El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su felicidad después de que su homólogo estadounidense, Donald Trump, eliminara el arancel extra del 40% sobre varios productos brasileños. “Hoy estoy feliz porque el presidente Trump ya empezó a reducir algunos de los aranceles que había aplicado a ciertos productos brasileños”, afirmó Lula durante su discurso en la inauguración del Salón Internacional del Automóvil de San Pablo.
El mandatario se mostró orgulloso de no haber respondido en caliente cuando en julio pasado Trump decidió imponer una tarifa adicional de hasta el 50% sobre gran parte de las importaciones brasileñas.
“Cuando el presidente de EE.UU. decidió imponer súper tarifas al mundo entero, todos entraron en crisis y se pusieron nerviosos”, pero “yo no suelo tomar decisiones cuando tengo 39 grados de fiebre, espero a que me baje”, explicó.
Por su parte, la Cancillería brasileña reiteró en una nota su disposición para “continuar el diálogo como medio para solucionar las diferencias entre los dos países”, en línea con los 201 años de “excelentes” relaciones diplomáticas.
“Brasil seguirá manteniendo negociaciones con Estados Unidos con miras a la retirada de los aranceles adicionales sobre el resto de la agenda de comercio bilateral”, aseguró el despacho de Exteriores.
El Gobierno de Trump revocó los aranceles del 40% adicional vigentes desde agosto pasado sobre ciertos productos brasileños, entre ellos la carne, el café y frutas, como el mango, el coco, la piña y el açaí.
Trump había gravado una buena parte de las importaciones brasileñas en represalia principalmente por el juicio que llevó al expresidente Jair Bolsonaro a ser condenado a 27 años de cárcel por intento de golpe de Estado.
Este hecho llevó a los dos países a una crisis diplomática y comercial sin precedentes, incentivada además por uno de los hijos de Bolsonaro, el diputado Eduardo, quien se reunió con representantes de la Casa Blanca para promover sanciones contra Brasil.
Sin embargo, las tensiones se redujeron de manera considerable desde que Lula y Trump se encontraron en septiembre pasado en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, donde surgió una “excelente química” entre ambos.
A esa primera toma de contacto le siguió una llamada telefónica y, finalmente, una reunión el pasado 26 de octubre, en Kuala Lumpur, en la que acordaron iniciar formalmente las negociaciones sobre la agenda comercial bilateral, hasta entonces bloqueadas.
Trump y Lula también quedaron en realizar en el futuro sendas visitas oficiales a Brasilia y Washington, respectivamente.
Las negociaciones se intensificaron en los últimos días con encuentros entre el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio y el canciller brasileño Mauro Vieira, el miércoles 12 en Canadá y el jueves 13 en Washington.
“Las cosas ocurren en la medida en que logramos ganarnos el respeto de las personas. Nadie respeta a quien no se respeta a sí mismo. Nadie. En política y en economía no hay magia. Uno tiene que hacer lo que es posible en el momento adecuado, sin tomar a nadie por sorpresa”, manifestó Lula este jueves.
Cafeteros celebran
La industria cafetera brasileña, la más potente del mundo, celebró ayer viernes la suspensión de los aranceles del Gobierno de Trump sobre el grano, aunque pidió dar continuidad a las negociaciones para su total eliminación en todos los productos derivados.
“Se trata de una victoria histórica para toda la cadena productiva del negocio”, afirmó -en una nota- el Consejo de los Exportadores del Café de Brasil (Cecafé).
El café fue uno de los grandes beneficiados de la decisión del Ejecutivo de Estados Unidos, que el jueves revirtió el arancel extra del 40% que impuso en agosto pasado a buena parte de las importaciones brasileñas por motivos principalmente políticos.
Como parte de su guerra comercial, Trump decretó primero una tarifa aduanera adicional del 10% contra Brasil y más tarde aplicó otra del 40%, en represalia por el juicio contra Bolsonaro.
El viernes pasado, el mandatario estadounidense ya eximió del 10% a ciertos productos como el café, el plátano y algunos tipos de carne de res.
De esta forma, con la suspensión del 40% decretada el jueves, el café brasileño está nuevamente exento de aranceles adicionales en sus exportaciones hacia Estados Unidos, que incluyen al café tostado y molido, según aclaró la Asociación Brasileña de la Industria del Café (ABIC).
“Esta nueva orden evidencia que el café brasileño es un producto esencial y estratégico para la economía estadounidense”, resaltó la organización cafetera de Brasil.
Sin embargo, Cecafé subrayó que aún no se ha levantado de la mesa de negociaciones, ya que el café soluble no fue incluido en la lista de exenciones, según las órdenes ejecutivas de la Administración Trump.
En este sentido, el concejo de cafeteros brasileños confía en la “buena relación” entre los negociadores de ambos países para “buscar la exención completa de todo el sector”.
Con información de EFE y AFP