El Papa Francisco de visita oficial en Mongolia, un país budista con apenas 1.400 católicos

El viaje del Sumo Pontífice al país asiático se considera clave para mejorar las relaciones con China, nación con la que el Vaticano no tiene relaciones diplomáticas.

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Papa Francisco
Papa Francisco.
Foto: AFP

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El papa Francisco fue recibido con entusiasmo ayer viernespor la pequeña comunidad católica de Mongolia, en su primera visita oficial a este país de Asia central.

Francisco de 86 años estará hasta el lunes en Mongolia, de mayoría budista. Su viaje busca ser un gesto de apoyo a la ínfima comunidad católica local y al mismo tiempo tiene una importancia estratégica de cara a mejorar las relaciones del Vaticano con las potencias vecinas de Mongolia, China y Rusia.

El papa aterrizó en la capital del país, Ulán Bator. En tierra se desplazó en silla de ruedas, y fue recibido por la ministra de Relaciones Exteriores, Batmunkh Battsetseg, escoltada por un séquito de guardias de honor mongoles con vestimentas tradicionales.

Después, se dirigió a la residencia del obispo italiano Giorgio Marengo, que es el cardenal más joven del mundo y ejerce como representante de la prefectura apostólica de Ulán Bator.

En Mongolia hay cerca de 1.400 católicos, en una población de más de tres millones de personas.

Esta es la segunda visita de Francisco a Asia central en un año, después de la gira a Kazajistán en septiembre de 2022, lo que pone en relieve la importancia geopolítica de esta región.

Durante el vuelo de nueve horas, Francisco envió un telegrama con “plegarias” y “buenos deseos” al presidente chino, Xi Jinping, informó el Vaticano, siguiendo la tradición de mandar agradecimientos a los países que sobrevuela el avión papal. “Asegurándole mis oraciones por el bienestar de la nación, invoco sobre usted todas las bendiciones divinas de unidad y paz”, afirmó.

Preguntado durante el vuelo si es compleja su labor diplomática, el papa respondió: “Sí, no saben hasta qué punto es difícil”. “A veces hay que tener sentido del humor”, añadió.

Pekín respondió al mensaje del pontífice afirmando que desea “reforzar la confianza mutua” con el Vaticano y promover “un proceso de mejora de las relaciones bilaterales”, en palabras del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.

China y el Vaticano no tienen relaciones diplomáticas.

Francisco inició un esfuerzo para mejorar el vínculo con China y en 2018 la Santa Sede llegó a un acuerdo secreto con las autoridades de Pekín que permitió a ambas partes tener voz en el nombramiento de obispos en China.

Este viaje a Mongolia, el 43º que realiza Francisco en sus más de diez años al frente de la Iglesia católica, es crucial para las relaciones del Vaticano con Pekín y Moscú, adonde el papa no ha sido invitado aún.

Tras una jornada de reposo ayer viernes, Francisco arrancará su programa con una ceremonia de bienvenida hoy sábado y encuentros con el presidente, Ukhnaa Khurelsukh, y el primer ministro, Luvsannamsrai Oyun-Erdene.

Mongolia, que antaño fue parte del imperio de Gengis Kan, depende de Rusia para la importación de energía y de China para la exportación de materias primas, pero se mantiene neutral.

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