Elisabetta Piqué/La Nación GDA
Luego del nuevo susto de ayer, cuando el papa Franciscopapa Francisco, de 88 años y pronosótico reservado, volvió a tener una crisis aislada de broncoespasmo, cientos de miles de católicos dieron un respiro de alivio cuando este sábado, a las 8 y media locales, su vocero, Matteo Bruni, dijo que “el Papa pasó una noche tranquila y está descansando”.
Fuentes vaticanas subrayaron poco después que “ya no tuvo más crisis de broncoespasmo (como la que se presentó este viernes a las 14) por lo que la situación parecía más calma. “Se despertó y tomó café” y como siempre leyó algunos diarios, añadieron. Precisaron, además, que la crisis de ayer fue bronco-respiratoria, provocada por una tos que provocó un vómito que no tuvo que ver con una cuestión de alimentación.
El optimismo de los últimos días cambió ayer con el último parte médico, que informó de un “repentino empeoramiento del cuadro respiratorio”. Los médicos hicieron saber que harán falta 24-48 horas para saber cómo incide este empeoramiento en el cuadro clínico general del Papa, ya muy frágil e internado desde hace 16 días por una bronquitis que degeneró luego en una neumonía bilateral.
“A primera hora de la tarde de hoy, después de una mañana alternando fisioterapia respiratoria a oraciones en la capilla, el Santo Padre presentó una crisis aislada de broncoespasmo que, sin embargo, desembocó en un episodio de vómitos con inhalación y un repentino empeoramiento del cuadro respiratorio”, informó el parte médico de ayer.
“El Santo Padre fue prontamente broncoaspirado y comenzó una ventilación mecánica no invasiva, con una buena respuesta al intercambio gaseoso”, siguió. “El Santo Padre se ha mantenido siempre vigilante y orientado, colaborando con las maniobras terapéuticas. Por tanto, el pronóstico sigue siendo aun reservado”, añadió.
Fuentes del Vaticano admitieron que con esta recaída el Papa -que se encuentra ahora con una máscara que cubre nariz y boca con un soporte de oxígeno mayor, pero no intubado, según aclararon-, volvió a agravarse e ingresar en un “estado crítico”. Según el equipo médico que lo atiende, harán falta 24-48 horas para evaluar cómo este empeoramiento incide en su estado clínico: el temor es una nueva infección en los pulmones debido a la broncoaspiración, llamada “neumonía por inhalación” (ab ingestis).
Las mismas fuentes precisaron que la crisis comenzó a las 14 locales y terminó “durante la tarde”. Explicaron, además, que se trató de una situación distinta a la del sábado pasado, cuando el Papa tuvo una crisis respiratoria asmática prolongada -luego superada- que se generó porque no podía respirar. En este caso, la crisis tuvo que ver con un ataque de tos que provocó luego el vómito, que fue inhalado y terminó en los bronquios, que debieron ser aspirados.
Este episodio también logró ser superado, destacaron las fuentes, a partir de una ventilación mecánica no invasiva -maquinaria que implica una máscara para el oxígeno que cubre nariz y boca, distinta y más potente de la mascarilla tipo Ventimask mencionada en el parte de ayer-, que determinó una “buena respuesta al intercambio gaseoso”. Esto último significa la capacidad de los pulmones de inspirar oxígeno y restituirlo al cuerpo, que “volvió a los valores precedentes a la crisis”, subrayaron. Cuando hay crisis similares puede haber consecuencias mucho peores, comentaron, pero no fue el caso del Papa ya que la oxigenación volvió a los niveles anteriores a la crisis. De todos modos, sigue en pronóstico reservado y aún no se encuentra fuera de peligro, resaltaron.
El parte, diametralmente distinto a los de los últimos días, en los que había aparecido varias veces la palabra “mejora” y desaparecido el adjetivo “crítico”, volvió a disparar la alarma mundial por el estado del máximo líder de la Iglesia católica, cuya salud ya había parecido precipitar el sábado pasado, cuando tuvo la ya antes mencionada crisis respiratoria asmática prolongada y dos transfusiones que hicieron temer lo peor.
“Mi lectura es que ha habido un empeoramiento, aunque no por las condiciones clínicas, sino por un accidente imprevisto que es el broncoespasmo y la inhalación del vómito”, dijo Annalisa Bilotta, médica del hospital internacional Salvator Mundi de esta capital, consultada sobre el último parte. Bilotta explicó que un broncoespasmo es una contracción de los bronquios que causa una reducción de la capacidad respiratoria porque no se expanden bien los pulmones. “Esta crisis, que quizás tuvo mientras hacia fisioterapia, le provocó un episodio de vómito, que inhaló y que probablemente llegó a los bronquios, y por eso debió ser aspirado porque no respiraba”, comentó.