The New York Times, AFP
La administración Trump acusó el jueves a la Universidad de Harvard de no informar sobre grandes donaciones extranjeras al gobierno federal como lo exige la ley, parte de un esfuerzo cada vez mayor para atacar a la institución después de que se negó a cumplir con las demandas del presidente estadounidense.
En una carta a Alan M. Garber, presidente de la universidad, el Departamento de Educación le pidió a Harvard que proporcionara los nombres y todos los registros con donantes extranjeros desde principios de 2020.
El departamento también solicitó una serie de registros pertenecientes a extranjeros que pasaron tiempo en Harvard, incluidos todos los estudiantes que había expulsado o aquellos cuyas credenciales fueron canceladas, desde 2016. La solicitud incluía detalles sobre investigadores visitantes, académicos, estudiantes y profesores de otros países a partir de 2010, junto con sus últimas direcciones conocidas.
Jason Newton, portavoz de Harvard, cuestionó la idea de que la universidad no haya cumplido con las leyes que les exigen presentar informes que revelen donaciones extranjeras de más de 250.000 dólares.
“Harvard ha presentado informes de la Sección 117 durante décadas como parte de su cumplimiento continuo con la ley”, dijo en un comunicado.
La solicitud de registros es el último ejemplo de cómo la administración Trump ha señalado a Harvard para un escrutinio o castigo especial en las últimas semanas mientras toma medidas enérgicas contra las instituciones de educación superior por sus iniciativas de diversidad y equidad y lo que llamó un fracaso en abordar el antisemitismo en los campus.
Debido a que Harvard se negó a acceder a los requisitos de revisar políticas para reflejar las prioridades de la administración, los funcionarios federales castigaron a la universidad congelando 2.200 millones de dólares en subvenciones federales y amenazan con revocar el estatus de exención de impuestos de la institución.
Harvard, según sus propias cifras, cuenta con más de 69.000 exalumnos que viven fuera de Estados Unidos, en 202 países. Es probable que la universidad haya solicitado donaciones a todos ellos. Dado que Harvard, técnicamente, cancela las credenciales de cualquier estudiante que abandona el campus, ya sea por graduación o expulsión, es concebible que la exigencia de registros de la administración Trump se aplique a casi todos ellos.
Investigación en Congreso
Por su parte, los republicanos en el Congreso estadounidense anunciaron el jueves que van a investigar a la Universidad de Harvard, a la que acusan de incumplir la ley de derechos civiles.
El anuncio de la investigación se produce después de que Trump tildó el miércoles a la histórica universidad de “broma”.
Los legisladores pidieron en un carta dirigida a la universidad datos sobre sus prácticas de contratación, programas de diversidad y las protestas pro-palestinas en el campus del año pasado.
La misiva está firmada por el presidente de la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, James Comer, y la representante por Nueva York, Elise Stefanik.
Comer y Stefanik fustigaron al rector de Harvard, Alan Garber, por rechazar las demandas de la Casa Blanca. “Harvard es tan incapaz o no está dispuesta a impedir la discriminación ilegal que la institución, bajo su dirección, se niega a firmar un acuerdo razonable propuesto por funcionarios federales para que Harvard vuelva a cumplir la ley”.
Harvard es la última de una serie de universidades de alto nivel en el punto de mira de la administración. Mientras que la Universidad de Columbia, en Nueva York, cedió a demandas de menor calado, Harvard aseguró que no “negociará su independencia o sus derechos constitucionales”.
“Un chiste que recluta izquierdistas e idiotas”
Donald Trump dijo que la universidad de Harvard es un “chiste” y no debería recibir más fondos federales, después de que la institución se negó a aceptar supervisión política. “Harvard ya ni siquiera puede considerarse un lugar decente de aprendizaje y no debería figurar en ninguna lista de mejores universidades del mundo”, escribió Trump el miércoles en Truth Social. Para el presidente, la institución recluta “izquierdistas radicales, idiotas y cabezas de chorlito”.