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Trump corta aportes a la OMS; en EE.UU. temen escasez de carne

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Gente caminando en una calle en EE.UU. Foto: AFP

POLÉMICA

El presidente de los Estados Unidos acusó al organismo de "mala gestión" en la pandemia de COVID-19.

El presidente Donald Trump suspendió ayer martes la contribución de Estados Unidos a la Organización Mundial de la Salud (OMS) denunciando su “mala gestión” de la epidemia del nuevo coronavirus. “Hoy, ordeno la suspensión del financiamiento de la Organización Mundial de la Salud mientras se lleva a cabo un estudio para examinar el rol de la OMS en la mala gestión y el encubrimiento de la propagación del coronavirus”, declaró Trump en rueda de prensa.

“La OMS falló en su deber básico, y debe rendir cuentas”, insistió.

Estados Unidos es el mayor contribuyente de la OMS, con un aporte de 400 millones de dólares en el último año. La OMS se ha fijado para el bienio 2020-21 un presupuesto de 5.840 millones de dólares.

Unas horas antes del anuncio de Trump, el secretario de Estado, Mike Pompeo, adelantó que Estados Unidos busca un “cambio fundamental” en la OMS. “La Organización Mundial de la Salud en su historia ha hecho un buen trabajo. Desafortunadamente, aquí no le dio al blanco”, dijo Pompeo al programa de radio de Florida Good Morning Orlando.

El gobierno de Trump, que frecuentemente critica a las agencias de la ONU, dice que la OMS se basó demasiado en las cifras oficiales chinas después de que el virus apareciera a finales del año pasado en la ciudad de Wuhan.

La OMS, citando a médicos chinos, dijo en las primeras semanas de la epidemia que no tenía información de que la transmisión se hiciera entre humanos y elogió la transparencia de Pekín.

Los críticos de Trump dicen que el presidente estadounidense está buscando un chivo expiatorio extranjero debido a que él mismo ha recibido ataques por su manejo de la pandemia en el país.

“Nuestro país se enfrenta a un desafío sin precedentes en su historia”, declaró Trump. Foto: AFP
“Nuestro país se enfrenta a un desafío sin precedentes en su historia”, declaró Trump. Foto: AFP

Muertos y escasez.

Estados Unidos alcanzó ayer martes los 25.239 muertos por COVID-19, casi la mitad solo en Nueva York, mientras se han disparado las alarmas por el peligro de una interrupción de la cadena del suministro de carne tras el cierre de varias instalaciones.

El nuevo coronavirus, que ha contagiado ya a 596.670 personas en el país, según datos de la Universidad Johns Hopkins, se ha colado también en las empresas de servicios esenciales y ha forzado el cierre de una docena de plantas procesadoras de alimentos cárnicos.

Una de las últimas en echar el candado ha sido la empresa Smithfield, ubicada en Sioux Fall (Dakota del Sur) y responsable de elaborar el 5% de los productos de cerdo que se consume en el país. Cerró sus puertas este lunes “por un tiempo indefinido” después de que 300 trabajadores dieran positivo en los análisis de COVID-19.

La semana pasada, JBS USA, especializada en carne de vacuno y cerdo, anunció que cerraba al menos hasta el jueves sus instalaciones en Souderton (Pensilvania) y que había decidido clausurar hasta el 24 de abril su planta en Greeley (Colorado) debido al aumento de casos de coronavirus en el condado de Weld, donde está ubicada.

También en Iowa, Tyson Foods, uno de los principales productores de carne de Estados Unidos, cerró su planta de cerdo en la localidad de Columbus Junction debido a que decenas de trabajadores habían contraído el virus.

En total, al menos 12 compañías cárnicas han anunciado el cierre de algunas de sus instalaciones en el país.

La Consumer Brands Association (CBA), el grupo que aglutina a las compañías alimenticias de Estados Unidos ha hecho sonar las alarmas.

Estados Unidos no se está quedando sin productos. Pero las estanterías vacías revelan que la cadena de suministro está bajo presión y el Gobierno y la industria deben resolverlo juntos”, aseveró en Twitter el grupo, que representa entre otros a gigantes como Nestlé o Campbell Soup.

“No tenemos un rey, tenemos un presidente”
Gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo. Foto: AFP

El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, insistió en que la decisión de levantar la cuarentena corresponde a los estados y no al gobierno federal, como dijo el lunes el presidente Donald Trump, y subrayó que Estados Unidos no es una monarquía absoluta sino una república, por lo que pidió al mandatario que no actúe de forma “dictatorial”. “No tenemos un rey Trump, tenemos un presidente”, dijo Cuomo.

“La Constitución dice que el gobierno federal no tiene poderes absolutos, es exactamente lo contrario a lo que ha dicho el presidente. (...) No tenemos un rey Trump, tenemos un presidente Trump”, dijo Cuomo ayer martes en una entrevista con CNN.

El lunes se desató una polémica después de que varios estados gobernados por el Partido Demócrata de la costa este del país, incluido Nueva York, y otras regiones de la costa este, también demócratas, anunciaran por separado que colaborarán para elaborar un plan conjunto con el objetivo de retomar la actividad económica de manera gradual.

“Con el propósito de crear conflictos y confusión, algunos medios de noticias falsas están diciendo que es decisión de los gobernadores abrir los estados no del presidente de Estados Unidos y del gobierno federal”, escribió Trump, en Twitter. “Que se entienda completamente que esto es incorrecto -sentenció-. Es la decisión del presidente y por muchas buenas razones”.

Aunque posteriormente intentó matizar sus declaraciones, Trump dijo que es “una decisión mía, junto con los gobernadores”.

Cuanto más frío, mayor transmisión del virus

A menor temperatura, mayor transmisión del coronavirus, según un estudio científico publicado ayer martes en España, que establece una relación entre el número de contagios diarios y la temperatura promedio en las distintas regiones del país.

La investigación fue realizada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ambos dependientes del Gobierno.

El estudio tiene como objetivo desarrollar un sistema de vigilancia y contención de la epidemia basado en la alerta temprana y en la monitorización de factores ambientales como la contaminación atmosférica que, junto a la meteorología, influirían en la incidencia y propagación de la enfermedad.

El método empleado compara el índice de incidencia acumulado en los últimos 14 días, definido como número de contagios nuevos diarios por cada 100.000 habitantes, con la temperatura promedio correspondiente al mismo período en todas las comunidades autónomas.

Los resultados preliminares indicaron que a menor temperatura promedio, mayor incidencia del virus, en consonancia con lo obtenido en otras investigaciones internacionales, y este patrón se repite durante el período analizado, desde el 26 de marzo hasta el 5 de abril.

Según el estudio, investigaciones recientes en relación a la propagación de la COVID-19 y el virus SAR-COV-2 indican también que la humedad del aire puede incidir en la propagación y transmisión de la enfermedad, principalmente en el sentido de que las altas temperaturas y la alta humedad reducen significativamente la transmisión y propagación del virus.

De este modo, la llegada de la temporada primaveral en el hemisferio norte podría reducir efectivamente la transmisión de la enfermedad, subraya el estudio.

Estos resultados permitirán investigar con mayor especificidad el impacto de los factores ambientales en la incidencia y propagación de la COVID-19 a través de otras variables. (En base a EFE)

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