NICARAGUA
El delgado de Nicaragua en el organismo, McFields, denunció al régimen de su país de ser una dictadura.
Apenas un día después de su acto de rebeldía en la Organización de Estados Americanos (OEA), el periodista Arturo McFields Yescas fue cesado por el dictador Daniel Ortega como embajador de Nicaragua ante la OEA.
En su lugar, Ortega nombró a Francisco Obadiah Campbell Hooker, quien también es el embajador nicaragüense en Estados Unidos.
Durante una sesión virtual del Consejo Permanente de la OEA, celebrada el miércoles, McFields decidió dejar de “guardar silencio” y calificó de “dictadura” al gobierno de Ortega.
McFields denunció que Nicaragua “se convirtió en el único país de Centroamérica donde no hay periódicos impresos” y “no hay libertad para publicar en redes sociales”.
Tampoco, aseguró, “hay organismos de derechos humanos” independientes, ni “existen partidos políticos” opositores, “ni elecciones creíbles” y “no existe separación de poderes, sino poderes fácticos”.
Es un país, agregó McFields, “se han comenzado a confiscar las universidades privadas y se han cancelado 137 ONG católicas, evangélicas, ecologistas, Operación Sonrisa y la lista sigue creciendo”.
McFields dijo que tomaba la palabra “en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida” en su país desde 2018, cuando estallaron en Nicaragua varias manifestaciones contra unas reformas a la Seguridad Social que se tornaron en un movimiento de protesta contra Ortega.
También “en nombre de los miles de servidores públicos de todos los niveles, civiles y militares, de aquellos que hoy son obligados por el régimen de Nicaragua a fingir a llenar plazas y repetir consignas, porque si no lo hacen pierden su empleo”, afirmó.
“Denunciar a la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible”, remarcó el periodista, quien tras sus declaraciones ha sido calificado como “traidor” y vendepatria” por los partidarios de Ortega.
“Tengo que hablar, aunque tenga miedo, tengo que hablar, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos, tengo que hablar porque si no lo hago, las piedras mismas van a hablar por mí”, subrayó.
Según McFields, “en el Gobierno nadie escucha y nadie habla” y lo que pasa en Nicaragua, donde “170.000 nicaragüenses han huido del país y otros más siguen huyendo”, ha superado sus capacidades.
McFields, graduado como licenciado en Comunicación Social en la jesuita Universidad Centroamericana (UCA), en Managua había reemplazado en el cargo al embajador Luis Exequiel Alvarado Ramírez en octubre de 2021.
Como periodista trabajó en el diario La Prensa, que ahora solo circula en una plataforma digital y cuyas instalaciones se encuentran ocupadas por la Policía Nacional, y en el Canal 12 de la televisión local, donde hizo un reportaje a la familia Ortega -en la oposición en ese entonces- sobre cómo celebraba la Navidad en su hogar.
Echan a la Cruz Roja
El régimen de Ortega expulsó de Nicaragua al delegado residente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Thomas Ess, aunque hasta anoche se desconocían los motivos.
La expulsión del delegado de la Cruz Roja ocurre días después de una decisión similar tomada contra el representante del Vaticano en Managua, Waldemar Stanislaw Sommertag, hecho que la Santa Sede calificó de “grave”.
"Farsa judicial"
En tanto, una jueza de Nicaragua declaró culpable al gerente general del diario La Prensa, Juan Lorenzo Holmann Chamorro, por el supuesto delito de lavado de dinero, en un juicio que el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) calificó de “farsa judicial”.
La jueza emitió el fallo de culpabilidad en contra de Holmann Chamorro, en un juicio que concluyó en la noche del miércoles tras dos días de audiencias en la cárcel conocida como “El Chipote”. (Con información de EFE y AFP)