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Pacto de Glasgow: se aprobó pero con compromisos tibios

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Alok Sharma, presidente de la COP26 habla en conferencia. Foto: AFP
Britain's President for COP26 Alok Sharma speaks at a press conference at the close of the COP26 UN Climate Change Conference in Glasgow on November 13, 2021. (Photo by Ben STANSALL / AFP)
BEN STANSALL/AFP fotos

CUMBRE CLIMÁTICA

El Pacto de Glasgow por el Clima propone que los Estados miembros presenten a finales de 2022 nuevos compromisos nacionales de recortes de emisiones de gases de efecto invernadero.

Casi 200 países aprobaron ayer sábado en la COP26 acelerar la lucha contra el cambio climático y esbozar las bases de una futura financiación, sin garantizar sin embargo el objetivo de limitar el aumento de la temperatura mundial a +1,5ºC.

El Pacto de Glasgow por el Clima propone que los Estados miembros presenten a finales de 2022 nuevos compromisos nacionales de recortes de emisiones de gases de efecto invernadero, tres años antes de lo previsto.

La aprobación del acuerdo quedó deslucida por la oposición de último minuto de India y China a un párrafo sobre la necesidad de eliminar la dependencia del carbón, y para acabar con los subsidios a los combustibles fósiles.

Con 24 horas de retraso sobre la agenda, la COP26 aprobó un texto que abre el paso a consultas formales para crear fondos de financiación y para estudiar posteriormente los daños y pérdidas de los países más vulnerables. El documento no contiene fechas exactas, ni montos. “Es tímido, es débil y el objetivo de 1,5ºC apenas sigue vivo, pero se manda una señal de que la era del carbón está acabando. Y eso es importante”, dijo Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace.

Con uñas y dientes.

Los países en vías de desarrollo, los más afectados por el calentamiento, pelearon hasta el final con uñas y dientes para lograr avances en materia de dinero, con un resultado discreto.

Las decisiones de la COP se logran por consenso, y Glasgow no fue una excepción, con exhaustivas negociaciones en la misma sala de la asamblea plenaria, con los delegados de pie, documento en mano.

El pacto “urge a los países desarrollados a duplicar como mínimo sus contribuciones colectivas para la adaptación de los países en desarrollo, en base a los niveles de 2019, de aquí a 2025”. Los bancos multilaterales deberán colaborar en la tarea, y el texto también pide “políticas innovadoras” para atraer los capitales privados.

Pero los países ricos no han podido regularizar los 100.000 millones de dólares anuales que supuestamente tenían que recibir los países vulnerables desde 2020. Los países en desarrollo quieren que el dinero que vayan a recibir a partir de ahora sea repartido a partes iguales en mitigar el cambio climático (reducir las emisiones de gases de efecto invernadero) y en adaptarse a lo que se viene (por ejemplo, mediante presas, diques en las costas, etc).

“Por primera vez se acordó un objetivo de financiación para la adaptación”, se felicitó Gabriela Bucher, de Oxfam. Pero las compensaciones por daños y pérdidas resultó polémico, puesto que concierne a Estados, grandes multinacionales petroleras y aseguradoras.

En los debates sobre los combustibles de origen fósil, que nunca han sido denunciados de forma explícita en los documentos oficiales de estas conferencias, el final fue controvertido. El texto menciona la necesidad de acabar con los “subsidios ineficientes para los combustibles fósiles”, pero de nuevo, prestando atención a “circunstancias nacionales particulares”. (Con información de AFP y EFE)

Guterres advierte sobre “contradicciones”

El mundo sigue estando a las puertas de una “catástrofe climática”, advirtió ayer sábado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tras la aprobación del Pacto de Glasgow.

La COP26 logró “pasos hacia adelante que son bienvenidos, pero no son suficientes”, estimó en un comunicado. “Los textos adoptados son un compromiso. Reflejan los intereses, la situación, las contradicciones (...) Desgraciadamente la voluntad política colectiva no fue suficiente para sobrepasar las profundas contradicciones”, afirmó. En Glasgow no se consiguió “el fin de las subvenciones a las energías fósiles, la salida del carbón, poner un precio al carbono”, detalló. “Llegó el momento de ponerse en modo ‘urgencia’” añadió.

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