Un hombre murió en un gimnasio de Brasil haciendo musculación; la barra se le resbaló y le cayó encima

Un hombre de 55 años falleció el pasado lunes cuando entrenaba en un gimnasio de Brasil. El hombre estaba haciendo musculación, cuando en determinado momento se le resbaló la barra y esta lo golpeó en el pecho.

El accidente fue en un gimnasio del barrio Jardim Atlântico, en Olinda, en el estado de Pernambuco. Las imágenes de una cámara de seguridad muestran el momento en que la barra se le resbaló de las manos. El hombre logró incorporarse tras el impacto, pero se desplomó segundos después. El personal de RW Academia le brindó primeros auxilios y lo trasladó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UPA) de Rio Doce, pero no sobrevivió. La Policía Civil está tratando el caso como una muerte accidental.

El fallecido era el presidente del Palácio dos Bonecos (Palacio de los Títeres) de Olinda, identificado como Ronald José Salvador Montenegro. La entidad que dirigía emitió un comunicado de condolencias destacando el legado eterno de una de las figuras más importantes de la cultura popular de la ciudad.

En una publicación en redes sociales, el Palácio dos Bonecos enfatizó la pérdida de "un líder, un amigo y un apasionado defensor de la cultura popular", responsable de mantener viva la tradición de los títeres gigantes, uno de los símbolos del carnaval de Pernambuco. La organización anunció la suspensión de sus actividades hasta el 5 de diciembre, en señal de duelo por el fallecimiento de su presidente.

El gimnasio también publicó un comunicado en redes sociales, en el que afirma haber brindado asistencia inmediata al hombre y reafirma su compromiso con la capacitación regular en primeros auxilios. La empresa expresó su solidaridad con la familia y ofreció su apoyo durante este período de duelo.

"Todo el equipo brindó asistencia inmediata, solicitando ayuda especializada de inmediato. A pesar de todos los esfuerzos realizados, recibimos la noticia de su fallecimiento con profunda tristeza", publicó la academia.

Padre de dos hijos y figura reconocida en el circuito cultural de Olinda, Ronald fue considerado uno de los principales impulsores del mantenimiento y la modernización de los tradicionales títeres gigantes, una atracción que proyecta la ciudad en Brasil y en el extranjero.

La demanda de entrenamiento con pesas en gimnasios se ha vuelto tendencia. Sin embargo, el uso de equipos, incluso en un entorno controlado con la presencia de profesionales, puede presentar riesgos. Esto se puede observar en el caso de Ronald, que falleció tras sufrir un accidente con equipo pesado mientras realizaba press de banca con barra libre. La barra se resbaló y le aplastó el pecho.

El columnista de Globo y profesional de Educación Física de la Universidad de São Paulo (USP), Marcio Atalla, destaca que las lesiones por aparatos de musculación ocurren en la mayoría de los casos debido a la ejecución incorrecta de los ejercicios o al exceso de peso.

"Para ser eficaz en el gimnasio, es importante contar con la guía de alguien que sepa realizar el movimiento correctamente y no excederse con el peso; ese es el principio básico. Prácticamente el 100% de las lesiones ocurren por esto", explica.

El equipo de gimnasio considerado por los profesionales de la educación física como el más peligroso para causar accidentes es el de pesas libres. Al no estar fijados a máquinas, las mancuernas, barras y discos se utilizan generalmente en ejercicios como sentadillas, levantamiento de pesas olímpico y press de banca (ejercicios de pecho).

"Los otros dispositivos, que son pesas ‘guiadas’ y fijas en un lugar, suelen ofrecer mayor seguridad al usuario", explica el experto.

Para el entrenamiento con pesas libres, la persona suele necesitar ajustar la cantidad de peso en kilogramos, lo que requiere una elección cuidadosa de cuánto puede soportar hasta el final del entrenamiento. En repeticiones de tres, que a veces requieren hasta 12 repeticiones, el exceso de peso puede convertirse en un problema. Por lo tanto, al usar este tipo de equipo, se requiere mayor atención.

O Globo/GDA