Estados Unidos ha comenzado a enviar a Ucrania los primeros 60 vehículos de combate de infantería Bradley, pero ha descartado, junto con otros países, de momento el suministro de aviones cazas F-16.
El Comando de Transporte de Estados Unidos anunció que el cargamento, que incluye otro armamento además de los Bradley, considerado un matador de tanques, zarpó la semana pasada desde North Charleston (Carolina del Sur).
La jefa del Comando de Transprote, la general del Aire, Jacqueline Van Ovost, en una entrevista con la revista Joint Force Quarterly, dijo que el empleo de estos blindados ampliará las capacidades de las fuerzas ucranianas ya que están provistos de equipos que “igualan o exceden aquellos que tienen los rusos”.
Aunque Estados Unidos ha aumentado considerablemente la ayuda militar a Ucrania, a la que enviará 31 tanques pesados Abrams, su presidente, Joe Biden, fue categórico esta semana al afirmar que no suministrará aviones de combate F16 al Gobierno ucraniano.
Biden dijo ayer martes que hablará con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sobre sus pedidos de más ayuda militar para la guerra. “Vamos a hablar” de ello, declaró en la Casa Blanca, horas después de responder tajantemente con un “no” cuando se le preguntó si estaba a favor de enviar aviones de combate F-16 a Ucrania.
El Reino Unido secundó ayer la postura de Estados Unidos -que se suma al rechazo de Alemania- al señalar que “no es práctico” entregar aviones de combate a Ucrania para defenderse de la invasión rusa.
Un portavoz del primer ministro británico, Rishi Sunak, sostuvo que entrenar a los militares ucranianos para manejar cazas “extremadamente sofisticados” como los Typhoon y los F-35 llevaría demasiado tiempo.
La posición británica se conoce después de que Francia se mostrara abierta a apoyar a Ucrania con cazas militares. “Nada está excluido”, dijo el presidente Emmanuel Macron.
Según el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, el coronel Yuri Ignat, su país, que es uno de los más grandes de Europa, necesitará hasta 200 aviones multiprósito para defender sus cielos tanto en tiempos de guerra como de paz.
“Está claro que no podremos recibir todo de una vez. Es evidente que al comienzo serán algunas escuadrillas”, dijo el militar, citado por el digital Ukrainska Pravda.
Explicó que primero habrá que preparar a los pilotos, ingenieros, así como las infraestructuras necesarias para dotar al país de nuevos aviones de combate.
“Pero la transición hacia un nuevo avión multipropósito es una exigencia de la época”, recalcó el coronel.
Cumbre europea en Kiev el viernes
Ucrania y la Unión Europea (UE) celebrarán el viernes una reunión de alto nivel en Kiev. “El hecho de que esta cumbre se realice en Kiev es una señal fuerte dirigida tanto a nuestros aliados como a nuestros enemigos”, dijo el primer ministro ucraniano, Denys Shmygal. A finales de junio de 2022, la UE concedió el estatus de candidato a Ucrania, un fuerte gesto simbólico para el país en guerra. Sin embargo, este proceso puede tardar años en concretarse.
Coalición de tanques
Si las peticiones de Ucrania de aviones de combate no hallan en general oídos receptivos en Occidente, las de tanques han sido mucho mejor recibidas.
“La coalición de tanques tiene 12 participantes. Aún es prematuro nombrar a todos los países de la coalición con aportes concretos, pues algunos de ellos tienes que adoptar la decisión formal siguiendo su procedimientos internos”, afirmó el ministro de Exteriores ucraniano, Dymtri Kuleba, en un video publicado hoy en Facebook.
Sin embargo, adelantó que las Fuerzas Armadas de Ucrania esperan recibir entre 120 y 140 tanques occidentales modernos “en la primera ola” de suministro.
Kuleba, que se refería a los tanques alemanes Leopard 2, los británicos Challenger 2 y los estadounidenses M1 Abrams, añadió que Ucrania también confía en que podrá contar con los Leclerc franceses.
Avance ruso
Los observadores creen que Moscú y Kiev, cada uno por su lado, preparan una ofensiva al final del invierno europeo en febrero o durante la primavera entre marzo y mayo.
Las fuerzas rusas parecen decididas a recuperar la iniciativa en el terreno, después de los múltiples reveses que las obligaron a retirarse del noreste y de zonas del sur de Ucrania.
Las tropas de Moscú han redoblado los esfuerzos para tratar de conquistar Bajmut, en el este de Ucrania, escenario de una batalla encarnizada desde hace meses que ha dejado abundantes bajas.
Los paramilitares del grupo Wagner encabezan esa ofensiva, y según afirmaron habrían conquistado una nueva localidad cercana.
Ayer martes, el ministerio de Defensa ruso indicó que “la localidad de Blagodatne fue liberada” tras una ofensiva de las “unidades de asalto voluntarias”, apoyadas por la fuerza aérea y la artillería.
El ejército ruso utiliza el término “voluntarios” para referirse a los grupos paramilitares, como Wagner, que combaten en Ucrania.
El propio jefe de Wagner, Evgueni Prigozhin, había reivindicado la toma de esa localidad el sábado. Sus hombres conquistaron en enero la pequeña localidad de Soledar, y otros pueblos cercanos.
Las fuerzas ucranianas insisten en cualquier caso en que la ciudad de Bajmut, tan codiciada por los rusos, sigue sólidamente bajo su control.
“Las tropas rusas han sido incapaces de cortar la vía de suministro de las fuerzas armadas” de Kiev, indicó un portavoz militar ucraniano, Serguii Cherevati.
Las fuerzas rusas lanzaron igualmente una ofensiva 150 km más al sur, para tomar Vugledar, una ciudad que antes de la guerra tenía 15.000 habitantes y que se encuentra al suroeste de Donetsk.
Violación de acuerdo
En el marco de la guerra en Ucrania, Estados Unidos aseguró ayer martes que Rusia no está cumpliendo con el Nuevo START, el último tratado de control de armas entre las dos principales potencias nucleares del mundo.
En respuesta a una solicitud del Congreso, el Departamento de Estado culpó a Rusia por suspender las inspecciones y cancelar las conversaciones.
“Rusia no está cumpliendo con su obligación bajo el Nuevo Tratado START de facilitar las actividades de inspección en su territorio”, dijo un portavoz del Departamento de Estado en el Congreso.
Los países que sostienen la economía rusa en la guerra
Las sanciones a Rusia no están surtiendo efecto y su comercio exterior está casi en los niveles previos a la guerra en Ucrania, gracias principalmente a que sus países vecinos sirven de plataforma de entrada y salida de muchos productos hacia o desde Rusia, dijo ayer martes el diario The New York Times.
El diario recuerda que Rusia dejó de publicar sus datos de comercio exterior tras la invasión de Ucrania, pero un análisis de las cifras de vecinos demuestran un incremento que indica que están proveyendo a Moscú de muchos de los bienes que se había pensado interrumpir con las sanciones.
Además, Rusia está aprovechando la alianza o la neutralidad de países que no están aplicando las sanciones para desviar una gran parte de su comercio a través de ellos.
Los dos indicadores que demuestran que las sanciones no están dando sus frutos son la estabilidad del rublo y las cifras del FMI, que el lunes publicó que la economía rusa crecerá este año un 0,3%, muy por encima de la contracción de -2,3% de la anterior previsión.
Si el puerto de San Petersburgo, el mayor de Rusia, ha dejado de recibir bienes como teléfonos móviles, piezas de automóvil o electrodomésticos, ahora estos productos entran por carretera desde países que no aplican sanaciones, como Bielorrusia, China, Armenia o Kazajistán; en algunos casos su cantidad es tal que solo cabe explicarlos porque tienen otro destinatario, como en el caso de Armenia, sostiene.
Además, el puerto de Estambul en Turquía se ha convertido de facto en puerto de entrada de muchos bienes para Rusia, ya que desde él los cargamentos vuelven a salir al puerto ruso de Novorossiysk.
Por su parte, el tráfico comercial entre China y Rusia alcanzó en diciembre cifras récord después de un periodo de ajuste tras la invasión: China -principal suministrador de semiconductores a Rusia- siempre se ha mostrado muy crítica con las sanciones.
En base a EFE y AFP