Ayer sábado quedó oficialmente inaugurado el Gran Museo Egipcio (GEM) con una fastuosa velada destinada a impulsar el turismo.
“Todos imaginamos y soñamos con este proyecto. Nos preguntábamos si realmente se haría realidad, si todos veríamos su implementación y asistiríamos a este gran día”, declaró el primer ministro, Mostafa Madbuli, en una rueda de prensa.
Casi 80 delegaciones oficiales acudieron a la ceremonia, la mitad de ellas encabezadas por reyes, príncipes, jefes de Estado o de gobierno.
Como preludio al espectáculo inaugural, la fachada monumental del museo, situado en una pendiente con vistas a la meseta de Guiza y sus pirámides, estuvo iluminada las últimas noches.
La construcción del edificio de piedra y vidrio, levantado sobre un espacio de medio millón de metros cuadrados con apoyo financiero y técnico de Japón, costó más de 1.000 millones de dólares y requirió veinte años de trabajos titánicos.
“La idea del museo se remonta a unos treinta años, y tras un período de interrupción debido a las circunstancias que atravesó Egipto a partir de 2011, la mayor parte del proceso (...) se desarrolló durante los últimos siete u ocho años”, recordó el primer ministro egipcio.
La atracción principal es el tesoro de Tutankamón, descubierto en 1922 en una tumba del Valle de los Reyes, en el Alto Egipto, con cerca de 5.000 objetos funerarios reunidos por primera vez en un mismo espacio.
En total, el GEM alberga más de 100.000 piezas arqueológicas, de las cuales la mitad serán expuestas, conformando la colección más grande del mundo dedicada a una sola civilización, que vio sucederse treinta dinastías a lo largo de 5.000 años de historia.
En la apertura al público, el martes, los visitantes serán recibidos en el inmenso atrio por la estatua más monumental del museo -83 toneladas de granito y once metros de altura- que representa a Ramsés II, el faraón que reinó en Egipto durante 66 años hace más de 3.000 años.
A diferencia del Museo Egipcio construido en la época colonial en el centro de El Cairo, hoy anticuado y deteriorado, el GEM ofrece galerías inmersivas, iluminación de precisión, exposiciones de realidad virtual e incluso un museo infantil.
Los apasionados de la arqueología podrán observar, a través de un ventanal, el trabajo del laboratorio de conservación, donde se restaura una barca solar de 4.500 años, hallada enterrada cerca de la pirámide de Keops.
“Egipto se convertirá en el centro de la egiptología (...). No es aceptable que la mayoría de las conferencias internacionales se celebren fuera del país”, afirmó el ministro de Turismo, Sherif Fathi.
El sector turístico egipcio, fuente vital de divisas y empleo, ha sido sacudido en múltiples ocasiones durante la última década y media, desde la revuelta de 2011 hasta las olas de disturbios y ataques terroristas esporádicos que siguieron.
“La imagen que Egipto proyecta al mundo”
La apertura del Gran Museo Egipcio (GEM) es “un evento único en todos sus sentidos” y un “sueño que se ha logrado hacer realidad” para convertirse en el mensaje “que Egipto quiere proyectar al mundo”, según el primer ministro Mustafa Madbuli. Así lo indicó el mandatario en los prolegómenos de la ceremonia de inauguración del GEM, en la presentación de un encuentro con los líderes de las empresas que se encargaron de la gestión y construcción del que será el mayor museo del mundo dedicado a una sola civilización y al que las autoridades egipcias quieren convertir en uno de los más visitados del mundo. El primer ministro expresó su agradecimiento tanto al pueblo egipcio como a las autoridades que durante los últimos veinte años han trabajado para la consecución de esta obra, que ha recibido su último impulso bajo el mandato del presidente Abdelfatah al Sisi. “Hemos trabajado para que esta sea la imagen de Egipto al exterior”, dijo.
AFP