de la región, donde aún viven cientos de familias en condiciones extremadamente precarias.