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En el área de tecnología aún persisten desafíos para alcanzar la equidad de género. Como reflejo de esa situación, las mujeres tienen una participación del 24% en el segmento de “Informática/computación” a nivel de las empresas uruguayas, mientras que los hombres representan el 76%, según el informe “Principales resultados de la encuesta de remuneraciones. Primer semestre de 2021”, elaborado por la consultora PwC. El reporte tradicionalmente releva todo el mercado, pero en esta edición incorpora además al sector de tecnología tras un acuerdo entre PwC y la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI).

La muestra se compone de 87 empresas participantes de distintos rubros (comercio, servicios, industria); del total, el 11% corresponde a tecnología.

Según Rossana Grosso, directora de consultoría en gestión humana de PwC, los datos demuestran que en las empresas hay un “sesgo hacia los cargos de género masculino y si vamos a las posiciones de tecnología, eso es un poco más acentuado todavía”.

Un 46% de todas las posiciones relevadas en la encuesta están ocupadas por personas del género masculino y femenino, un 34% solo por hombres y un 20% solo por mujeres. “Si lo analizás a nivel gerencial, en el 100% de los cargos al menos hay un hombre, y solo en el 43% hay también mujeres. A su vez, no encontrás que solo haya mujeres” en ese rol, analizó Grosso, quien precisó que 72 de las 87 empresas participantes brindaron información de generó para la encuesta.

Esa característica se ve replicada en roles asociados a tecnología.

En el nivel gerencial de las empresas uruguayas, el 57% de los cargos reportan únicamente ocupantes de género masculino, dice el informe. Entre las posiciones que muestran esa tendencia se encuentran no solo la gerencia general sino también la gerencia de TI (Desarrollo, Producto y Operaciones), dice el relevamiento de la consultora.

En una línea similar, los gerentes de Sistemas son roles desempeñados mayoritariamente por hombres (76%), agrega.

Lo mismo se observa en la posición de gerente de producto de software (el 61% de esos cargos están ocupados por personas del género masculino).

En contraste, las mujeres son mayoría en la gerencia de Recursos Humanos (48%) y como “contador general / controller” (54%).

A nivel de gerencia de finanzas y de administración de finanzas se observa una mayor paridad entre géneros, indicó Grosso.

Al analizar la participación por género en las distintas áreas de actividad de las empresas, el informe señala que en “Informática/computación” las mujeres están en clara desventaja frente a sus colegas varones (24% y 76%, respectivamente). En cambio, predominan en ventas, recursos humanos, administración y contabilidad.

“Notoriamente en el área de tecnología hay una brecha enorme de género para seguir avanzando”, señaló la experta de PwC.

Grosso destacó que organizaciones como CUTI y ONU Mujeres, entre otras, vienen promoviendo acciones para lograr una mayor paridad de género en tecnología. En su opinión, la brecha surge al momento de escoger la carrera profesional.

“En el liceo, en los bachilleratos, y también en la universidad, muchas menos mujeres eligen las carreras de tecnología. El problema arranca ahí”, indicó. Esa realidad redunda en que luego las empresas tienen menos candidatas para sumar a sus equipos, añadió Grosso. No obstante, “las organizaciones tienen desafíos para desarrollar políticas activas para tratar de incorporarlas y poner un foco ahí”, cerró.

Las empresas están viendo a una serie de cambios en sus metodologías de trabajo a causa de la pandemia de coronavirus. Según Grosso, la industria de la tecnología tiene el desafío de diseñar y aplicar modelos de trabajo híbridos e “hiperflexibles” que combinen jornadas en la oficina con otras desde casa. Esto aspecto resulta crítico para la gestión de los recursos humanos en este sector donde el nivel de desempleo es prácticamente cero y se trabaja para el mundo, acotó la experta de PwC.

También agregó como otro efecto de la pandemia el hecho de que las personas valoran cada vez más los temas de bienestar y salud (mental, física y emocional) como parte de su experiencia como empleados de una empresa. “Lo que buscan no es solo lo salarial sino una cantidad de componentes que hacen a la propuesta de valor de la empresa y a la experiencia del empleado”, afirmó Grosso. “Hoy se valora más el ‘salario emocional’, que tiene que ver con la flexibilidad de horarios, del lugar de trabajo, la calidad del (balance) trabajo-vida, pero visto de una forma integral”, finalizó.