AFP, Agencia EFE
El presidente Donald Trump anunció ayer jueves que decidirá “en las próximas dos semanas” si involucra a Estados Unidos directamente en la guerra entre Irán e Israel, que hoy viernes cumple una semana.
“Basándome en el hecho de que hay una posibilidad sustancial de negociaciones que pueden o no tener lugar con Irán en un futuro próximo, tomaré mi decisión sobre ir o no ir en las próximas dos semanas”, dijo Trump en un comunicado leído por su secretaria de prensa, Karoline Leavitt.
Trump reunió ayer jueves por tercer día consecutivo a su gabinete de seguridad en la sala de crisis del sótano de la Casa Blanca donde se toman las decisiones militares más delicadas.
El miércoles, se había mostrado ambiguo cuando le preguntaron si Estados Unidos bombardeará Irán: “quizás lo haga, quizás no”.
La “correspondencia ha continuado” entre Estados Unidos e Irán, según la portavoz de la Casa Blanca, que fue preguntada ayer sobre informaciones de prensa según las cuales el enviado estadounidense para Medio Oriente, Steve Witkoff, había estado en contacto con el ministro iraní de Asuntos Exteriores.
La Casa Blanca también afirmó que Irán tiene capacidad para armar bombas nucleares en tan solo “quince días” si así se lo ordena el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei. “Irán tiene todo lo que necesita para conseguir un arma nuclear. Todo lo que necesitan es una decisión del líder supremo para hacerlo, y tardaría un par de semanas en completar la producción de esa arma”, dijo a los periodistas la portavoz Leavitt.
Movilizan aviones
Mientras Trump evalúa qué hacer, decenas de aviones militares fueron retirados de la pista de una de las mayores bases estadounidenses en Medio Oriente, según imágenes satelitales.
La decisión apuntaría a proteger esos aparatos de ataques iraníes, en momentos en que Washington considera la opción de intervenir militarmente en la guerra.
Entre el 5 y el 19 de junio, la base estadounidense de Al Udeid, en Catar, quedó prácticamente vacía de aeronaves visibles, según imágenes de Planet Labs PBC analizadas por la AFP. Casi 40 aviones militares estaban en la pista de la base el 5 de junio: grandes transportadores de equipos y de tropas y aviones de reconocimiento y de operaciones especiales C-130 Hércules. En una imagen del 19 de junio, solo tres aviones de transporte permanecían visibles.
Además, “como medida de precaución y ante las hostilidades regionales en curso”, Estados Unidos “recomendó al personal estar especialmente alerta” y “restringió temporalmente” el acceso a la base de Al Udeid, según una nota publicada ayer jueves en el sitio web de la embajada en Catar.
Dada su “proximidad a Irán” -a menos de 300 kilómetros de la costa-, la base de Al Udeid, sus aeronaves, tropas e instalaciones “sería extremadamente vulnerable”, confirmó Mark Schwartz, general estadounidense retirado que sirvió en Oriente Medio y ahora funge como experto del centro de estudios Rand Corporation. “Debemos reducir los riesgos para las fuerzas estadounidenses”, dijo el militar retirado.
Misil iraní en hospital
Dentro de la ciudad de Bersheeba, en el corazón del desierto israelí, un misil de Irán impactó ayer jueves sobre el hospital de referencia de la región, el Soroka, en un día que sus habitantes describen como muy difícil para los judíos, árabes y cristianos que viven allí.
El ataque iraní dejó decenas de heridos leves ya que los pacientes y el personal médico se trasladaron hace días a lugares más seguros.
Aunque desde el exterior los daños no son evidentes -solo algunas ventanas rotas en edificios adyacentes-, al ingresar al complejo los signos del impacto son claros: coches destrozados en las calles y, entrando a los edificios, techos derrumbados, agua acumulada en el suelo, cables sueltos y equipos médicos desplazados por la onda expansiva. Las zonas más afectadas se concentran en torno al centro oncológico.
El doctor Dror Dolfin, subdirector del hospital, afirma que había tomado precauciones durante la semana previa y trasladó a pacientes y personal a zonas más protegidas, lo que evitó consecuencias mayores. Al final, los alrededor de 70 heridos lo fueron de forma leve, por vidrios y fragmentos lanzados tras la explosión, en su mayoría trabajadores del centro médico.
A pesar del ataque, el hospital sigue operativo en las áreas no afectadas. “Somos el único centro de trauma de nivel uno en todo el sur. Un millón de personas dependen de Soroka. No hay otro lugar a dónde acudir. El Soroka nunca cierra sus puertas”, insiste Dolfin.
Según la agencia oficial de noticias iraní (IRNA), el objetivo del ataque con misiles que impactó en el hospital era el cuartel general de comando e inteligencia del Ejército israelí, próximo a este centro médico, y de acuerdo con el periódico israelí The Times of Israel, la base militar más cercana al Soroka está a unos dos kilómetros de distancia.
Mensaje a Jamenei
Israel advirtió ayer jueves que “no se puede permitir” que el líder supremo iraní, Ali Jamenei, siga existiendo, después del bombardeo al hospital. El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, declaró que “ya no se le puede permitir” que un hombre como el líder supremo de Irán siga existiendo.
Por su parte el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró desde el hospital atacado que Israel hará “desaparecer” la amenaza de los misiles de Irán. “Estamos en proceso de finalizar de erradicar esta amenaza”, declaró.
Netanyahu aseguró que Israel está “cambiando la faz del mundo” con su guerra contra Irán, pero que “toda ayuda es bienvenida” para destruir las instalaciones nucleares de Irán. “Dije que estamos cambiando la faz de Medio Oriente, y ahora digo que estamos cambiando la faz del mundo”, afirmó Netanyahu a la emisora pública Kan. “Nos dirigimos a enorme victoria”, agregó.