Eléonore Caroit es diputada de la Asamblea Nacional de Francia, donde es vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Internacionales. Es miembro de la coalición oficialista Juntos por la República. Fue electa en representación de los franceses del extranjero por la circunscripción América Latina y el Caribe, y designada representante del presidente Emmanuel Macron en el marco de la cumbre de los océanos UNOC3. De nacionalidad franco-dominicana, creció en República Dominicana y estudió en París y en Nueva York, donde se formó como abogada internacional especializada e arbitraje y litigios internacionales, con foco en América Latina.
-¿Cuál es el objetivo de su visita a Uruguay?
-Soy diputada francesa en la Asamblea Nacional y represento a todos los franceses que viven en América Latina y el Caribe, y eso incluye a los 2.355 franceses inscritos aquí en la Embajada, que en realidad son mucho más porque hay franceses que no están inscritos. Entonces mi primer objetivo era visitar a la comunidad francesa, pero también tener una permanencia parlamentaria para escuchar los problemas y las preocupaciones de la comunidad francesa. La visita también tiene una dimensión política, de reforzar la relación bilateral con Uruguay. Tuve reuniones con Carolina Cosse y con miembros del Ministerio de Ambiente. Además, tengo una misión gubernamental que es la promoción del tratado BBNJ (Tratado sobre la Diversidad Biológica Marina de las Zonas Fuera de la Jurisdicción Nacional), que Uruguay está a punto de ratificar.
-¿Qué inquietudes le transmitieron en el Ministerio de Ambiente? ¿Qué aspectos cree que Uruguay puede reforzar allí?
-Uruguay es un país marítimo, tiene una zona económica exclusiva importante. Basta con llegar a Montevideo para darse cuenta que el mar está en todas partes. A pesar de eso yo creo que, como nosotros, como muchos países en el mundo, tienen un margen de progresión muy importante para crear áreas marítimas protegidas, para también tener una implicación mucho más fuerte en el tema de la protección de los océanos. La ventaja que tiene Uruguay y que compartimos con ustedes es que creemos mucho en el multilateralismo y en las instituciones internacionales para trabajar sobre temas globales y sobre desafíos que nos conciernen a todos, como el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.
-¿Qué temas abordó con la vicepresidenta Carolina Cosse?
-Con ella fue muy importante reunirme porque yo quería tener una reunión de alto nivel, con una persona que representa a la vez el Poder Ejecutivo pero que también es presidenta del Senado. Traté el tema de la ratificación del BBNJ, porque para que ese tratado tan importante sobre el altamar entre en vigor se necesitan 60 firmas. Tenemos 51 y Uruguay está a punto de firmarlo. Esas nueve que faltan las estamos buscando una por una. Creo que es muy importante, incluso simbólicamente, que Uruguay sea parte de eso. Otro tema fue la innovación tecnológica y la creación de un ecosistema en torno a la inteligencia artificial y el desarrollo tecnológico. Francia tiene un verdadero saber hacer en ese sentido. También abordamos la lucha contra la inseguridad y el narcotráfico, que también para nosotros es un problema; estamos tratando de desarrollar cooperación con diferentes países de Latinoamérica y creo que con Uruguay se puede reforzar todavía más. Obviamente, también, el tema de la cooperación comercial, del acuerdo de la Unión Europea y del Mercosur. Yo soy una de las pocas diputadas francesas que defiende ese acuerdo. Hay un consenso en contra bastante fuerte en Francia y es muy difícil entender por qué ese acuerdo no es aceptado allí, entonces también intento explicar cuál es la posición mayoritaria en Francia, pero también aclarando que hay personas que llevan otras voces y que, en el marco de ese acuerdo o no, es de todas maneras muy importante reforzar la cooperación económica y comercial entre Francia y Sudamérica.
-¿Cuáles son las preocupaciones de los franceses respecto al acuerdo que puede que quizá aquí sean más complicadas de entender?
-En Francia hay una verdadera preocupación legítima por parte del mundo agrícola de que haya una forma de “dumping” de las medidas medioambientales, porque a nivel europeo hemos logrado poner en obra muchas medidas de protección del medioambiente y queremos ir todavía más lejos; de hecho, son los agricultores los primeros impactados por el cambio climático, por las sequías, entonces también eso lo tomamos en cuenta. Esas normas tienen un costo importante en materia de producción, entonces hay un verdadero temor al respecto. Hay un consenso en contra -o casi consenso, porque yo defiendo el acuerdo de Mercosur-, pero sí hay un casi consenso en la opinión pública y política francesa. Asimismo, creo que hay que entender que ese acuerdo puede permitir una transmisión de normas virtuosas, que se mejore la agricultura tanto aquí como allá. Me parece que Uruguay es un país modelo, bastante ejemplar en cuanto a las normas que aplica. Quizá no hay tal homogeneidad dentro de los países del Mercosur, por eso puede ser complicada de comprender la postura francesa.
-¿Le parece que el mundo está yendo a un discurso más negacionista del cambio climático? ¿Qué cree que se debe hacer al respecto, desde la óptica gubernamental pero también ciudadana?
-Hoy más que nunca es importante acercarse a sus amigos y a los que comparten sus valores. Y en ese sentido, Francia y Uruguay comparten valores muy fuertes: creer en el derecho internacional, creer en el multilateralismo, creer en la solución pacífica de los problemas. Es importante que Francia vea y entienda lo que hace Uruguay en el plano internacional, y de la misma manera, que ustedes sepan que Francia es un amigo y un aliado, uno de los países con quien tienen la más larga relación bilateral. La de Francia y Uruguay es una amistad de pueblo a pueblo, que es histórica, cultural, que tiene que ver con el idioma. Por eso los programas que hemos puesto también; estamos tratando de promover el aprendizaje del francés, estamos aquí en la Alianza Francesa… Las vías de cooperación son múltiples y hay que reforzarlas todas, sobre todo en el mundo que estamos viendo hoy. Para responder a tu pregunta, me parece que cada ciudadano puede, a su nivel, a su escala, ya sea poniendo una pequeña piedra en el edificio, contribuir a luchar contra las fake news, contra el negacionismo, porque al final esto nos afecta a todos. Es importante que quienes creemos en estos valores también los defendamos incluso de manera ofensiva, porque hay una verdadera ofensiva reaccionaria y negacionista en el mundo, entonces sí, pienso que hay que ser muy fuertes en ese sentido.