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El vendaval Bolsonaro provoca una renovación en el Congreso

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Vista general del Senado de Brasil. Foto: AFP

Elecciones en Brasil: camino al balotaje

PSL pasó de 8 a 52 diputados y logró sus primeras 4 bancas en el Senado.

El vendaval electoral que dejó a Jair Bolsonaro a las puertas de la presidencia de Brasil impactó también en el Congreso, donde el pequeño partido del candidato ultraderechista se convirtió en la segunda bancada de la Cámara de Diputados y entró por primera vez al Senado.

"Estos últimos días hubo una ola pro Bolsonaro muy fuerte, un tsunami que afectó a la elección de mucha gente y ha dejado un Congreso más de derechas, más polarizado, más tenso", dijo a la AFP Sylvio Costa, fundador de la consultora política Congresso em Foco.

Bolsonaro (46% de los votos en la primera vuelta del domingo), quedó en excelente posición para disputar el balotaje del 28 de octubre frente a Fernando Haddad (29%), del Partido de los Trabajadores (PT).

El Partido Social Liberal (PSL), al que Bolsonaro se afilió en marzo, pasó de 8 a 52 diputados (de un total de 513), entre ellos su hijo Eduardo, que superando las expectativas de los bolsonaristas más optimistas se convirtió en el diputado federal más votado de la historia de Brasil al obtener 1.843.735 sufragios. Además, el PSL también irrumpió con 4 escaños (de un total de 81) en el Senado, entre ellos el obtenido por otro de sus hijos, Flávio Bolsonaro.

Los resultados contrarían todas las previsiones de los analistas, que pronosticaban muy pocos cambios y una dificilísima gobernabilidad si Bolsonaro llega a la presidencia.

La corrupción no paga.

El PT de Haddad y del encarcelado Lula da Silva, prosigue su erosión, aunque se mantiene como principal fuerza de la Cámara de Diputados. En la elección de 2014 logró 69 escaños, las deserciones lo dejaron al final de la legislatura con 61 y ahora tiene 56. En el Senado, perdió 7 de sus 13 bancas.

Una de las derrotas más sentidas en el PT fue la de Dilma Rousseff, la expresidenta destituida en 2016 por el Congreso y quien lideraba todos los sondeos para uno de los dos escaños al Senado por el estado de Minas Gerais, pero quedó en cuarto lugar con un 15,35% y por lo tanto fuera del Congreso.

Pero la onda expansiva de Bolsonaro arrasó con las otras dos fuerzas históricas del Congreso.

El centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del expresidente Fernando Henrique Cardo-so, pasó de 49 a 29 diputados. Y el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), del impopular presidente saliente Michel Temer, cayó de 51 a 34 diputados.

MDB y PSDB siguen siendo, sin embargo, la primera y la segunda fuerza del Senado, donde la caída fue de menor amplitud que en la Cámara de Diputados, probablemente porque solo renovaba dos tercios de sus escaños.

Muchos de los diputados y senadores investigados por la Operación Lava Jato, que des-de 2014 reveló un entramado de corrupción centrado en la estatal Petrobras, no han logrado renovar sus cargos. Solo fue- ron reelectos un 46% de los diputados, mucho menos que lo esperado.

Buey, bala y Biblia.

La lógica indica que Bolsonaro tendría ahora, en caso de ser electo, un escenario más propicio para impulsar sus reformas económicas o del sistema político que prometió durante la campaña.

Un respaldo reforzado además por el apoyo que obtuvo de la bancada conocida como BBB (Buey, Bala y Biblia), que reúne transversalmente a los parlamentarios del agronegocio, los partidarios de la liberalización del porte de armas y los evangélicos.

Jair Bolsonaro. Foto: Reuters
Jair Bolsonaro. Foto: Reuters

Su discurso de mano dura contra la violencia, que en 2017 dejó un récord de 63.000 asesinatos en Brasil, y contra el aborto, así como sus gestos hacia los poderosos propietarios rurales, le hicieron ganarse el favor de los sectores más conservadores del Congreso.

"Bolsonaro va a gobernar con los lobbys parlamentarios. Esa es la verdad. Va más allá de los partidos", declaró la semana pasada el influyente pastor evangélico Silas Malafaia, durante una transmisión en directo por Facebook junto a Bolsonaro.

En Brasil, para gobernar con un Legislativo atomizado en unos 30 partidos, el presidente suele recurrir a la atribución de cargos ministeriales o en los altos escalones del Estado a cambio de votos a leyes fundamentales en el Congreso, una práctica enquistada que para muchos explica la extendida corrupción en el país.

Eso será un problema para Bolsonaro, que prometió reducir drásticamente el número de ministerios, poner militares en el gobierno y terminar con los viejos vicios del Congreso.

Pero también se le auguraría difícil la gobernabilidad para el izquierdista Haddad, que debería lidiar con un Legislativo más conservador y con un gran sentimiento antipetista, que asocia al partido de Lula con la corrupción y a su sucesora Dilma Rousseff (destituida por el Congreso en 2016) con el mal manejo económico.

Los castigados por el Lava Jato
El escándalo de corrupción que involucra a Petrobras reaviva el clima de protestas en Brasil. Foto: Reuters.

La mitad de los candidatos en las elecciones presidenciales, legislativas y regionales del domingo en Brasil que había sido salpicada por el gigantesco escándalo de corrupción en Petrobras no fueron electos y perderán los fueros que los protegían. La composición final del Congreso a partir de febrero de 2019, divulgada ayer lunes por el Tribunal Superior Electoral, confirmó la derrota en las urnas de 46 de los 87 candidatos salpicados por la llamada operación Lava Jato. Es decir que el 52,9% de los salpicados por el escándalo se despide del Congreso o de sus mandatos ejecutivos. Otros cinco candidatos citados en los desvíos (el 5,7%) aún podrán ser elegidos debido a que disputarán la segunda vuelta por el gobierno de algún estado y solo 35 (el 41,4%) consiguieron ser elegidos el domingo. Los procesos judiciales de los 35 derrotados en las urnas podrán ser enviados de la Corte Suprema a instancias inferiores, en donde los juicios son más rápidos, ya que perdieron los fueros. Entre los candidatos que disputaron las elecciones, 18 son juzgados por las corrupción, 12 fueron acusados formalmente por la Fiscalía y otros 57 son investigados.

De partido pequeño a potencia legislativa

Jair Bolsonaro convirtió a un pequeño partido en una potencia parlamentaria en las elecciones del domingo.

Su alta votación desafió las previsiones de muchos encuestadores y sugiere que Bolsonaro podría lograr con más facilidad el apoyo que necesita para las duras reformas económicas que ha prometido.

El Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro obtuvo 52 de los 513 escaños en Diputados; solo detrás del Partido de los Trabajadores (PT), que logró 56 asientos. Esto marca un crecimiento explosivo para un partido que antes de las elecciones tenía solo ocho diputados y que no contaba con presencia en el Senado.

"El PSL es un nuevo capítulo en la historia política de Brasil. Es un grupo que adopta en una sola tesis la austeridad fiscal, un gobierno pequeño y una reforma de pensiones", dijo Lucas de Aragão, socio de la consultora política Arko Advice.

En contraste, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) del presidente Michel Temer, cayó al cuarto lugar en la Cámara de Diputados con 34 escaños.

Michel Temer, presidente de Brasil . Foto: AFP
Michel Temer, presidente de Brasil . Foto: AFP

Los resultados resaltan la molestia de los votantes por los escándalos de corrupción que han llevado a prisión a decenas de políticos y empresarios, además de la irritación que existe con los partidos tradicionales que durante mucho tiempo han definido el debate político en Brasil.

Hasta este año, el PSL era uno de los múltiples partidos poco conocidos de la política brasileña, con un puñado de escaños y sin una ideología clara, gracias a unas leyes electorales que facilitan la creación y el financiamiento público de nuevas agrupaciones.

Eso cambió cuando Bolsonaro llegó a ese partido en marzo, en lo que significó su novena afiliación partidista. La campaña del candidato presidencial en las redes sociales cambió al PSL, lo llevó más a la derecha y aumentó el perfil de candidatos como el comandante retirado de la policía militar Sergio Olimpio Gomes, el más votado en la elección de senadores en San Pablo.

El PSL se convirtió en una salida para los brasileños extremadamente conservadores que han carecido de representantes de alto perfil, dijo el politólogo Leonardo Barreto, jefe de la consultora Factual.

Eso significó que se desviaran los votos desde pilares de la centroderecha, como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que perderá cerca de 20 de sus 49 escaños debido a su papel en los escándalos de corrupción y sus compromisos con el impopular gobierno de Michel Temer.

"La sociedad ha votado en defensa propia contra el sistema político, y el PSDB tuvo que pagar por eso", sostuvo Barreto. EN BASE A REUTERS.

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