La vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner reapareció ayer en medio de la crisis cambiaria y la incertidumbre electoral en el Frente de Todos, con un discurso centrado en la economía, en el que arremetió contra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y bajó el tono al clamor por su candidatura.

Cristina fue contundente al responsabilizar al FMI de la inflación y también de la corrida cambiaria, apelando a la cláusula del acuerdo que impide utilizar reservas para enfrentar las corridas. “Sentada sobre las reservas, con la administración del tipo de cambio, con la regulación, pudimos sofocar corridas cambiarias”, dijo sobre sus dos períodos al frente del Poder Ejecutivo.

La vicepresidenta fue la principal oradora de un acto en La Plata en el que se celebraron 20 años de la elección que catapultó a Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación en 2003. La “clase magistral”, titulada “La Argentina Circular. El FMI y su histórica receta de inflación y recesión”, fue su primera aparición desde que Alberto Fernández desistió de buscar su reelección.

Al tocar el tema de la dolarización, Cristina arremetió contra el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei. “La convertibilidad fue una idea que se le ocurrió a un señor de ojitos claros que después tiene un discípulo de ojitos claros en el presente, ahora con más pelo”, dijo Cristina, en alusión al exministro de Economía, Domingo Cavallo y al actual precandidato a presidente.

En otro pasaje de su discurso, sumó: “Esos mamarrachos (en alusión a Milei) que andan diciendo que la casta tiene miedo, ¡¿de qué tienen miedo, si nunca te pasó nada, hermano?! ¡¿Qué me venís a joder con que te tenemos miedo?!”.

Del listado de invitaciones a la “clase magistral” surgieron algunas curiosidades. Por ejemplo, fueron convocados algunas figuras cercanas al presidente, pero desde el kirchnerismo se encargaron en reforzar que no se trataba de un gesto de acercamiento. Todo lo contrario.

“Es todos menos Alberto”, se sinceró uno de los dirigentes más involucrados en el armado. La interna entre la vicepresidente y el presidente parece haber alcanzado un punto de no retorno, incluso en medio de la crisis económica y en la víspera electoral.

Sin apelar a un tono severo, Cristina envió un mensaje al ministro de Economía, Sergio Massa. “El acuerdo que se firmó con el Fondo Monetario Internacional es inflacionario”, aseveró, y mostró un gráfico en la pantalla con la evolución de la inflación.

Y agregó: “La inflación se disparó a partir de la firma del acuerdo porque se pierden herramientas”, y sumó: “Los planes del Fondo no han dado resultados en ninguna parte”. “Es necesario revisar las cláusulas del acuerdo”, completó.

Con quien no tuvo palabras amables fue con el exministro de Economía, Martín Guzmán. Sin mencionarlo, lo criticó por limitar las herramientas del Banco Central en el acuerdo con el FMI.

Cristina volvió a mencionar al ministro de Economía en otro pasaje. “Pasa lo que también dije también acá en La Plata, en el año 2020, en el estadio único Diego Armando Maradona, cuando Sergio (Massa) dijo, y bien, que el país iba a crecer, y yo dije atrás que, ‘ojo, claro que vamos a crecer, y mucho, pero alineemos precios, salarios, tipos de cambios porque si no, el crecimiento se lo van a llevar cuatro vivos’. Que es lo que está pasando ahora. Este es el tema”, aseguró.

Mientras tanto -y en sintonía-, el ministro de Economía negocia un acuerdo de precios y salarios a 60 días con el sindicalismo y el sector empresarial. El martes convocó a los representantes de los trabajadores.

No obstante, los protagonistas del encuentro se pronunciaron en contra de que un eventual acuerdo derive en un “congelamiento” de los ingresos de los trabajadores.

Así lo expresó ayer el dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, quien en una entrevista radial relató que “hubo un pedido (de Massa) para que, después de que se calme el mercado, apretemos juntos a los sectores empresarios para que los aumentos desmedidos vuelvan a los precios de antes de la crisis”.

Foto: Estefanía Leal

Cristina Kirchner insistió en que la conducción económica ante las crisis “no depende de una persona”, sino de un plan de gobierno sólido.

Es el mismo punto que había destacado Máximo Kirchner el sábado, durante el plenario de la militancia en la ciudad de Buenos Aires: la necesidad de contar con un plan de gobierno antes que un liderazgo individual.

El líder de La Cámpora llamó al Frente de Todos a acordar un “plan de gobierno de 10 o 15 puntos” entre todas las fuerzas políticas de la coalición. La vicepresidenta volvió en La Plata sobre esa idea.

Ante un grito de la tribuna, que pidió -por enésima vez- que sea candidata a presidenta este año, Cristina reaccionó: “No, no se trata de una persona, es necesario volver a construir programas de gobierno, es necesario que nada vuelva a depender de una persona”.

Ya lo había adelantado más temprano, cuando apareció en el escenario y la recibieron con ese mismo cántico. “Tranquilos, no se hagan los rulos, ya se los dije muchas veces”, insistió.

La vicepresidenta volvió a traer en este discurso el intento de magnicidio, y lo vinculó una vez más con sectores empresariales. “No quieren investigar a los que me quisieron matar y que tienen evidentes compromisos con sectores empresarios de la República Argentina”, dijo.

“¿Miedo tengo saben por qué? Porque mis nietos puedan crecer en un país tan injusto. Yo ya viví y ya di lo que tenía que dar. Temo por los jóvenes, porque hay demasiada cobardía e hipocresía”, finalizó.

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Macri: “Teníamos todo para crecer; 20 años desperdiciados”

A pocos minutos del acto de Cristina Kirchner, por los 20 años del triunfo de Néstor Kirchner en las elecciones de 2003, Mauricio Macri publicó una columna en la que asegura que fueron “20 años de oportunidades desaprovechadas”.

Foto: Archivo

El texto, compartido en las redes sociales del exmandatario, arranca con una frase lapidaria: “En abril de 2003 los argentinos tuvimos una oportunidad enorme. Pero la desperdiciamos”. “Habíamos logrado salir de la peor crisis de nuestra historia y empezábamos, después de mucho dolor, a recuperarnos. Era un país empobrecido y sacudido, pero también con baja inflación, un tipo de cambio razonable, las cuentas públicas en orden (¡con superávit!), energía abundante e infraestructura reciente”, siguió su análisis. Macri agregó: “Además, la ciudadanía estaba reclamando una renovación de la cultura política. Después del ‘que se vayan todos’, les estaba pidiendo a los políticos más honestidad, más transparencia y una intención más clara de trabajar para solucionarle los problemas”.

“Teníamos todo para crecer sin los vicios que nos habían perseguido durante décadas. Nos había costado más sufrimiento del necesario, pero finalmente parecíamos listos para crecer, con una democracia y una economía fuertes y sólidas”, analizó el líder de PRO, y agregó: “Sin embargo, el 27 de abril de 2003, Néstor Kirchner ganó las elecciones”. “El lado positivo de todo esto es que estos 20 años se están terminando. No habrá más años de kirchnerismo, más allá de lo que diga el resultado electoral. El dominio del kirchnerismo sobre el peronismo y sobre la política argentina se terminan en 2023. Y se abre una nueva oportunidad, parecida a la de 2003, para cambiar de régimen económico(...) Estoy seguro de que esta vez no la vamos a desaprovechar”, cierra el texto.