En una sociedad que sigue rindiendo culto a la apariencia física, la presión para cumplir con un modelo específico de belleza afecta profundamente a niñas y adolescentes. Esta es una de las alarmantes conclusiones de la reciente investigación presentada por Dove, con motivo del 20º aniversario de su emblemática campaña por la Belleza Real.
El estudio, realizado por 1D Retail para Dove, pone de manifiesto las experiencias y preocupaciones de las mujeres uruguayas, desvelando cómo los valores culturales influyen en la identidad y el bienestar femenino. Los datos son claros: la autoestima se erosiona con la edad. Mientras que el 74% de las niñas reportan tener una alta autoestima, este porcentaje cae al 40% en adolescentes y se reduce aún más al 35% en mujeres adultas.
Para visibilizar esta problemática, se creó una impactante escultura que refleja la disminución de la autoestima femenina a lo largo del tiempo, mientras la mujer crece, obra de Ogilvy Uruguay de Grupo Punto. La muestra busca generar conciencia y fomentar el diálogo sobre esta crítica situación.
“La autoestima está relacionada nada más y nada menos con la capacidad que tenemos de ser felices, porque nos empieza a limitar en un montón de aspectos de nuestra vida”, aseguró Verónica Eichtersheimer, gerenta de Marketing de Unilever Uruguay.
Un hallazgo preocupante es que una de cada dos mujeres y una de cada tres niñas y adolescentes sienten que la presión por ser físicamente atractivas es mayor que en la generación de sus madres. Esta presión lleva al 51% de las mujeres a renunciar a actividades por no sentirse a gusto con su apariencia.
Aunque los ideales de belleza se han diversificado, la lista de expectativas se ha vuelto interminable e inalcanzable: una cintura pequeña (67%), no ser gorda (61%), parecer saludable (60%) y tener curvas (49%). Incluso, el 16% de las niñas y adolescentes estarían dispuestas a sacrificar un año de vida por alcanzar su "cuerpo ideal".
“Desde Dove nos propusimos colaborar para que las nuevas generaciones crezcan libres de estas presiones de belleza, que puedan tener una relación sana con su cuerpo y sentirse a gusto con cómo se ven”, aseguró Nicolás Peyrous, jefe de Marketing de Beauty & Personal Care en Unilever Uruguay.
El estudio destaca también la influencia negativa de las redes sociales y la inteligencia artificial en la percepción de la belleza. De hecho, más de la mitad de las mujeres encuestadas cree que estas plataformas aumentan la presión para que la gente tenga un aspecto determinado: un 55% de las mujeres y un 47% de las niñas y adolescentes.
Dove, comprometida con la representación auténtica, ha prometido no usar IA para crear imágenes de mujeres en sus anuncios y ha desarrollado un Manual de Prompts, una guía para poder usar la herramienta y que genere imágenes diversas e inclusivas.
Además, el 74% de las mujeres y el 54% de las niñas y adolescentes saben que las imágenes en los medios están retocadas. Un 69% de las mujeres y el 64% de las niñas han estado expuestas a contenidos de belleza nocivos en Internet, generando ansiedad y una disonancia entre la vida real y la virtual.
“Esta investigación nos mostró el impacto de los estereotipos de belleza en las niñas y adolescentes y nos incentivó a generar campañas icónicas a nivel global y nos inspiró a abordar el tema en Uruguay de manera consistente”, sostuvo Peyrous.
Desde 2004, Dove desafía a la industria de la belleza a cambiar su representación de las mujeres y a ser transparentes sobre la distorsión digital. En Uruguay, Dove lleva 12 años impartiendo talleres de confianza corporal y autoestima en escuelas y liceos, y ha creado el espacio Dove Me para fomentar conversaciones entre padres, madres y jóvenes sobre la autoestima.
Este 20º aniversario marca un hito en la lucha por redefinir la belleza, celebrando a las mujeres reales y reafirmando el compromiso de Dove con la diversidad y la inclusión.
“Esta acción que comenzó en 2004 todavía está lejos de terminar. Este trabajo es cada vez más urgente, así que hoy el compromiso está más vigente que nunca”, remató Eichtersheimer.
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