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Duro enfrentamiento de Israel con Antonio Guterres: piden la renuncia del secretario general de la ONU

El cruce comenzó cuando el portugués dijo que Gaza es sometida a una "ocupación asfixiante" por Israel. “Ninguna de las partes en un conflicto está por encima del derecho humanitario", concluyó.

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Eli Cohen. El canciller de Israel muestra en el Consejo de Seguridad fotos de las víctimas del grupo terrorista Hamás.
Eli Cohen. El canciller de Israel muestra en el Consejo de Seguridad fotos de las víctimas del grupo terrorista Hamás.
Foto: AFP

AFP/EFE
El Gobierno de Israel quedó ayer martes abiertamente enfrentado al secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, de quien reclamó su dimisión.

La crisis vino luego de que Guterres se refiriera ayer ante el Consejo de Seguridad a las “violaciones claras del derecho humanitario” en Gaza. “Ninguna de las partes en un conflicto está por encima del derecho humanitario internacional”, dijo Guterres, tras recordar que incluso la guerra “tiene reglas”.

El secretario general de la ONU condenó al grupo terrorista Hamás por el atentado del 7 de octubre en territorio israelí que dejó 1.400 muertos, la mayoría civiles, pero agregó: “Los ataques de Hamás (del 7 de octubre) no vienen de la nada: el pueblo palestino ha estado sometido a 56 años de ocupación asfixiante”.

“Han visto cómo su tierra era devorada sin cesar por los asentamientos y asolada por la violencia; su economía, asfixiada; su población, desplazada y sus hogares, demolidos. Sus esperanzas de una solución política a su difícil situación se han ido desvaneciendo”, dijo Guterres ante un concurrido Consejo de Seguridad de alto nivel, que no aprueba una resolución sobre el conflicto entre Israel y Hamás desde 2016.

El secretario general de la ONU también exigió un “alto el fuego humanitario inmediato” para aliviar el “sufrimiento épico” de la población de Gaza, que este fin de semana empezó a recibir ayuda humanitaria, “una gota en un océano de necesidades”, recordó.

“La población de Gaza necesita un suministro continuo de ayuda a un nivel que se corresponda con las enormes necesidades. Esa ayuda debe entregarse sin restricciones”, sostuvo Guterres.

El Consejo de Seguridad de la ONU celebró ayer un debate abierto sobre la situación en Gaza. En el programa se inscribieron 86 oradores, una muestra de cómo el conflicto palestino ha vuelto al centro de la geopolítica mundial.

“¿En qué mundo vive?”

La respuesta israelí fue tan fuerte como las denuncias de Guterres. “Señor secretario general, ¿en qué mundo vive?”, le espetó el canciller israelí Eli Cohen, tras recordar que Israel “no solo tiene el derecho de defenderse, tenemos también el deber de hacerlo”. “Sin ninguna duda, no es el nuestro”, se respondió a sí mismo tras mostrar fotos de los ataques de Hamás contra civiles.

“¿No le da vergüenza?”, preguntó Cohen.

En una declaración a la prensa, acompañado por familiares de algunos de los 220 rehenes en manos de Hamas, aseguró que había cancelado la reunión prevista que tenía ayer con Guterres.

También el embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, reaccionó en su cuenta de X contra las palabras de Guterres y pidió la dimisión inmediata del secretario general sus palabras porque “muestran comprensión por esa campaña de asesinatos masivos de niños, mujeres y ancianos” por parte de Hamás.

Cohen respaldó al embajador de Israel ante al ONU y dijo que “por supuesto” apoyaba el llamamiento a su dimisión de Guterres.

El embajador Erdan dijo que Israel se verá obligado a “reconsiderar” su relación con la ONU: “Hace tiempo que nos venimos quejando de cómo la ONU y sus representantes actúan en Israel, distorsionando la realidad. No informan de lo que pasa de verdad, sacan cosas de contexto, rechazan verificar nuestras denuncias de ataques terroristas (...) y toman las palabras de Hamás como si fueran palabra de Dios”, se quejó Erdan.

Sin consenso

En la sesión de ayer del Consejo de Seguridad, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, anunció que su país apoya las “pausas humanitarias” que permitan introducir en Gaza alimentos, agua y medicinas (no mencionó los combustibles).

El lunes, EE.UU. ya dijo por qué no apoya el alto el fuego: primero, porque servirá para que Hamás se rearme, y después, en palabras del propio presidente Joe Biden, porque no se puede pedir a Israel que cese los ataques mientras queden 220 rehenes suyos en manos de Hamás.

Rusia anunció ayer que se opondrá a la resolución de EE.UU., y China dio a entender que tampoco la apoyará.

La resolución de EE.UU. pide “pausas humanitarias” para encaminar ayuda a la población de Gaza.

Tanto Rusia como China objetan que esa resolución no contenga un llamamiento inequívoco a un alto el fuego.

El representante de China, Zhang Jun, dijo que “debe declararse un alto el fuego sin demora”, y para ello “el Consejo debe usar un lenguaje sin ambigüedad (...) para no dar luz verde a una nueva escalada de violencia”.

Más rotundo se mostró el embajador ruso, Vasili Nebenzia, quien dijo que un texto que no incluye un llamamiento a un rápido alto el fuego “no es aceptable” y supone más bien “un paso en la dirección equivocada que puede ser interpretado como un apoyo del Consejo a los planes de Israel de emprender una ofensiva terrestre en Gaza”.

Nebenzia criticó “la postura destructiva de Washington para sabotear soluciones” en Oriente Medio con su apoyo incondicional a Israel y su tendencia a “reemplazar el proceso de paz en Oriente Medio con medidas paliativas de tipo económico”.

La resolución de EE.UU., que se votará en los próximos días, corre así el riesgo de ser de nuevo rechazada, como le ocurrió a la que presentó Rusia el día 16 y Brasil el día 18, y que pusieron de manifiesto el bloqueo de la ONU ante las crisis de alcance mundial.

Además

“Viví un infierno”, dijo rehén liberada

La israelí de 85 años liberada por Hamás contó ayer martes que vivió “un infierno” al ser capturada y fue llevada a una “red de túneles” por sus secuestradores, que luego la trataron mejor durante su cautiverio de más de dos semanas en la Franja de Gaza.

Yocheved Lifshitz, de 85 años, fue liberada la noche del lunes junto con Nurit Kuper, de 79 años. Ambas vivían en el kibutz de Nir Oz, cercano a la Franja de Gaza y atacado por Hamás el 7 de octubre como parte de su sangrienta ofensiva sorpresa en Israel.

Sus esposos siguen cautivos del grupo terrorista.

“Viví un infierno, no sabía que me encontraría en esa situación”, dijo a la prensa en Tel Aviv Yocheved Lifshitz, sentada en una silla de ruedas y al lado de su hija.

Según contó, los terroristas se la llevaron en una moto, al secuestrarla. “Me golpearon en el camino; no me quebraron las costillas pero me hicieron mucho daño y tuve dificultades para respirar”.

De la mañana del ataque, coincidiendo con el final de una festividad judía, recuerda los intensos disparos, la entrada en masa de los terroristas en su cooperativa agrícola y los asaltos a las casas.

“No distinguieron entre viejos y jóvenes. No paro de reproducir en mi mente lo sucedido”.

Tras su secuestro, cuenta que fue llevada a una red de túneles subterráneos durante dos o tres horas. Luego fue conducida a un salón con otros 25 rehenes, y de ahí a una pieza separada con cuatro, donde la instalaron en un colchón.

Según explicó, su situación mejoró durante su cautiverio. “Nos trataron bien”, y “venía un médico cada dos o tres días para ver cómo estábamos, y para asegurarse de que teníamos medicamentos”.

“Tomaron en cuenta todas nuestras necesidades”, y “fueron muy amables”, sostuvo. “Comíamos lo mismo que ellos: pitas con queso cremoso, queso fundido y pepinos. Esa era la comida del día”.

La mujer comentó que los terroristas parecían haber preparado los secuestros.

“Parecían estar listos para esto, lo prepararon mucho tiempo, tenían todo lo que hombres y mujeres necesitan, incluso champú”, señaló.

Lifshitz explicó también que sus secuestradores intentaron hablarles de política. “No queríamos hablar de política con ellos, éramos sus rehenes, y no respondimos. Pero hablaron de muchas cosas”.

Unos 220 rehenes israelíes, extranjeros o binacionales fueron secuestrados por Hamás en el ataque lanzado el 7 de octubre, que dejó más de 1.400 muertos, en su mayoría civiles, del lado israelí. (AFP)

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