Destrucción de represa en Ucrania provoca otra crisis humanitaria: muchos muertos y decenas de pueblos bajo agua

AFP, EFE
Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de la destrucción de la represa de Kajovka en la madrugada de este martes, que dejó a miles de personas sin vivienda en decenas de pueblos desaparecidos bajo el agua, y amenaza con desatar una crisis humanitaria con un gran número de muertos y daños al ecosistema en plena guerra.

“Hasta ahora, 24 localidades en Ucrania han sido inundadas”, dijo el ministro del Interior ucraniano, Igor Klymenko, y hubo que evacuar a más de 17.000 civiles, según el fiscal general. “Más de 40.000 personas podrían estar en zonas inundadas”, indicó en Twitter el fiscal ucraniano Andrii Kostin.

La Casa Blanca expresó que habrá “probablemente muchas muertes” por la destrucción de la represa en Ucrania, pero agregó que aún carece de evidencia concreta para decir quién estuvo detrás del acto.

“No puedo decir de manera concluyente lo que sucedió en este momento”, dijo el porta-voz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. Agregó que se habían infligido daños “significativos” y que la causa había sido una “explosión”. Sin embargo, fue cuidadoso al enfatizar que todavía están estudiando el incidente antes de identificar al responsable. Estados Unidos no ha “llegado a una conclusión definitiva”, afirmó.

Cuando se le preguntó si atacar la represa constituiría un crimen de guerra, Kirby dijo que “está muy claro que la destrucción deliberada de la infraestructura civil no está permitida por las leyes de la guerra”.

La central hidroeléctrica de la represa, conquistada por los rusos al comienzo de la invasión a Ucrania en febrero de 2022, también está completamente destruida.

El Consejo de Seguridad de la ONU sesionaba anoche debatiendo este asunto a petición de Rusia y Ucrania.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó a Rusia de “volar” la represa colocando minas.

“Es físicamente imposible (volarla) de una forma u otra desde el exterior, con bombardeos”, como aseguró Rusia, dijo el presidente ucraniano. “El mundo debe reaccionar”, reclamó Zelenski.

La destrucción de la represa es “el mayor desastre ambiental provocado por el hombre en Europa durante décadas”, dijo Zelenski, acusando a Rusia de ser culpable “de un ecocidio brutal”.

Rusia tendrá que rendir cuentas por este “crimen de guerra” que constituye la destrucción de una infraestructura civil, dijo el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, al tiempo que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, denunció un “acto escandaloso”.

Poco después Rusia replicó pidiendo la “condena” de Ucrania por la destrucción de la represa. “Pedimos a la comunidad internacional que condene las acciones criminales de las autoridades ucranianas, que son cada vez más inhumanas y representan una grave amenaza para la seguridad regional y global”, dijo el ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en un comunicado.

“Lo ocurrido es un atentado terrorista dirigido contra un objetivo infraestructural de estrictos propósitos civiles. Fue planificado de antemano y de modo intencional por parte del régimen de Kiev en el marco de la llamada ‘contraofensiva’ del Ejército ucraniano”, agregó la diplomacia rusa.

Según el gobierno ucraniano, la destrucción es un intento de los rusos para “frenar” la contraofensiva de su ejército.

La destrucción de la represa hace temer consecuencias para la central nuclear de Zaporiyia, ubicada a 150 km río arriba, porque garantiza su enfriamiento. Sin embargo, “no hay peligro nuclear inmediato”, subrayó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y agregó que sus expertos en las instalaciones están monitoreando la situación.

Al igual que la represa, la central eléctrica está ubicada en un área ocupada por las fuerzas rusas.

La represa de Kajovka, construida en la década de 1950, en plena la época soviética, tiene un valor estratégico ya que suministra agua al Canal de Crimea del Norte, que nace en el sur de Ucrania y atraviesa toda la península de Crimea, bajo control ruso desde 2014.

AFP

Aunque el impacto de la rotura de la represa está todavía siendo evaluado, es probable que este desastre tenga “consecuencias graves a largo plazo en el terreno humanitario”, advirtió Naciones Unidas. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, la destrucción de esta represa puede afectar a “cientos de miles de personas en ambos lados de la línea de frente” e incluso a Crimea.

Eslovenia ocupará durante el bienio 2024-2025 un asiento no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU tras imponerse ayer martes con claridad a Bielorrusia en unas elecciones marcadas por la guerra en Ucrania. La candidatura eslovena recibió 153 votos, superando ampliamente la mayoría de dos tercios requerida en la Asamblea General, mientras que la bielorrusa se quedó con solo 38, sin que se conozcan los detalles porque los votos son secretos.

Así, Eslovenia -un miembro de la Unión Europea y de la OTAN- ocupará la plaza que dejará vacante a final de este año Albania en el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas, mientras que se queda fuera Bielorrusia, uno de los aliados más estrechos de Rusia y que facilitó la invasión a Ucrania.

“Los Estados miembros de la ONU decidieron sin dudar que los graves abusos de derechos en casa y el encubrimiento de las atrocidades rusas en Ucrania descalifican a Bielorrusia para servir en el Consejo de Seguridad”, destacó el director para la ONU de Human Rights Watch (HRW), Louis Charbonneau.

El Gobierno bielorruso llevaba más de una década preparando su candidatura al Consejo, mientras que Eslovenia no la anunció hasta finales de 2021.

Desde los regímenes de Bielorrusia y Rusia se denunció ese movimiento como una maniobra política impulsada desde Estados Unidos y la Unión Europea para neutralizar la presencia de Bielorrusia en el Consejo de Seguridad, algo que Eslovenia ha negado en todo momento.