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El miedo a la guerra estimula a los populistas de Europa oriental para desvincularse de Ucrania

“El miedo es una emoción primaria y la política del miedo es la táctica más vieja” conocida, declaró Jiri Priban, profesor de derecho en la Universidad de Cardiff.

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Vladimir Putin operando un simulador del helicóptero Mi-171A2
Vladimir Putin operando un simulador del helicóptero Mi-171A2.
Foto: AFP

La invasión rusa de Ucrania le ha dado a los populistas de Europa oriental un arma poderosa: el miedo a la guerra. A falta de una solución al conflicto en el horizonte inmediato, algunos políticos aprovechan la ansiedad que provoca para sugerir que apoyar a Ucrania podría llevar a sus países a la guerra.

De Praga a Sofía, el discurso político está dominado por falsas afirmaciones según las cuales los gobiernos esperan restablecer el servicio militar obligatorio, anunciar la movilización general o “enviar sus hijos a la trituradora de carne”.

“El miedo es una emoción primaria y la política del miedo es la táctica más vieja” conocida, declaró Jiri Priban, profesor de derecho en la Universidad de Cardiff.

“Hace parte de todas las campañas políticas”, subrayó.

El alarmismo ya parece funcionar en Eslovaquia, donde muchos hombres rechazan formalmente el servicio militar por razones morales o religiosas.

Si antes de la guerra, Eslovaquia, miembro de la OTAN y fronteriza con Ucrania, registraba anualmente unos 1.500 objetores de conciencia, su número pasó a más de 40.000 el año pasado, según el ministerio de Defensa.

Este viento de pánico entre los jóvenes eslovacos fue provocado al menos en parte por el ex primer ministro Robert Fico, que realiza una campaña electoral basada en críticas contra la OTAN, Estados Unidos y los “fascistas ucranianos”.

Fico dice que el conflicto “no nos concierne” porque se trata de “una guerra entre Estados Unidos y Rusia”.

Retomando la propaganda pro Kremlin, calificó el apoyo de la UE a Ucrania de “misión suicida” y acusó al gobierno eslovaco de ser un lacayo de Estados Unidos que no dudaría en “enviar su hijos al frente”.

La táctica del miedo parece dar sus frutos: el partido de Fico, el Smer, encabeza o aparece en segunda posición en las encuestas antes de las elecciones legislativas de septiembre.

“Eslovaquia es extremadamente vulnerable a la desinformación y los rusos hallaron ahí un terreno muy fértil para su propaganda”, declaró Michal Vasecka, miembro del Aspen y sociólogo en la Escuela internacional de Artes Liberales de Bratislava.

“Cuando se repite insistentemente a la población que su gobierno es un agente de Estados Unidos, la gente se pone a pensar: ‘¿por qué nuestros hijos deberían ir a defender los intereses estadounidenses?’”.

Los falsos argumentos sobre la guerra también dominaron las recientes elecciones presidenciales en la vecina República Checa y siguen afectando al nuevo presidente, Petr Pavel.

Aunque este general de la OTAN retirado ganó finalmente las elecciones del 28 de enero, sigue siendo objeto de una campaña de desinformación que lo describe como un empecinado en la guerra y con gatillo fácil.

Las verificaciones realizadas por AFP desmontaron falsas afirmaciones según las cuales Pavel habría llamado a enviar soldados checos a combatir en Ucrania, está a favor de que su país declare la guerra a Rusia o apoya la idea de una formación militar obligatoria para las personas nacidas después de 2003.

El rival electoral de Pavel, el ex primer ministro Andrej Babis, difundió afiches electorales donde afirmaba que su adversario “no cree en la paz”, y dijo que “yo no llevaría a la República checa a la guerra”.

Muchos mensajes en las redes sociales y las cadenas de mails, también verificadas por AFP, afirmaron también equivocadamente que Pavel preveía una movilización general.

“Hay un esfuerzo cada vez más aterrador por asustar a la gente, hacerles creer que serán obligados a combatir en una guerra que no pueden ganar”, indicó Czech Elves, una oenegé que rastrea y analiza la desinformación, en su último informe mensual.

“Rusia es presentada como una superpotencia nuclear imbatible que libra una campaña victoriosa en Ucrania”, indica el informe.

Asustar a los ciudadanos con la guerra se ha vuelto asunto corriente en otras partes de Europa del Este.

En Bulgaria, el partido ultranacionalista prorruso Vazrazh-dane (Renacimiento) organizó manifestaciones antigubernamentales y advirtió a los electores sobre el riesgo de convertirse en “carne de cañón”.

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, comparó a Ucrania con Afganistán y su gobierno está abiertamente a favor de Rusia.

Paradójicamente, la política del miedo a la guerra tiene poco éxito en los electorados de Polonia y las repúblicas bálticas, donde el peligro de una agresión militar rusa parece más real.

La experiencia histórica negativa común con Rusia inmunizó a sus poblaciones contra la propaganda pro-Kremlin, considera el profesor Jiri Priban.

“Hay un verdadero miedo existencial en los países bálticos, pero eso refuerza su apoyo a Ucrania”, concluyó el profesor de la Universidad de Cardiff.

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Ucrania une a DeSantis y Trump

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, se ha desmarcado de otros republicanos y colocado cerca de Donald Trump al señalar que proteger Ucrania no es un “interés clave” para EE.UU. DeSantis aventaja por dos puntos al expresidente en una encuesta nacional de cara a la nominación presidencial del Partido Republicano. CNN dio a DeSantis 39% de intención de voto frente a un 37% de Trump. “Si bien EE.UU. tiene muchos intereses nacionales vitales, (...) enredarse aún más en una disputa territorial entre Ucrania y Rusia no lo es”, respondió a un cuestionario del periodista Tucker Carlson, de Fox News.

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