Carolina Mella
El Gobierno de Ecuador no sabe cuándo José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, el criminal más peligroso del país, se escapó de la cárcel de Guayaquil. Le tomó 15 horas reconocer que se les había fugado el cabecilla de la sanguinaria banda delictiva Los Choneros, brazo operativo del cartel mexicano de Sinaloa. “El día de hoy (por el lunes) la Policía en conjunto con las Fuerzas Armadas se percató de la no presencia de uno de los internos que prevalece en este centro de rehabilitación social”, informó el comandante de la Policía, César Zapata.
Las declaraciones las hizo al salir de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad, convocada por el primer mandatario. El complejo penitenciario de Guayaquil, que comprende cinco cárceles donde más de 12.000 personas están privadas de libertad, amaneció con un fuerte contingente policial y militar este domingo 7 de enero. Era por una operación de control de armas, decía el breve comunicado del SNAI, la institución del Gobierno responsable de lo que ocurre en las cárceles. Se seguía además otra instrucción, eliminar los enchufes (interruptores) de la cárcel, pudo conocer EL PAÍS de una fuente policial. A inicios de diciembre el presidente Daniel Noboa, ya había advertido en una entrevista que se debía empezar por lo básico, “que no le pongan un enchufe al líder de la banda”, la celda en la que estaba Fito, según el mandatario tiene cuatro enchufes, “él tiene más enchufes que un cuarto de hotel”.
El operativo de control de objetos prohibidos se desarrolló y “se logró el decomiso de teléfonos celulares, enchufes, armas blancas, y otros indicios encontrados”, dijo el comandante, y fue ahí que “se pudo percatar la no presencia de uno de los internos”, añadió, y que la búsqueda continúa al interior del complejo penitenciario, mientras la Fiscalía del Estado abrió una investigación de oficio y se practican diligencias en el lugar.
José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, tiene 44 años, 14 procesos judiciales por distintos delitos, entre esos robo, delincuencia organizada, tenencia de armas y asesinato, que entre todas sumaron la sentencia máxima de 34 años de prisión, de los cuales lleva 12 recluido en la cárcel Regional de Guayaquil. No es la primera vez que se fuga. En febrero de 2013, Fito y otros 15 presos más de la banda Los Choneros, incluido el líder de la agrupación, Jorge Luis Zambrano, escaparon de la cárcel de máxima seguridad llamada La Roca, que está dentro del mismo complejo penitenciario. Durante 10 meses fueron los criminales más buscados del país, hasta que fueron encontrados por la Policía.
El ascenso de Fito a la cúpula de Los Choneros se dio a raíz del asesinato de Jorge Luis Zambrano, alias Rasquiña, quien mantenía la hegemonía de la organización que tiene sus inicios en la década de los ochenta en Manabí, una provincia de la costa ecuatoriana. Los Choneros ganaron fama de sicarios, aunque con el tiempo ampliaron sus delitos al narcotráfico, microtráfico, extorsiones y robos. Fueron los primeros en crear vínculos con cárteles extranjeros, según información policial. Después del crimen de Rasquiña, Los Choneros se fraccionaron, y los hombres de confianza tomaron el liderazgo conformando nuevas células: Los Águilas y los Fatales, esta última obedecía a Macías.
El 12 de agosto Fito había sido trasladado a La Roca, en un operativo en el que se requirió de casi 4.000 policías y militares, y que después provocó desmanes en la cárcel que reclamaban que lo regresaran a su fortaleza en la Regional, algo que terminó por suceder gracias a la sentencia de un juez que ordenó su traslado nuevamente a la cárcel desde donde comandaba todas las operaciones.