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El papa Francisco en Irak: “Que callen las armas”

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El primer acto oficial del pontífice al llegar a Bagdad fue un encuentro en privado durante media hora con el presidente de Irak. Foto: AFP
TOPSHOT - Iraq's Prime Minister Mustafa al-Kadhemi (R) welcomes Pope Francis at Baghdad International Airport's VIP Lounge, on March 5, 2021. - Pope Francis landed in war-battered Iraq today on the first-ever papal visit, defying security fears and the pandemic to comfort one of the world's oldest and most persecuted Christian communities. (Photo by Ayman HENNA / AFP)
AYMAN HENNA/AFP

VISITA HISTÓRICA

Francisco reclamó que “ningún ciudadano sea considerado de segunda clase” y que no se invoque el nombre de Dios para justiciar el terrorismo.

"Que callen las armas”, reclamó ayer viernes el papa Francisco apenas llegó a Irak, para la primera visita de un pontífice a este país musulmán diezmado por las guerras.

El primer acto oficial del pontífice al llegar a Bagdad, tras 15 meses sin viajar por la pandemia, fue un encuentro en privado durante media hora con el presidente de Irak, el kurdo Barham Saleh, que le recibió con todos los honores. Saleh había viajado en dos ocasiones al Vaticano para convencerlo de que realizara este viaje.

Entre fuertes medidas de seguridad y con mascarilla por la pandemia de coronavirus, el Papa de 84 años dijo que viaja como “un peregrino de la paz” para apoyar a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo, marcada por la violencia y la pobreza.

Durante su estancia, que terminará el lunes tras recorrer 1.445 kilómetros especialmente por aire para evitar las zonas donde se esconden los yihadistas, el pontífice se reunirá con el gran ayatolá Alí Sistani, la máxima autoridad chiita.

El jefe de los 1.300 millones de católicos del mundo evocó todos los asuntos candentes en Irak ante sus principales dirigentes.

“Basta de violencia, de extremismos, de facciones, de intolerancias”, dijo el Papa. Y “que ninguno sea considerado ciudadano de segunda clase”, sobre todo los cristianos -1% de la población en este país musulmán- ni los yazidíes, minoría perseguida por el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS) que vendió a miles de sus mujeres en “mercados de esclavos”, remarcó el Papa.

El pontífice denunció así “una barbarie insensata y deshumana” perpetrada en Irak, la antigua Mesopotamia, “cuna de la civilización”.

Francisco recordó “la antiquísima presencia de los cristianos en esta tierra”, donde según la tradición nació Abraham, y abogó por “su participación en la vida pública” como “ciudadanos que gozan plenamente de derechos, libertad y responsabilidad”.

Catedral mártir.

Tras esta primera etapa política, el papa inició la parte más espiritual y popular de su viaje. A final del día visitó la catedral Nuestra Señora de la Salvación, una iglesia católica del centro de Bagdad que fue el escenario en 2010 de la toma de rehenes más mortal contra cristianos en Irak (53 muertos).

Ante el terrorismo islámico, el Papa recordó que “la religión, por su naturaleza, debe estar al servicio de la paz y la fraternidad” y que “el nombre de Dios no puede ser usado para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión”.

Este fin de semana el Papa viajará a Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh.

En cada etapa, sólo verá a pocos centenares de fieles, salvo por la misa del domingo en un estado del Kurdistán, en presencia de varios miles.

Irak aseguró haber adoptado todas las medidas de seguridad “terrestres y aéreas”. Y, muestra de una inesperada calma en las tensiones entre Irán y Estados Unidos en Irak, uno de los grupúsculos que suele revindicar disparos de cohetes contra intereses estadounidenses anunció una tregua durante la visita papal.

Sobre las injerencias extranjeras, llamó a las “naciones” a no imponer sus “intereses políticos o ideológicos” en Irak.

En este viaje, el Papa llamará a los cristianos a regresar a Irak, donde permanecen 400.000 fieles contra 1,5 millones hace 20 años.

Un llamado al regreso “obligatorio” pero “difícil”, dice el cardenal Leonardo Sandri, que dirige la Congregación de las Iglesias Orientales en el Vaticano y acompaña al papa a Irak.

Según la fundación “Ayuda a la Iglesia en peligro”, solo 36.000 de los 102.000 cristianos que se fueron del norte de Irak han vuelto. Y entre ellos, un tercio dice que prevé irse del país para 2024 por miedo a las milicias y debido al desempleo, la corrupción y las discriminaciones.

Hoy sábado, y por primera vez en la historia, el Papa será recibido en la ciudad santa de Nayaf por el gran ayatolá Alí Sistani en persona, un hombre de salud frágil de 90 años que no suele aparecer en público.

El Papa también participará en Ur, tierra natal de Abraham, pilar de las tres religiones monoteístas, en una oración con representantes chiitas, sunitas, yazidíes y sabeos.

Francisco recibió de regado una obra de un escultor musulmán, uno de los más conocidos del país. Yaser Hikmat, hijo del escultor iraquí Mohammed Ghani Hikmat -fallecido en 2011-, supervisó personalmente desde Beirut la realización de esta reproducción de la sexta estación, “Verónica limpia el rostro de Jesús”, en el mayor de los secretos.

En vehículo blindado y sin saludos a su paso
El papa Francisco está usando un vehículo blindado para sus desplazamientos en Irak. Foto: AFP

El papa Francisco está usando un vehículo blindado para sus desplazamientos en Irak, algo que no suele hacer durante sus viajes, cuando prefiere utilitarios o el papamóvil.

El coche que utilizó el papa para trasladarse desde el aeropuerto de Bagdad al palacio presidencial para entrevistarse con el presidente, Barham Salih, era un “BMWwi750 special” blindado. Francisco viajó escoltado por varios vehículos de las fuerzas de seguridad iraquí.

Durante el recorrido, centenares de personas acudieron a los bordes de las carreteras para poder ver el convoy donde viajaba el pontífice.

El papa llegó ayer al país árabe para una visita de tres días en la que viajará a la ciudad de Nayaf, para reunirse con al máximo líder de los chiíes, mayoría en este país, Ali Al Sistani, y también a las ciudades de Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh.

La seguridad en el país se había reforzado en los últimos días tras los ataques con misiles a bases militares usadas por Estados Unidos.

El último se produjo el pasado 3 de marzo contra la base militar de Ain al Asad.

Este fue el segundo ataque en el último mes contra una base estadounidense después de que el pasado 15 de febrero un contratista del Ejército de ese país muriera en otro lanzamiento de cohetes contra una base en Erbil, en el Kurdistán iraquí.

Una semana después dos misiles impactaron en los alrededores de la embajada de Estados Unidos en Bagdad sin causar víctimas. Como represalia, Estados Unidos bombardeó posiciones de milicias proiraníes, a las que acusa de estos ataques, en el este de Siria.

Francisco suele utilizar un utilitario o el papamóvil para que le puedan ver a su paso. En esta ocasión, además de la seguridad, también se decidió no usar el papamóvil para evitar aglomeraciones de personas debido a la pandemia.

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