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El adiós a la tasa Libor y los efectos que podría generar en contratos en Uruguay

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Londres: su mercado financiero es referencia a nivel mundial a través de la tasa de interés Libor. Foto: AFP
A person is seen near Tower Bridge, after new nationwide restrictions were announced during the coronavirus disease (COVID-19) outbreak in London, Britain, November 3, 2020. REUTERS/Henry Nicholls, poca gente en las calles, por pandemia de covid 19, coronavirus, cuarentena, confinamiento
HENRY NICHOLLS

FINANZAS

Qué hacer y cómo prepararse para la desaparición de una tasa de referencia bancaria utilizada a nivel mundial.

La tasa Libor, que se utiliza como referencia a nivel mundial, se dejará de publicar tras un escándalo mundial por su manipulación. Aún no se sabe cuál será el impacto real de su desaparición. Mientras, los diferentes actores se preparan para que la transición sea lo menos dolorosa posible.

Antes que nada, la Libor (en inglés, London Interbank Offered Rate) es una tasa interbancaria de Londres. Para su cálculo, se le pregunta a bancos de la capital de Inglaterra cuál es la “tasa de interés a la que pueden pedir prestado” a otros bancos. Se consulta por diferentes plazos y en cinco monedas, por lo que existen varias tasas Libor, explicó un informe de Ferrere Abogados.

Ahora, ¿por qué es importante? Los bancos usan los valores como referencia en contratos financieros en todo el mundo. Las tasas se publican a diario e influyen de manera directa, por ejemplo, en algunos créditos vigentes en Uruguay. También se toman como parámetro para los bonos de tasa flotante y otros derivados financieros.

El mundo se enfrenta a un problema: parte de las tasas se dejarán de publicar el 31 de diciembre de 2021, y algunas excepcionales continuarán por tiempo más. La decisión se tomó después de que hubo un escándalo mundial en 2012. En pocas palabras, se descubrió una manipulación de los datos.

Por ese motivo, se desestimuló su uso. Recientemente, en mayo de 2021, la autoridad de finanzas de Reino Unido pidió a los bancos que aceleren el cambio a un nuevo referencial de tasa interbancaria que sustituya a la Libor.

El cambio.

¿Cómo puede influir la desaparición de la Libor en los contratos con los bancos? El informe de Ferrere planteó el siguiente ejemplo: “Supongamos que el 30 de junio de 2021 un banco uruguayo celebró un contrato de préstamo hipotecario con un particular por un monto de US$ 400.000, pagadero en ocho años, y con una tasa de interés igual a la Libor de dos meses de dólares (supongamos que su valor al 30/6/2021 era de 0,2%), más un margen de cinco puntos, lo que da una tasa efectiva de 5,2%. En enero de 2022, cuando el banco deba determinar cuál es la tasa de interés del préstamo, no podrá hacerlo, porque la Libor dejará de estar publicada”.

Cláusulas. Al negociar la compraventa de acciones, muchas empresas incluyen puntos contractuales para resguardar su negocio ante la salida de un socio.
Foto: Archivo El País.

El reporte indicó que, pese a los llamados a dejarla de lado, se siguió utilizando, lo que puede “presentar potenciales riesgos legales, operativos, crediticios, regulatorios y de reputación”.

El estudio planteó qué se puede hacer frente a diferentes escenarios. La clave está en cómo se redactó el contrato. Si está “bien escrito”, tiene una cláusula alternativa donde se especifica cuál será la tasa de referencia a utilizar si desaparece la Libor o deja de ser representativa. Pero, si en el acuerdo no se prevé nada, “se presentará incertidumbre de cómo se debe calcular la nueva tasa, lo cual puede derivar en reclamos legales de alguna de las partes”. En esas situaciones, los involucrados “pueden mitigar estos riesgos modificando los contratos para incorporar un lenguaje alternativo sólido. Sin embargo, en muchos casos, todas las partes deben estar de acuerdo con una enmienda, lo cual puede generar costos de transacción muy elevados”, añadió.

Por su parte, Matías Hofman, responsable de estrategias de inversión en SURA Uruguay, habló sobre cómo puede llegar a influir en el mercado financiero. Explicó que es probable que los usuarios finales no “observen ningún cambio”, aunque aún “está por verse” qué va a implicar la desaparición de la Libor. Algo que sí va a suceder es que, si se compra un papel después de diciembre de 2021, va a ver una modificación en la nomenclatura de las tasas.

Algo diferente va a pasar con los bancos, que si tendrán “un costo operativo gigante” en recursos humanos y tecnológicos por las transiciones, agregó. Además, existe la posibilidad de que haya una diferencia entre las nuevas tasas y la Libor, lo que “puede jugar a favor o en contra”, explicó. Lo que queda por ver es si las entidades financieras van a trasladar los gastos a los usuarios finales.

Preparación.

Las reglas del juego van a modificarse con la desaparición de la Libor. Por ese motivo, “las partes deberán prepararse para hacer frente a los próximos cambios”, indicó el informe de Ferrere, y brindó algunas recomendaciones. La primera es “revisar cada contrato o instrumento financiero del que sea parte la empresa e identificar aquellos que utilicen a la Libor como tasa de referencia”.

Si se encuentra que hay acuerdos con Libor, hay que “determinar si existe lenguaje que ya prevé su desaparición”. De ser así, “evaluar si recoge correctamente la situación actual y la que se presentará el 31 de diciembre de 2021 o el 30 de junio de 2023, según corresponda”.

Por el contrario, de no haber, “se deben determinar los pasos a seguir, dependiendo de cuál sea la posición contractual (prestamista o deudor)”. Una de las principales cosas “será evaluar si el contrato continuará teniendo tasa variable o mixta, o si pasará a tener tasa fija. Si se decide por la primera opción, habrá que determinar qué tasa de reemplazo sustituirá a la Libor. En el mercado ya se manejan varias opciones”, agregó.

Escándalo.

En 2012, hubo un escándalo mundial. Se halló que empleados de uno de los banco encuestados para el cálculo de la Libor presentó datos “que no reflejaban los costos de los préstamos del banco, ganando mucho dinero” durante cuatro años. Además, se evidenció que “algunos bancos estaban cartelizados para presentar datos falsos y beneficiarse de ello”. En ese momento hubo “intensas investigaciones, acuerdos y demandas millonarias”, explicó el informe de Ferrere.

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