Con más de ocho décadas en Uruguay, Ayax se ha consolidado como un actor clave en la industria automotriz local y regional, acercando al país las tendencias globales en movilidad y sostenibilidad. Para Alejandro Curcio, presidente de la empresa, el verdadero valor de este aniversario está en demostrar que la compañía sigue vigente y con la mirada puesta en lo que viene.
“Cumplir 80 años en un país como Uruguay nos llena de orgullo, porque atravesamos transformaciones muy profundas, desde ciclos económicos adversos hasta la pandemia”, señaló el ejecutivo. “Lo logramos con el método japonés: planificación, esfuerzo, adaptación, humildad y, sobre todo, un gran equipo humano”, agregó.
Ese estilo de trabajo tiene un ancla en los valores. Según Curcio, el gran desafío de una empresa familiar con tanta trayectoria es mantener vivos y actualizados esos principios. “El propósito no cambia: ser un puente entre un pasado que nos honra y un futuro que nos desafía, y este año comenzó la construcción de ese puente”.
Valores orientales en clave uruguaya
El vínculo con Toyota y Suzuki acercó a Ayax a la cultura japonesa, cuyos principios se han incorporado en la gestión cotidiana. Disciplina, respeto por las personas, planificación estratégica a largo plazo y mejora continua forman parte de la filosofía que guía a la empresa.
“El japonés es muy planificador y disciplinado. El uruguayo, en cambio, es creativo y adaptativo. Esa combinación nos dio una manera distinta de trabajar, mezclando lo oriental y lo occidental”, explicó Curcio. Esta visión se materializa en conceptos como kaizen (mejora continua) y omotenashi (anticiparse a las expectativas del cliente). “Nuestro trabajo es honrar al cliente cuando nos elige y estar por encima de lo que espera de nosotros”, enfatizó.
En ese espíritu, Ayax destaca que Toyota fue reconocida por Merco como la empresa con mejor reputación corporativa del sector automotriz en Uruguay, un logro que refuerza el compromiso local con los estándares globales.
Innovación como ADN
La innovación atraviesa a Ayax y a las marcas que representa. “Toyota invierte US$1.000.000 por hora en investigación y desarrollo”, recordó Curcio al subrayar lo alineados que están. Ese impulso se traduce también en hitos locales: “El primer auto híbrido que llegó al Uruguay fue traído por nosotros en 1997”. Según explicó, hasta 2020 Toyota fue dueña de las patentes clave para los híbridos, algo que ayudó a ordenar el desarrollo tecnológico global.
Ese espíritu también se ve en proyectos creados en Uruguay. Curcio destacó The Hy Project, un sonido para vehículos eléctricos e híbridos que alerta a peatones y animales a baja velocidad y que, según describió, busca tener además un efecto positivo en el ecosistema. “Además de obtener importantes premiaciones en todo el mundo, cerramos un convenio con Toyota y se están haciendo las pruebas para ponerlo en todos los autos. Es inventado por gente de Uruguay, usando los laboratorios de Toyota”. Para Curcio, es un ejemplo de cómo el “valor japonés” se potencia con la creatividad local.
Cercanía y servicio al cliente
Con 30 concesionarios y más de 70 talleres autorizados en todo el país, Ayax apuesta a estar cerca de quienes confían en sus vehículos, ofreciendo asistencia para repuestos, mantenimiento o recalls. Su equipo se mantiene capacitado para atender la creciente complejidad tecnológica de los autos, garantizando un servicio rápido y confiable. Esta red también refuerza la experiencia de marca: Toyota y Suzuki destacan por durabilidad, confiabilidad y valor de reventa, y Ayax trabaja para superar las expectativas en cada interacción y acompañar al usuario durante toda la vida útil del vehículo.
Mirada hacia adelante
El futuro de la movilidad plantea desafíos de sostenibilidad, nuevas energías y disrupción tecnológica. Para Curcio, no hay una única receta: “no podés encarar el exceso de carbono con un producto solo. La estrategia es multipasaje: eléctricos puros, híbridos enchufables, híbridos, hidrógeno, combustión y diésel”.
A esa visión se suman pilares operativos clave como cercanía y servicio. “Si bien la gente dice ‘Toyota no se rompe nunca’ y ‘Suzuki es muy confiable’, nosotros queremos estar por arriba de las expectativas”, confesó el ejecutivo. Pero el vínculo emocional también importa. “El auto es algo aspiracional, sigue siendo importantísimo para el uruguayo”, afirmó, y por eso, “hay que darle respeto al cliente: está comprando algo que valora mucho, y nuestro honor es estar a la altura de esa elección”.
Pensando en los próximos 10 o 20 años, para Curcio “estos 80 años son una pausa para honrar el camino y un impulso para lo que viene. Lo más importante es que los valores iniciales, los principios y el estilo de hacer negocios estén vigentes”. Ese, resume, es el mayor capital de Ayax: una experiencia que integra oriente y occidente para seguir construyendo futuro.