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Ladrones en moto de agua y rescatistas armados: la otra cara de las inundaciones en el sur Brasil

La policía de Río Grande do Sul comenzó a registrar robos a viviendas y asaltos a barcos de rescate en el marco de las fuertes inundaciones que atraviesa el estado brasileño en los últimos días.

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Las fuerzas de seguridad custodian a un hombre arrestado que presuntamente intentó robar una vivienda en Porto Alegre.
Las fuerzas de seguridad custodian a un hombre arrestado que presuntamente intentó robar una vivienda en Porto Alegre.
Foto: AFP.

OGlobo/GDA
La policía de Río Grande do Sul comenzó a registrar varios robos en la capital, Porto Alegre, y en ciudades vecinas de Canoas, São Leopoldo y Sapucaia do Sul, en el marco de las fuertes inundaciones que sufre el estado brasileño en los últimos días.

Por ejemplo, dos hombres fueron detenidos ayer tras atacar un barco de rescate que navegaba en el barrio de Mathias Velho, en Canoas, lleno de personas que habían perdido sus hogares. Sin embargo la historia tuvo un final inesperado, ya que en el interior habían dos policías, que detuvieron a los delincuentes. También en Mathias Velho, dos hombres casi fueron linchados por miembros del público cuando los sorprendieron entrando en una casa por la noche para robar electrodomésticos. 

“Los ladrones también aprovechan el momento en que la gente sale de casa con objetos valiosos, como dinero”, informó el inspector Charles da Silva Pacheco, de 37 años, que vive en el barrio Rio Branco, en Canoas, ciudad vecina a la capital.

En la casa de Pacheco, la inundación alcanzó los tres metros el sábado, poco después de que las aguas represadas del río Gravataí desbordaran el dique ubicado en el barrio de Rio Branco.

“Estábamos varados desde las 3 de la madrugada. Mi esposa y mi bebé de seis meses fueron rescatados a la una de la tarde. Vinieron a recogerme a las 7 de la tarde. Logré llevar dos perros. Tuve que dejar dos gatos atrás. Necesito volver a alimentar a mis animales y evitar que roben mi casa”, dijo Pacheco a OGlobo. Él y su familia se alojan en casa de unos parientes.

Según los informes, los ladrones utilizan motos de agua. Por miedo, los voluntarios que trabajaban en el rescate de personas en Canoas y São Leopoldo comenzaron a conducir embarcaciones armadas con escopetas. Así, cuando se acerca una embarcación sospechosa, los voluntarios demuestran que están armados. “Quiero ver quién nos va a robar”, dijo un barquero en un vídeo que circula en las redes sociales.

En los barrios inundados, los ladrones aprovechan la oscuridad, ya que gran parte del suministro eléctrico de la ciudad quedó suspendido debido a la inundación. A la funcionaria pública Elizabeth Camargo Schneider, de 38 años, se le inundó su casa de dos pisos en São Leopoldo.

El sábado por la noche tuvo que abandonar el lugar junto con su hijo de 12 años y dos perros. Esta mañana el agua bajó un poco y ella volvió. Para su sorpresa, habían robado el televisor que estaba atornillado a la pared del dormitorio e incluso el aire acondicionado que estaba sumergido. “Prefiero quedarme en casa bajo el agua que perder las cosas que pasé toda la vida comprando”, dijo.

Miembros de la policía brasileña escoltan a dos hombres arrestados por robar casas.
Miembros de la policía brasileña escoltan a dos hombres arrestados por robar casas.
Foto: AFP.

Para contener la ola de robos, el comandante general de la Brigada Militar de Rio Grande do Sul, Cláudio Feoli, dijo que decenas de policías vieron canceladas sus vacaciones y regresaron a trabajar durante el fin de semana. Según él, también se reforzó la vigilancia policial en Canoas y São Leopoldo para evitar saqueos. “Pero nuestro enfoque es salvar vidas, ya que estamos trabajando en un escenario de guerra”, reflexionó el coronel.

La población de Rio Grande do Sul se enfrenta también a otra problemática: el oportunismo de quienes dicen ser rescatistas. La policía recibió una denuncia de que los barqueros cobran 500 reales (unos 3750 pesos uruguayos aproximadamente) por rescatar a las víctimas de las inundaciones. Si la persona tiene animales domésticos, el precio sube a 600. Un delegado de Porto Alegre que pidió no ser identificado dijo que –por increíble que parezca–, no es delito cobrar por hacer este tipo de “trabajo”, ya que siempre y cuando el barco sea particular. Sin embargo, aconsejó a las personas sin hogar que esperaran el rescate de voluntarios y embarcaciones de Defensa Civil y Bomberos. “La avaricia y la astucia de las personas sin carácter no tienen límites”, comentó.

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