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Francia enfrenta tensión por reforma jubilatoria, que aumenta la edad de retiro de 62 a 65 años

“Este año será el de una reforma de las pensiones que pretende garantizar el equilibrio de nuestro sistema para los años y décadas venideros”, dijo Macron.

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Emmanuel Macron
Emmanuel Macron.
Foto: AFP

Trabajar más, pero ¿hasta cuándo? El gobierno del presidente Emmanuel Macron desvelará el martes su plan para retrasar la edad de jubilación en Francia, una polémica reforma que rechazan los sindicatos, la izquierda y la opinión pública del país. La pandemia ya lo obligó a dar marcha atrás en 2020 a un primer intento de reforma, que generó protestas masivas, pero mantuvo sus intenciones y durante la campaña que llevó a su reelección en abril prometió retrasar la edad de 62 a 65 años.

“Este año será el de una reforma de las pensiones que pretende garantizar el equilibrio de nuestro sistema para los años y décadas venideros”, dijo Macron, de 45 años, en su discurso de Año Nuevo, reiterando su deseo de verla en vigor en 2023.

Su gobierno considera esta reforma necesaria para asegurar el equilibrio del sistema de pensiones para 2030. Su primera ministra, Élisabeth Borne, que realizó consultas con los actores sociales esta semana, desvelará el futuro plan el martes.

“No hay mucho suspenso: Será [un retraso de la edad a] 64 años, junto a una aceleración” del aumento de la duración de cotización para cobrar una pensión completa, afirmó el presidente del sindicato CFTC, Cyril Chabanier, tras reunirse con Borne.

Este escenario tampoco convence a los sindicatos, que se reunirán el martes para fijar una fecha de movilización. “Si hay un retraso de la edad legal a 64 o 65 años, la CFDT se movilizará”, advirtió Laurent Berger, jefe de la primera central francesa.

“No lo voy a esconder, va a haber movilizaciones importantes desde este mes de enero”, declaró a la prensa el miércoles Philippe Martinez, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) y último de los líderes sindicales convocados a estas conversaciones con el gobierno.

“Estamos determinados a que esta ley no se apruebe”, agregó Martínez, y puntualizó que las posibles medidas de protesta se decidirán de manera conjunta entre todos los sindicatos, unidos contra esta reforma.

“Cuando se piensa que hay vientos en contra no es útil hacer fuego en la llanura. Nos podemos encontrar con un conflicto social muy duro y muy profundo”, señaló, por su parte, Laurent Escure, líder de la Unión Nacional de Sindicatos Autónomos (UNSA).

Más satisfechas de los encuentros con Borne salieron las organizaciones patronales, que coinciden en la necesidad de hacer una reforma y en que la prioridad sea el equilibrio financiero del sistema.

La oposición de izquierda, de los ecologistas al ala radical reunida en torno a la alianza Nupes, también prepara una ofensiva en las calles para obligar al gobierno a dar marcha atrás.

La alianza, que también incluye a ecologistas y comunistas, considera que no hay “ninguna necesidad económica” para esta reforma que recorta los “derechos sociales”, ya que “no hay amenaza de déficit insalvable” en el sistema de pensiones.

Las cifras oficiales muestran un régimen de pensiones equilibrado a corto plazo, pero sujeto a fuertes déficits en las próximas décadas por un envejecimiento de la población. La esperanza de vida es de 85,5 años en mujeres y 79,4 en hombres.

Temen estallido

La edad de jubilación en la segunda economía de la Unión Europea (UE) es una de las más bajas de Europa y, de salir adelante la reforma, Francia se acercaría a los 67 años adoptados o en vigor en Alemania, Italia o el Reino Unido.

Pese a ser una realidad en países vecinos, una mayoría de franceses rechazan un retraso de la edad de jubilación: un 54% se opone frente a un 44% favorable, según un sondeo de Harris Interactive publicado el 2 de enero.

Incluso un 68% sería partidario, según otro sondeo de Ifop de principios de enero, a volver a la edad de 60 años instaurada por el presidente socialista François Mitterrand en 1982 y a la que el conservador Nicolas Sarkozy puso fin en 2010.

Para sacar adelante la reforma, el oficialismo espera contar con el apoyo del partido de derecha Los Republicanos, que en los últimos meses se convirtió en la muleta del gobierno para alcanzar la mayoría absoluta parlamentaria perdida en junio.

Para evitar una eventual obstrucción parlamentaria, el gobierno aboga por usar el mecanismo conocido como 49.3 que le permite adoptar una ley sin someterla a votación. La única manera de frenarla sería aprobando una moción de censura.

Macron, según dijo el ministro de Trabajo Olivier Dussopt, se plantea incluso disolver la Asamblea Nacional (cámara baja), si esta ley, símbolo de su impulso reformista, no sale adelante.

Algunos temen una estallido de cólera popular como el de los “chalecos amarillos”, que golpeó su primer mandato. “Las bases están ahí y una chispa podría incendiarlo todo”, estimó a la radio Europe 1 Frédéric Dabi, director de Ifop.

En un contexto de temor por la inflación tras años de crisis sanitaria, el gobierno ha intentado aplacar las tensiones en las últimas semanas, con los revisores de trenes o panaderos, para evitar un movimiento de protesta mayor con la futura reforma.

Charlie Hebdo: a 8 años del atentado

Igual que cada 7 de enero, la ciudad de París rinde homenaje a las víctimas del atentado contra la oficina de la revista ‘Charlie Hebdo’ y de los otros dos atentados yihadistas que tuvieron lugar en enero del 2015. En este aniversario, Charlie Hebdo está en el epicentro de una crisis diplomática con Irán por motivos similares a los de hace ocho años. La publicación de caricaturas del líder religioso Alí Jamenei, el pasado miércoles, fue vista como una ofensa grave en Irán, que evalúa cortar todo lazo cultural con Francia.

Ayer sábado, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, el presidente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, y la ministra de Cultura, Rima Abdul Malak se reunieron frente a la antigua sede de Charlie Hebdo’. Acompañados de familiares de las víctimas, los representantes políticos depositaron coronas de flores y marcaron un minuto de silencio.

El 7 de enero de 2015, los hermanos Cherif y Saïd Kouachi, que afirmaban formar parte de Al-Qaeda en la Península Arábiga (Aqpa), asesinaron a ocho miembros de la redacción de Charlie Hebdo, así como a un visitante, dos policías y un técnico. También hubo 11 heridos, cuatro de ellos graves. El caso pasó a la historia como un atentado a la libertad de expresión.

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