Redacción El País
Dos niños muertos, de ocho y diez años, y una veintena de heridos fue el trágico saldo ayer miércoles de un tiroteo en la iglesia de una escuela católica en Minneapolis, Estados Unidos. FBI anuncia que investiga este tiroteo como “crimen de odio contra los católicos”.
El atentado fue en la iglesia de la escuela católica de Annunciation. El tirador fue neutralizado por la policía. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, agradeció al FBI por su actuación inmediata en el caso.
De acuerdo con reportes policiales, en las últimas 24 horas se registraron cuatro tiroteos diferentes y el de la escuela detonó la atención de todas las autoridades porque había niños en medio del fuego.
Trump calificó la situación de “terrible”. “He sido informado de manera completa sobre el trágico tiroteo en Mineápolis, Minnesota”, afirmó Trump en su red Truth Social.
“El FBI respondió rápidamente y está en el lugar. La Casa Banca continuará monitoreando esta terrible situación. ¡Por favor únanse a mí rezando por cada persona involucrada!”, agregó.
Según fuentes de la Casa Blanca, el presidente llamó al gobernador de Minnesota, Tim Walz.
El jefe de la policía de Minneapolis y el alcalde, Jacob Frey, informaron que los dos niños muertos tenían ocho y diez años, y que otras 17 personas resultaron heridas (catorce de ellas menores de edad).
“Dos niños pequeños, de ocho y diez años, fueron asesinados en los pupitres donde estaban sentados. Sus padres ya han sido notificados. Otras 17 personas resultaron heridas, 14 de ellas niños. Dos de esos niños están en estado crítico”, explicó el jefe de policía de Minneapolis, Brian O’Hara, en una rueda de prensa.
Según explicó O’Hara, durante la misa como parte del inicio del curso escolar, “un hombre armado se aproximó por la parte exterior, al costado del edificio, y comenzó a disparar con un rifle a través de las ventanas de la iglesia hacia los niños que estaban sentados en los bancos”.
“El agresor”, dijo, “estaba armado con un rifle, una escopeta y una pistola”: “Creemos que utilizó las tres”, añadió. Preguntado por el número de disparos, apuntó que fueron “docenas”, aunque no tienen todavía la cuenta exacta.
Las autoridades confirmaron también la muerte del tirador, quien creen que “se quitó la vida en el estacionamiento” de la escuela, ubicado en la parte trasera de la iglesia.
“Este acto deliberado de violencia es solo una muestra de la crueldad que está más allá de toda comprensión. Nuestros corazones están rotos por todos los que han sido afectados por esta tragedia. Mientras iniciamos el difícil camino hacia la sanación, quiero que la comunidad sepa esto: que incluso ante tal maldad, estamos con nuestra comunidad”, explicó el jefe de policía.
Desde el Vaticano, el papa León XIV se mostró profundamente entristecido y envió su pésame y su apoyo espiritual tras el tiroteo en una escuela católica en Minneapolis.
En un telegrama, firmado por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y enviado al arzobispo de la ciudad, Bernard Hebda, el papa expresó “su sincero pésame y aseguró su apoyo espiritual a todos los afectados por esta terrible tragedia, en especial a las familias que ahora lloran la perdida de un hijo”.
Al mismo tiempo, añade el telegrama, “encomendó las almas de los niños fallecidos al amor de Dios Todopoderoso” y reza “por los heridos y por el personal médico y el clero que los atiende y sus seres queridos”. El pontífice también envió su bendición a todos los afectados, escuela y comunidades, para que llegue “la paz, la fortaleza y la consolación en el Señor Jesús”.
El FBI lanzó una investigación por terrorismo y crimen de odio contra los católicos tras el tiroteo en una iglesia de Minneapolis, indicó su director Kash Patel. “El FBI está investigando este tiroteo como un acto de terrorismo doméstico y crimen de odio contra los católicos”, afirmó Patel en X.
El jefe del FBI agregó que el agresor fue identificado como Robin Westman, un individuo “nacido hombre bajo el nombre de Robert Westman”.
Union Station
Trump está embarcado en una campaña contra el crimen en Estados Unidos. En este marco, su gobierno anunció ayer miércoles que asume la gestión de la estación central de Washington, la Union Station, como parte de su estrategia para aumentar el control sobre la capital en su “lucha contra el crimen”.
“Vamos a recuperar la gestión total por parte del Departamento de Transportes y vamos a realizar inversiones para asegurarnos de que esta estación no esté sucia y que no haya personas sin hogar”, aseguró el secretario de Transportes, Sean Duffy, durante la presentación de unos trenes de alta velocidad en la misma estación.
La estación central, aunque es propiedad del Departamento, está, hasta ahora, controlada por la empresa privada Union Redevelopment y Amtrak, la empresa pública de transporte ferroviario. EFE, AFP