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"El agro y la industria están bajo presión" en competitividad

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Jan Kees Martijn. Foto: Marcelo Bonjour

ENTREVISTA

Jan Kees Martijn, Jefe de Misión del FMI para Uruguay.

—¿En qué situación se encuentra la economía uruguaya y que prevén para este año y el próximo?

—En este momento esperamos que el Producto Interno Bruto (PIB) se expanda 3% este año y el siguiente, esta cifra es cercana al crecimiento potencial que estimamos para Uruguay. Tanto las condiciones externas como las internas continúan siendo propicias para el crecimiento; pues se espera que haya una expansión cíclica generalizada, y que en Uruguay un consumo fuerte y las nuevas inversiones en transporte respalden la demanda interna. Sin embargo, el pronóstico del informe Perspectivas Económicas Mundiales, que se publicó hoy (N. de R.: por ayer), muestra un crecimiento un poco más alto, esto se debe a que el pronóstico se realizó antes de que pudiésemos incorporar un nivel del PIB para el cuarto trimestre del 2017 más bajo de lo que esperábamos.

—Con estas nuevas proyecciones de crecimiento económico, ¿el gobierno podrá cumplir la meta de bajar el déficit fiscal a 2,5% del PIB para 2019? ¿Necesitará algún ajuste adicional? En caso de que sí, ¿por qué lado?

—Lograr el déficit objetivo para 2019 (2,5% del PIB) está al alcance, pues el déficit fiscal en 2017 no fue significativamente alto en comparación con lo que estaba presupuestado (N. de R.: fue de 3,6% del PIB y el gobierno se había puesto como meta en la Rendición de Cuentas que fuera de 3,3% del PIB). Alcanzar este objetivo será importante, ya que pondría la deuda neta del sector público en un camino estable y sostenible después de su aumento desde 2010. Se espera que el sólido crecimiento económico ayude a alcanzar este objetivo, al respaldar los ingresos tributarios. Si las autoridades logran controlar el crecimiento del gasto en términos reales, el objetivo de déficit del 2,5% del PIB sigue siendo realista. Al mismo tiempo, entendemos que esto no será fácil. Históricamente, el gasto tiende a aumentar cuando las elecciones se acercan. Una complicación adicional es que la inversión pública se ha reducido en los últimos años, y esa reducción debería revertirse para mejorar la capacidad productiva de Uruguay en el mediano plazo.

—Por otro lado, proyectan que la inflación vuelva a cerrar este año dentro de la meta del gobierno, ¿a qué lo atribuyen?

—En el corto plazo, la reciente apreciación del peso frente al dólar estadounidense está moderando la inflación y, a mediano plazo, esperamos un endurecimiento de la política monetaria. La reducción de la inflación a menos del 7% en 2017, en el rango meta del Banco Central, fue un logro importante. Para anclar más firmemente las expectativas de inflación en Uruguay, creemos que sería útil que la inflación se acercase al punto medio del rango meta (5%) y, para ello, hemos aconsejado que la política monetaria siga siendo estricta en los próximos años.

—El empleo se siguió deteriorando en los últimos meses pese al crecimiento de la economía en general. Ustedes prevén una baja del desempleo este año respecto a 2017, ¿en qué se basan?

—Los nuevos datos muestran que, desafortunadamente, el desempleo ha aumentado otra vez, junto con una nueva disminución en el empleo. Esta es una fuente de preocupación, que destaca la importancia de mejorar la flexibilidad del mercado laboral y la moderación salarial, luego de que los salarios reales han aumentado sustancialmente en 2017. Al igual que en el caso del pronóstico de crecimiento, nuestras proyecciones para la tasa de desempleo no tomaron en cuenta los resultados más recientes. Vamos a incorporar la nueva información, y nuestro próximo pronóstico probablemente reflejará un aumento en la tasa de desempleo en 2018.

—¿Cuál cree que es el principal desafío para la economía uruguaya en la actua-lidad?

—El principal desafío es mantener la competitividad y el dinamismo económico. Uruguay sigue siendo competitivo en la región (especialmente en el sector de servicios, incluyendo el turismo), y los importantes superávits recientes en cuenta corriente reflejan ese hecho. Sin embargo, Uruguay se ha vuelto menos competitivo en las exportaciones de bienes a otros mercados, con la agricultura y la manufactura bajo una presión especial. Para esto no hay soluciones rápidas, pero las reformas estructurales pueden hacer que Uruguay sea más competitivo en el mediano plazo, incluidas las reformas para mejorar la educación y la capacitación laboral, el clima de negocios y el acceso al crédito para las empresas. Estas reformas, junto con un crecimiento moderado de los salarios, también ayudarían a revertir la preocupante tendencia a la baja en el empleo.

En América Latina, la recuperación se fortalece

Sobre América Latina y el Caribe, el FMI dijo que la recuperación "se está fortaleciendo, y se prevé que el crecimiento de la región aumente del 1,3% en 2017 al 2% en 2018 y 2,8% en 2019".

Respecto a Brasil, el organismo indicó que "luego de una profunda recesión en 2015-16, la economía volvió a crecer en 2017 (+1%) y se espera que mejore a 2,3% en 2018 y 2,5% en 2019 gracias al fuerte consumo privado y la inversión. El pronóstico de crecimiento es más alto que en octubre en 0,8 puntos porcentuales para 2018 y 0,5 en 2019. El crecimiento a mediano plazo se establece en moderado a 2,2%".

Sobre Argentina explicó que espera que "el crecimiento se modere de 2,9% en 2017 a 2% en 2018 (0,5 punto porcentual más bajo que en octubre) debido al efecto de la sequía en la producción agrícola, así como al ajuste fiscal y monetario necesario para mejorar la sostenibilidad de las finanzas públicas y reducir la alta inflación. A partir de entonces, el crecimiento se configurará para recuperarse gradualmente a 3,3% en el mediano plazo".

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