Estados Unidos entierra el cierre gubernamental más largo de su historia y deja al Partido Demócrata dividido

La parálisis obligó a despedir temporalmente a cientos de miles de funcionarios, provocó la cancelación de miles de vuelos y la angustia entre familias que dependían de ayudas públicas para subsistir.

Un peatón trota por la Plaza Este del Capitolio durante la mañana del 10 de noviembre de 2025 en Washington, DC. El Senado llegó a un acuerdo el domingo por la noche para financiar al Gobierno, con el objetivo de poner fin al cierre administrativo más largo de la historia.
Senado. La salida a la parálisis dividió al Partido Demócrata.
Tom Brenner/AFP fotos

El presidente Donald Trump firmó el miércoles a última hora la ley que pone fin al cierre gubernamental más largo de la historia de Estados Unidos, tras 43 días de duro pulso político entre republicanos y demócratas. Trump firmó la normativa que poco antes había aprobado la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, por 222 votos a favor y 209 en contra. “Hoy mandamos un mensaje claro de que nunca nos someteremos a una extorsión”, dijo el mandatario ante la prensa en la Casa Blanca.

La parálisis presupuestaria obligó a despedir temporalmente a cientos de miles de funcionarios, provocó la cancelación de miles de vuelos y la angustia entre familias que dependían de ayudas públicas para subsistir. “Sabían que iban a causar daño, y lo hicieron de todas maneras”, acusó el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, en alusión a los demócratas.

“Seguiremos defendiendo los derechos de los estadounidenses”, había clamado poco antes, en el debate previo, el líder de la bancada opositora, Hakeem Jeffries.

La aritmética parlamentaria favoreció a los republicanos, que tienen una mayoría muy ajustada en el Congreso, pero que han mostrado mejor disciplina de voto en ambas cámaras. Los demócratas, en cambio, aparecieron al final divididos entre un liderazgo que quería mantener el pulso con el gobierno, y ciertos legisladores moderados que optaron por romper filas.

Los servicios de investigación del Congreso calculan que el país perdió hasta 14.000 millones de dólares en esta parálisis presupuestaria. Unos 670.000 funcionarios volvieron al trabajo con derecho a sueldo desde ayer. El Senado había votado el lunes favorablemente a la reapertura gracias a la participación de ocho demócratas y la oposición de un solo republicano.

Los esfuerzos titánicos de los demócratas para intentar reabrir toda la gran discusión sobre los subsidios para la cobertura sanitaria acabaron frustrados. Los republicanos se limitaron a prometer un debate separado, a corto plazo, en el Congreso sobre las ayudas a millones de estadounidenses para pagar su cobertura sanitaria.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, muestra el paquete de financiación firmado para reabrir el gobierno federal en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, muestra el paquete de financiación firmado para reabrir el gobierno federal en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Foto: BONNIE CASH / POOL/EFE

El líder de la minoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, votó en contra de la reapertura, y la misma actitud mantuvo Jeffries. “La atención médica de la gente en este país está a punto de volverse impagable”, clamó Jeffries. La polémica yace en el denominado Obamacare, la reforma sanitaria aprobada durante la presidencia del demócrata Barack Obama, que suponía un primer intento de introducir una cobertura sanitaria pública universal en todo el país.

Esa cobertura, que la Corte Suprema dictaminó que no podía ser obligatoria, ha subsistido gracias a los créditos fiscales aprobados por los demócratas. Ante la crisis de la pandemia del coronavirus, el demócrata Joe Biden extendió y amplió en 2022 los subsidios para ayudar a millones de estadounidenses a pagar esa cobertura de salud.

Esas ayudas vencen a finales de año, con lo cual las pólizas pueden subir de forma considerable. Los republicanos aducen que esos subsidios solo deberían ayudar a los sectores más desprotegidos, y no extenderse de forma indiscriminada.

Los sondeos demostraron que la mayoría de la población achacaba a Trump y a los republicanos la responsabilidad del cierre, puesto que dominan la Casa Blanca y el Congreso. Pero su unidad se mantuvo casi sin fisuras, mientras que el enojo crecía en la opinión pública.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar