EFE / Madrid
Las lesiones encontradas en el cráneo y la mandíbula de un hombre joven de unos treinta años constituyen la primera evidencia de que hace más de 4.500 años, los médicos del Antiguo Egipto realizaron una cirugía oncológica, la primera de la historia de la medicina.
Gracias a los escritos de la época, se sabía que la medicina del Antiguo Egipto era muy sofisticada. Sus médicos sabían identificar y tratar muchas enfermedades, además de poner empastes, construir prótesis o hacer amputaciones, pero hasta ahora nunca se habían encontrado evidencias de cirugías relacionadas con el cáncer.
Este miércoles, un estudio publicado en la revista 'Frontiers in Medicine' presenta las pruebas de los primeros abordajes médicos contra el cáncer de la historia, unas cirugías que se practicaron en el Antiguo Egipto en un varón de unos treinta años de entre 2687 y 2345 a.C. y de una mujer mayor de cincuenta años cuyos restos están datados de entre el 663 y el 343 a.C.
Para estudiar la evolución del cáncer y cómo las distintas sociedades han interactuado con este enfermedad, el equipo analizó dos cráneos conservados en la Colección Duckworth de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), el cráneo 236 (el del varón) y el E270 (el de una mujer).
Una frontera del conocimiento médico.
El Antiguo Egipto dejó auténticos tratados de medicina, textos en los que los médicos egipcios describen las enfermedades que sufrían y sus tratamientos.
"Uno de los más famosos es el Papiro de Edwin Smith, que tiene unos 3.600 años, y describe 48 casos, uno de ellos, el 45, se refiere a un posible cáncer de mama pero dice que no tiene tratamiento", explica a la agencia EFE Edgard Camarós, paleopatólogo de la Universidad española de Santiago de Compostela (USC) y autor principal de la investigación.
Y eso muestra que "aunque los antiguos egipcios eran capaces de tratar fracturas craneales complejas, el cáncer seguía siendo una frontera del conocimiento médico", añade Tatiana Tondini, investigadora de la Universidad de Tubinga (Alemania) y coautora del estudio.
Al analizar el cráneo 236, el equipo encontró una lesión de gran tamaño provocada por una neoplasia, una formación anormal de tejido —probablemente un tumor primario— y una treintena de lesiones metastásicas pequeñas y redondas diseminadas por el todo el cráneo.
Pero también descubrieron marcas de corte alrededor de estas lesiones, que probablemente se habían hecho con un objeto afilado, como un instrumento metálico. "No podíamos creer lo que teníamos delante", recuerda Tondini.
"Esas incisiones son la muestra de que hubo una cirugía oncológica relacionada con los tumores. Se pudieron hacer antes de que muriera el individuo, con fines curativos, o unas horas después de que falleciera, en una cirugía posmortem; en este caso estaríamos ante una autopsia por curiosidad médica, para analizar ese cáncer", comenta Camarós a EFE.
Un traumatismo muy severo
Por su parte, el cráneo E270 también tenía una gran lesión provocada por un tumor canceroso que le destruyó el lado derecho de la cabeza pero, además, en el lado izquierdo "mostraba unas lesiones causadas por un traumatismo muy severo que tendría que haber sido causa de muerte si no se hubiera intervenido médicamente como fue el caso", añade el investigador de la USC.
De hecho, esta mujer no solo fue intervenida quirúrgicamente, sino que además "sobrevivió muchos años después de esta fractura hasta que desarrolló el tumor que acabó con su vida. Sin duda alguna, el resultado de esa cirugía fue impresionante", subraya Camarós.
El equipo cree que el traumatismo se hizo con algún objeto con filo contundente, como una espada, y por la localización en el lado izquierdo del cráneo, "pensamos que podría haberse hecho en un evento de violencia interpersonal, como un conflicto bélico o un ataque", apunta.
Pero para los investigadores, lo más importante del estudio es que la presencia de tumores indica que, aunque el estilo de vida actual, el envejecimiento o los agentes cancerígenos presentes en el medioambiente pueden haber disparado la prevalencia actual del cáncer, esta enfermedad también era una patología común en el pasado.
Y especialmente, este estudio "muestra perfectamente esa frontera del conocimiento en la medicina egipcia, que era capaz de curar un traumatismo que hubiera sido mortal en otras circunstancias, pero que desconoce cómo tratar el cáncer", destaca Camarós.