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Quién era Alfredo Rubalcaba, el socialista que terminó con ETA

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Tenía 67 años y había sufrido un ictus el miércoles. Foto: AFP

PERFIL

El político fue ministro, vicepresidente y secretario general del PSOE

Histórico líder socialista, negociador incansable y dirigente pragmático, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ocupó casi todos los puestos en la política española, falleció ayer viernes en Madrid a la edad de 67 años tras sufrir un ictus el pasado miércoles. Rubalcaba había nacido en Solares, Cantabria, el 21 de julio de 1951. Uno de sus abuelos fue capitán del ejército republicano derrotado en la guerra civil que derivó en la dictadura de Francisco Franco.

“Estamos sin palabras y rotos de dolor”, anunció el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Rubalcaba, que se afilió al PSOE en 1974 cuando todavía estaba vigente la dictadura de Franco, estaba apartado de la política activa desde 2014, tras una importante derrota electoral de su partido bajo su liderazgo, y había vuelto a la docencia como profesor universitario de Química (es doctor en Química Orgánica).

Con Rubalcaba se puede recorrer la historia del PSOE de los últimos cuarenta años, con sus sombras y sus luces, sus triunfos y sus fracasos.

Empezó su carrera política con Felipe González, con quien fue ministro de Educación, pero adquirió más relevancia pública como ministro de la Presidencia (1993-1996). Fue un período marcado por la crispación política, con el PSOE sin mayoría parlamentaria y bajo el acoso de la oposición del Partido Popular (PP), por los casos de corrupción relacionados con los socialistas.

Cuando el PSOE volvió al poder en 2004 con José Luis Rodríguez Zapatero, Rubalcaba fue portavoz socialista en el Congreso, donde mostró sus habilidades en los debates, cargados de ironía y de buena oratoria. Es muy recordada la frase que pronunció en la jornada de reflexión de esos comicios, tras los atentados del 11-M: “Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta”.

En 2006 dejó la actividad parlamentaria para hacerse cargo del Ministerio del Interior (2006-2011). Entonces, muchas plazas de España fueron ocupadas por “indignados”, que protestaban contra los recortes sociales causados por la grave crisis económica.

Pero lo más destacado de su mandato fueron las delicadas negociaciones con ETA para poner fin a sus actividades, mientras dirigía exitosos golpes policiales contra esa banda terrorista.

Entonces tuvo que escuchar en el Parlamento calificativos hacia su persona como traidor o acusaciones de haber llevado una “política de apaciguamiento” con la banda terrorista, que en 2011 declaró “el cese definitivo de su actividad armada”.

Hombre de confianza de Zapatero, éste lo nombró vicepresidente de su Gobierno en 2010 y portavoz del Ejecutivo, manteniendo además el Ministerio del Interior.

Desde esta posición fue candidato socialista en las elecciones generales de 2011, en plena crisis económica, y cosechó una importante derrota, pese a lo cual un año después fue elegido líder del partido. Las elecciones de ese año las ganó el PP con Mariano Rajoy.

Un segundo fracaso en las elecciones europeas de mayo de 2014 lo llevó a dimitir, y tras fuertes tensiones en el seno del PSOE, fue sustituido por el actual presidente español, Pedro Sánchez.

Conservó su escaño en el Congreso un mes más, hasta que se votó la ley de abdicación del rey Juan Carlos I, que facilitó el acceso al trono de Felipe VI.

“Lo más importante que he hecho es el final de ETA”, reconocía en una entrevista en 2017 al diario El Mundo. Sobre el ejercicio de la política, afirmó en 2018 al diario El País de Madrid: “Perro muerde a perro. Hay un peaje que resulta el más difícil de todos: el desgaste personal y de tu entorno, tu gente, tu familia. Cuando me despedí en el último mitin de Solares, mi primo, ajeno por completo a la actividad política, me dijo: no sabes lo difícil que ha sido llevar todos estos años el apellido Rubalcaba”.

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