Redacción El País
El ejército israelí lanzó ayer lunes una ofensiva terrestre en el centro de la Franja de Gaza, al tiempo que 25 países pidieron poner fin a la guerra en el territorio palestino, devastado tras más de 21 meses de guerra.
“La guerra en Gaza debe cesar inmediatamente”, escribieron en un comunicado conjunto los ministros de Relaciones Exteriores de estos países, entre ellos Reino Unido, España, Italia, Portugal, Canadá y Francia.
Los ministros consideraron que “el sufrimiento de los civiles en Gaza ha alcanzado nuevos niveles” y denunciaron “el rechazo del gobierno israelí a proporcionar asistencia humanitaria esencial a la población civil”.
Israel rechazó la petición. “Todas las declaraciones y afirmaciones deben dirigirse a la única parte responsable de la falta de un acuerdo para la liberación de rehenes y un alto el fuego: Hamás, que inició esta guerra y la está prolongando”, dijo en un comunicado el Ministerio de Exteriores israelí.
En el texto, Israel insiste en que “existe una propuesta concreta para un acuerdo de alto al fuego” -que no incluye el fin definitivo de la ofensiva ni la retirada de las tropas de Gaza-, que ha sido “repetidamente” aceptada por Israel, pero no por Hamás.
Por otro lado, la Defensa Civil de Gaza -bajo el mando de Hamás- y testigos informaron de disparos de artillería en Deir al Balah, donde Israel anunció ayer que ampliaría sus operaciones militares.
El ejército indicó que operaría incluso “en una zona donde nunca había intervenido antes” durante su guerra contra el movimiento terrorista palestino, e instó a los habitantes a abandonar el lugar.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), entre 50.000 y 80.000 personas se encontraban en ese sector.
Familias enteras comenzaron a desplazarse, cargando sus pertenencias o en carretas tiradas por burros hacia el sur, según corresponsales de AFP.
“Durante la noche escuchamos fuertes explosiones”, relató Abdalá Abu Slim, un habitante de 48 años de esa zona, mencionando disparos de artillería.
Hamdi Abu Mughsib, de 50 años, declaró que él y su familia huyeron al amanecer hacia el norte, tras una noche de intensos bombardeos.
“No hay ningún lugar seguro en la Franja de Gaza. No sé a dónde podemos ir”, destacó.
“Recibimos llamadas de familias asediadas en la zona de Baraka, en Deir al Balah, a causa de los disparos de tanques israelíes”, precisó por su parte Mahmud Basal, portavoz de la Defensa Civil de Gaza.
Mai Elawawda, responsable de comunicación en Gaza para la ONG británica Medical Aid for Palestinians, calificó la situación como “extremadamente crítica”. EFE, AFP