Más países ofrecen ciudadanía a los apátridas expulsados por el régimen de Daniel Ortega

A partir de la decisión del régimen de Daniel Ortega de despojar de la nacionalidad nicaragüense a 316 disidentes -222 que estaban presos y a quienes liberó y expulsó a Estados Unidos, y a otros 94, la mayoría exiliados-, algunos países comenzaron a ofrecer su nacionalidad.

En Uruguay, el diputado colorado Conrado Rodríguez es quien promueve la iniciativa para ofrecerle ciudadanía uruguaya a algunos opositores nicaragüenses. No obstante, el gobierno uruguayo aún no se ha pronunciado como sí lo han hecho otros países latinoamericanos y España, el primero en alzar la voz.

Al día siguiente de la liberación y expulsión de los ex presos políticos, el 10 de febrero, el Ejecutivo español ofreció la nacionalidad a los que fueron deportados a Estados Unidos. La oferta se hizo extensiva a los 94 ciudadanos nicaragüenses que el 15 de febrero fueron declarados apátridas por las autoridades judiciales de su país, entre ellos la defensora de derechos humanos Vilma Núñez y el escritor y político Sergio Ramírez, ganador del Premio Cervantes en 2017.

Chile se convirtió en el segundo país en hacer el ofrecimiento de residencia y la nacionalidad a los 317 opositores “injustamente expatriados” en Nicaragua, expresó la Cancillería chilena en un comunicado emitido el martes. “El Gobierno de Chile arbitrará los medios legales necesarios para ofrecerles la debida protección internacional, que les permita residir en el país y obtener la nacionalidad chilena según las normas constitucionales y legales que la regulan”, dice el comunicado.

Chile es el país de la región que ha condenado con más contundencia el régimen liderado de Ortega y su esposa Rosario Murillo.

Por su parte, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofreció ayer miércoles asilo y nacionalidad a los opositores nicaragüenses. “Todos los que quieran estar en nuestro país tienen las puertas abiertas”, dijo López Obrador durante su habitual rueda de prensa matutina. Señaló que esa fue la instrucción que le dio a su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, cuando este le informó que “personas de Nicaragua” habían “pedido estar en México”.

Colombia, en un gesto más simbólico, ofreció su nacionalidad únicamente a Sergio Ramírez. En una nota emitida ayer, la Cancillería de Colombia señala que la oferta fue realizada por el canciller colombiano, Álvaro Leyva Durán, que se encuentra de visita en España. El escritor aceptó la nacionalidad agradecido, según la nota.

En tanto, el Gobierno argentino se sumó el martes a los países que ofrecen la nacionalidad a las más de 300 personas opositoras expatriadas. “La Argentina está en condiciones de darles la ciudadanía”, afirmó el canciller Santiago Cafiero en declaraciones a Radio Con Vos el martes, subrayando que se trata de “un trámite personal” que se realiza a petición del interesado.

Cafiero dijo que había conversado sobre esto con el presidente Alberto Fernández. “Argentina siempre ha marcado la necesidad de que Nicaragua vuelva a respetar los derechos humanos”, señaló. El canciller habló sobre el tema al ser consultado sobre declaraciones de Ramírez la semana pasada.

“Si el gobierno argentino respondiera al pedido de nacionalidades para los nicaragüenses, me hago argentino”, había dicho Ramírez al diario Clarín al referirse a un pedido en ese sentido de parte de un grupo de intelectuales y dirigentes políticos en Argentina.

“Por supuesto” que está la posibilidad de darle la ciudadanía argentina “a él y a todos los que están también padeciendo lo que está sucediendo en Nicaragua (...) Si la pide, se le da”, enfatizó Cafiero.

Más tarde, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, reafirmó en su cuenta de Twitter que “el Gobierno argentino está dispuesto a otorgar la ciudadanía argentina” a Ramírez y a Belli y “todos los que están padeciendo lo que está sucediendo en Nicaragua”.

A excepción de Chile, Argentina, Colombia y México, hay todavía gobiernos de izquierda latinoamericanos que no han condenado de forma unánime el caso de los apátridas nicaragüenses.