Obama advierte posible declive de la democracia: “peligrosamente cerca” de que se caiga en la “autocracia”

"Necesitamos que tanto dentro como fuera del gobierno digan: ‘No nos dejemos llevar por ese precipicio porque es difícil recuperarnos’”, valoró el expresidente de Estados Unidos.

Obama en setiembre de 2019, durante un congreso en Munich, Alemania: Foto: AFP
Expresidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Foto: AFP.

El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió el martes por la noche que el país estaba “peligrosamente cerca” de permitir que sus funcionarios gubernamentales actuaran de una manera “coherente con las autocracias”, ofreciendo una reprimenda velada a la administración Donald Trump que fue pronunciada con la cautela característica.

Ante un grupo cívico en Hartford, Connecticut, durante un período tumultuoso para Estados Unidos, tanto a nivel nacional como internacional, Obama ofreció una explicación confusa sobre los peligros que enfrenta la democracia estadounidense. Señaló la erosión de valores tradicionales como el Estado de derecho, un poder judicial independiente, la libertad de prensa y el derecho a la protesta.

“Si sigues con regularidad lo que dicen quienes están a cargo del gobierno federal en este momento, hay un débil compromiso con lo que entendíamos -y no solo mi generación, al menos desde la Segunda Guerra Mundial- cómo se supone que debe funcionar una democracia liberal”, dijo durante una discusión con Heather Cox Richardson, una popular escritora e historiadora anti-Trump.

La democracia, dijo Obama, requiere que los trabajadores gubernamentales, los jueces y los abogados del Departamento de Justicia defiendan la Constitución y cumplan la ley.

“Se les exige tomar ese juramento en serio, y cuando eso no sucede, empezamos a desviarnos hacia algo incompatible con la democracia estadounidense”, dijo. “Es compatible con las autocracias. Es compatible con Hungría bajo el gobierno de Orbán”.

Continuó: “Aún no hemos llegado del todo, pero creo que estamos peligrosamente cerca de normalizar este tipo de comportamiento. Y necesitamos que tanto dentro como fuera del gobierno digan: ‘No nos dejemos llevar por ese precipicio porque es difícil recuperarnos’”.

Sin embargo, en un momento en que el país enfrenta protestas, violencia política y la posibilidad de entrar en otra guerra extranjera, Obama limitó sus comentarios a críticas veladas y reflexiones profesorales. No mencionó la creciente especulación de que el presidente Donald Trump podría ordenar a Estados Unidos que participe abiertamente en la creciente guerra entre Israel e Irán bombardeando una instalación nuclear iraní clave. Tampoco mencionó las inusuales presiones y amenazas que enfrenta el Partido Demócrata.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Foto: AFP.

En los últimos días, un número cada vez mayor de demócratas electos han sido detenidos, y en algunos casos maltratados, por agentes federales; un gobernador demócrata fue amenazado con ser arrestado por Trump y con ser “alquitranado y emplumado” por el presidente de la Cámara de Representantes; y una legisladora estatal demócrata en Minnesota y su esposo fueron asesinados.

En cambio, Obama animó a otros, en particular a quienes trabajan en bufetes de abogados, universidades y empresas, a denunciar las exigencias de la administración Trump. Obama reconoce que es improbable que influya en los republicanos ni en el propio Trump con críticas públicas, por lo que se ha centrado en temas donde sus palabras pueden tener un impacto, según personas que trabajan con él.

Durante su presidencia, los liberales se sentían “cómodos con su rectitud”, dijo, porque ésta no era puesta a prueba.

“Podías ser tan progresista y socialmente consciente como quisieras sin tener que pagar un precio”, dijo. “Aún podías ganar mucho dinero. Podías seguir viviendo en Aspen y Milán, viajar, tener una casa en los Hamptons y seguir considerándote progresista”. Añadió: “Ahora nos encontramos en una situación en la que todos vamos a ser puestos a prueba de alguna manera y tendremos que decidir cuáles serán nuestros compromisos”.

“Ahora las cosas son un poco diferentes”, dijo. “Si eres una universidad, podrías perder algunos donantes, y si eres un bufete de abogados, tu facturación podría bajar un poco, lo que significa que no podrás remodelar la cocina de tu casa en los Hamptons este verano”.

Es poco probable que sus comentarios satisfagan a los funcionarios y votantes demócratas, quienes se han quejado de su reticencia a inmiscuirse en la política contemporánea, queriendo que ofrezca críticas más abiertas y frecuentes a la administración Trump. Sin embargo, ha dejado claro que no pretende convertirse en un líder de la oposición.

Aunque se opone a gran parte de la agenda de Trump, Obama cree que ofrecer un flujo constante de críticas a la administración diluiría el poder de su voz, según personas que trabajan con él.

Sus declaraciones del martes, que pasaron del uso de internet en sus primeras campañas a una breve historia de la globalización durante el último medio siglo, equivalieron a un llamado a restaurar la democracia rescatando valores fundamentales del pasado. Obama lamentó la pérdida de puntos en común, la confianza e incluso los hechos básicos. Sus comentarios incluían una crítica a Trump y al Partido Republicano, aunque nunca mencionó a su sucesor por su nombre.

“En 2020, una persona ganó las elecciones, y no fue quien se quejaba”, dijo. “Es un hecho. Igual que en mi toma de posesión hubo más gente”. Añadió: “No me importa, pero los hechos son importantes”.

Obama añadió: “Una de las cosas más perniciosas que ha ocurrido es que ahora nos encontramos en una situación en la que no sólo estamos discutiendo políticas, valores u opiniones, sino que se están cuestionando hechos básicos, y eso es un problema”.

Tras bambalinas, Obama mantiene una relación abierta con los funcionarios demócratas electos. Frecuentemente ofrece asesoramiento a líderes del Congreso, gobernadores, congresistas y posibles candidatos que lo contactan. El próximo mes, encabezará un evento de recaudación de fondos para el Comité Nacional Demócrata en la residencia del gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy.

En un momento en que la aprobación de su partido se encuentra en mínimos históricos, Obama sigue siendo el demócrata vivo más popular. Antes de su aparición el martes, los asistentes posaron ante un telón de fondo con carteles que decían “Sí, todavía podemos” y “Hartford aún tiene esperanza”.

En discusiones privadas, Obama ha elogiado a los líderes de su partido en los parlamentos estatales y en el Congreso, diciendo que una nueva generación debe liderar a los demócratas hacia el futuro.

Ha comparado este momento con principios de 2005, cuando llegó al Senado con los demócratas fuera del poder en Washington, según una persona informada sobre las conversaciones. En las elecciones intermedias de 2006, los demócratas obtuvieron el control del Congreso. Y dos años después, se convirtió en el primer presidente negro del país y revitalizó el partido.

Por Lisa Lerer / The New York Times

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