Chile celebra hoy las novenas elecciones presidenciales desde el fin de la dictadura (1973-1990) con la novedad del voto obligatorio para todo los mayores de 18 años, lo que hará que la participación se duplique respecto a los comicios anteriores y que el resultado se dirima, muy probablemente, en una segunda vuelta o balotaje el 14 de diciembre. Estas elecciones se celebran en un contexto donde el 24% de los chilenos se identifica con la derecha, su mayor histórico, según la encuesta del Centro de Estudio Públicos (CEP), un 36% con el centro y un 20% con la izquierda. Otra cifra que ha alcanzado su máximo es el respaldo a que, en algunas circunstancias, un régimen autoritario puede ser preferible (23%).
En este escenario, las derecha decidieron concurrir fragmentadas a las urnas, por lo que estas elecciones, de alguna manera, son vistas como las “primarias” del sector.
Es la primera vez desde el retorno a la democracia que hay dos candidatos de la derecha más conservadora muy competitivos. Hace unas semanas parecía claro que José Antonio Kast, de 59 años, pasaría a segunda vuelta, pero gran parte de los sondeos publicados antes de la veda muestran que el líder del partido Partido Republicano estaría perdiendo apoyos y que podría estar en riesgo su tercer intento por llegar a La Moneda.
El causante es el diputado Johannes Kaiser, representante de una derecha más radical en sus formas y dispuesto a dar la llamada “batalla cultural”, a quien algunas encuestas sitúan empatado con el 20% con Kast, su antiguo aliado y quien ha buscado mostrarse más moderado.
Los dos, en cualquier caso, prometen cerrar fronteras, aplicar mano dura contra la migración irregular y la delincuencia, bajar impuestos y reducir el tamaño del Estado.
Les sigue la exalcaldesa Evelyn Matthei, de la derecha tradicional, que fue durante meses la favorita pero se desinfló hasta el 14% en las encuestas.
En el otro extremo, como opción para suceder al presidente Gabriel Boric, está una de sus ministras, la comunista Jeannette Jara, que parte como favorita en las encuestas pero sin el apoyo necesario para ganar en primera vuelta.
Jara, abogada y administradora de 51 años, lidera las encuestas con un promedio del 28,5% en intención de voto, lo que está lejos de la mayoría necesaria para hacerse con la Presidencia este domingo y obligaría a celebrar un balotaje el 14 de diciembre. Las encuestas también muestran que la exministra de Boric tiene escasas posibilidades de llegar a La Moneda si las tres derechas se unen en el balotaje.
Las claves de una jornada electoral histórica
Cerca de la mitad de los electores votarán en la región metropolitana de Santiago de Chile, donde viven más de siete millones de habitantes, en torno al 40% de la población de Chile. Cerca de 130.000 chilenos tendrán derecho a votar en el extranjero. Además, en las elecciones de hoy también se elegirán diputados en dieciséis regiones (Arica y Parinacota, Antofagasta, Atacama, Metropolitana, O'Higgins, Maule, Ñuble, Biobío, La Araucanía, Aysén Magallanes, Tarapacá, Coquimbo, Valparaíso, Los Ríos, Los Lagos) y senadores en siete regiones del país (Arica y Parinacota, Valparaíso y Maule, Tarapacá, Atacama, La Araucanía y Aysén). Las mesas abrirán a las 8:00 hora local y cerrarán a las 18.00 hora local.
Jara fue elegida candidata única de la izquierda en primarias y se convirtió en la primera militante comunista en representar al sector en unas presidenciales, algo que muchos votantes ven como un obstáculo para llegar al poder.
De ganar, sin embargo, Jara ha asegurado que renunciará a su militancia para dar una señal de unidad y resaltar que detrás de ella está la coalición más amplia de la historia, que va desde los democristianos hasta el Partido Comunista.
Cambio de ciclo
El aumento de la delincuencia y la migración explican en gran parte el auge de la derecha, pero también un “cambio de ciclo” derivado de la desilusión por las promesas incumplidas tras las masivas protestas de 2019 a favor de mejoras en educación, salud y pensiones y un cambio constitucional.
A esto se suma el descontento por la gestión de Boric, que no puede presentarse a la reelección y dejará el poder en marzo con un índice de desaprobación cercano al 60%.
“La izquierda falló en su capacidad para dar una respuesta a la crisis de legitimidad y por tanto se invirtió el signo. El auge de esta ultraderecha tan radical surge como respuesta a la izquierda identitaria que emergió tras el estallido”, explicó a EFE el sociólogo Alberto Mayol, director de la encuesta La Cosa Nostra.
Para Octavio Avendaño, de la Universidad de Chile, “la derecha ha logrado con mucho éxito dominar la agenda e instalar como temas centrales de la campaña la seguridad, la migración y el crecimiento económico”. A diferencia de las presidenciales 2021, en las que Boric se impuso por amplio margen a Kast, “ya nadie está hablando de hacer cambios al modelo neoliberal”, agregó.
Legislativas
Además de las presidenciales, los chilenos tendrán parlamentarias para renovar por completo la Cámara de Diputados y parcialmente el Senado, un proceso paralelo a los comicios presidenciales y que definirá el equilibrio político de los próximos años.
Los 15,7 millones de electores que están llamados a la urnas deberán escoger a los 155 diputados que integrarán la Cámara Baja los próximos cuatro años y a 23 de los 50 senadores para un mandato de ocho.
Según datos del Servicio Electoral (Servel), compiten un total de 1.096 candidatos a diputados y 125 postulantes al Senado para las siete circunscripciones regionales que tienen que renovarse: las norteñas Arica y Parinacota, Tarapacá y Atacama; las centrales Valparaíso y Maule; y las sureñas La Araucanía y Aysén.
Tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado -dos de las instituciones con peor aprobación ciudadana del país- la mayoría de las encuestas publicadas antes de la veda pronostican un avance importante del conservadurismo e, incluso, un triunfo en ambas cámaras.
La gran incógnita es si las fuerzas de derecha alcanzarán los 4/7 necesarios en el Parlamento, algo que no ha ocurrido desde el retorno a la democracia y que les permitiría cambiar la Constitución y hacer reformas estructurales de calado.
Otra duda es qué derecha conseguirá mejores resultados: la lista de Chile Vamos, la coalición de partidos de la derecha tradicional, o la lista conformada por los de derecha más radical, el Partido Republicano y el Partido Nacional Libertario, defensores del régimen pinochetista y que buscan aumentar de forma significativa su escasa presencia parlamentaria.
Contrapesos
Las elecciones parlamentarias de 2021 arrojaron una altísima fragmentación y un equilibrio de fuerzas que, unido a la desobediencia partidista de gran número de diputados, le ha dejado muy poco margen de maniobra al Gobierno de Boric para sacar adelante sus principales promesas de campaña.
La izquierda y la centro-izquierda sacaron 74 diputados -la mayoría está en 78-, mientras que la derecha obtuvo 68 y otras fuerzas independientes o populista, 13. En el Senado, la derecha consiguió la mayoría.
“La conformación del próximo Congreso será clave porque uno de los desafíos pendientes es encarrilar el rumbo hacia la gobernabilidad”, apuntó a EFE Rodrigo Espinoza, de la Universidad Diego Portales.
El Parlamento que salga de las urnas hoy tendrá que convivir con el presidente elegido en el previsible balotaje del 14 de diciembre.
“De ganar ambas cámaras, sería el primero Gobierno sin contrapesos en los últimos 15 años”, declaró Avendaño.
Si el que llega al poder es Kast, Claudia Heiss, de la Universidad de Chile, teme que quiera “aplicar la aplanadora e imponer una visión extrema” de país, como pasó en el segundo proceso para redactar una nueva Constitución, liderado por su grupo, el Partido Republicano.
La lista de candidatos a parlamentarios abarca desde activistas como Gustavo Gatica, el joven que quedó ciego en las protestas de 2019 tras ser disparado por un policía, y familiares de presidenciables, como un hijo de Kast o una hermana de Kaiser.
También hay viejas caras de la política chilena y “celebrities”, como la “Tía Pikachu” que se hizo famosa en el estallido social por llevar un disfraz del personaje de Pokemón y participar como constituyente en el primer proceso para redactar una nueva carta magna.
Ambiente “crispado” y despliegue preventivo
Ir a votar en grupos, trasladarse en horarios con luminosidad y mayor tráfico en las rutas y encargar a los vecinos mirar sus predios y maquinarias, en el caso de quienes viven en sectores rurales, son algunas de las medidas preventivas que adoptarán hoy las víctimas de la violencia en la macrozona sur para trasladarse a los lugares de votación, debido a la reactivación de los atentados durante la última semana. Consultados por El Mercurio, hacen notar que, en años anteriores, los principales problemas han sido los cortes de ruta, que buscan impedir que los vecinos concurran a votar.
Ante eventuales obstáculos en el tránsito, por el derribamiento de árboles y barricadas incendiarias, exigen que el estado de emergencia opere y que se refuercen los patrullajes y los controles vehiculares. Al respecto, el secretario regional ministerial de Seguridad de La Araucanía, Israel Campusano, asegura que hay “un despliegue preventivo, en coordinación con Carabineros, la PDI, las Fuerzas Armadas y las municipalidades”.
Del mismo modo, Campusano destaca que “tenemos patrullajes en las rutas, en perímetros estratégicos y en todos los locales de votación, urbanos y rurales, para garantizar que el proceso electoral se desarrolle con normalidad” y llama a la ciudadanía a acudir “temprano” a votar. “El ambiente está crispado, pero en Ercilla uno siempre toma los resguardos, la seguridad es una preocupación de todos los días”, advierte el agricultor Héctor Urban, cuya familia ha sido frecuente blanco de ataques armados, pese a que su predio se ubica a metros de la Ruta 5 Sur. A la hora de las elecciones, dice que “pese a los riesgos, siempre votamos y por ningún motivo mi familia dejaría de hacerlo. Nos acompañamos entre todos y cumplimos juntos este deber y después nos quedamos atentos y a la espera de los resultados”. Urban comenta que tanto él como su familia y otros productores agrícolas también adoptan como medida de precaución turnarse para vigilar sus predios y la maquinaria que tienen en su interior. “Cuando tenemos que salir por un tiempo prolongado, siempre les encargamos a los vecinos que estén dando una miradita y, luego, nosotros hacemos lo mismo, para devolverles la mano”, relata.
“Lo ideal es nunca salir solos. Ojalá en grupos de dos a tres personas y en caravana de vehículos, de tal manera de que, en caso de sufrir ataques, alguno pueda dar aviso de la situación”, sostiene Alejo Apraiz, presidente de la Asociación de Víctimas de la Violencia Rural.
Con información de EFE, AFP y El Mercurio.