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La carne desapareció de los supermercados de Venezuela

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Escasez: góndolas de los supermercados casi vacías, una postal de la crisis en Venezuela. Foto: EFE

Crisis económica

El producto está regulado por el régimen; desde hace una semana que no abastecen a los comercios.

Cuando aún no se acallan las críticas por el banquete del presidente Nicolás Maduro en un exclusivo restaurante de Estambul, donde degustó jugosos filetes, la mayoría de los venezolanos cumple al menos una semana sin comprar carne, un alimento que desapareció de los comercios este mes cuando el régimen puso en marcha controles de precios.

EFE constató en carnicerías del este y oeste de Caracas que no hay venta de carne y quienes trabajan en esos lugares aseguran que el producto tiene al menos una semana sin llegar.

El mismo escenario se repite en los mercados municipales de varias ciudades y en los mercados populares en decenas de comunidades y que agrupan a vendedores de varios productos, pero donde la carne también dejó de formar parte de la oferta.

Maduro aseguró el martes que el fin de semana pasado arrancó el "plan especial de abastecimiento de carne" en todo el país, un hecho que no ha corregido la ausencia generalizada de este ítem.

"Doy la seguridad de que vamos a regularizar el respeto a los precios porque Venezuela tiene el rebaño suficiente para que el pueblo tenga la carne a precios acordados", indicó el líder chavista al recordar que la carne tiene un precio fijado por el Gobierno en 78 bolívares por kilo, 1,2 dólares según la tasa oficial de cambio.

En medio de la escasez generalizada que vive Venezuela desde hace años, la carne era un producto que se podía encontrar con relativa facilidad solo que a precios casi inalcanzables para alguien que gane el salario mínimo, ubicado actualmente en unos 30 dólares.

Por ello y por otras razones el régimen puso en marcha el 20 de agosto su plan financiero contra la crisis que incluye entre otros aspectos la devaluación de la moneda en 95,8%, el aumento de impuestos y los controles de precios, una medida que estimuló la escasez.

Algunos empresarios han denunciado que los llamados precios acordados no son tal cosa sino que fueron impuestos por el Ejecutivo sin considerar las inversiones que debe hacer cada sector ni las ganancias, lo que ha desmotivado aún más a los productores y enriquecido la reventa y la especulación.

El diario El Nacional de Caracas informó ayer miércoles del comienzo de un plan piloto en los ocho estados de mayor producción ganadera que consistirá en que el Ejecutivo será el único comprador de reses y pagará 65 bolívares (cerca de 1 dólar) por cada animal. El presidente de la Asociación de Ganaderos del estado Táchira, Leonardo Figueroa, declaró al rotativo que el Gobierno les pagará las reses a un precio muy bajo "lo que llevará a la quiebra" del sector.

Protestas.

En tanto, cientos de trabajadores protestaron ayer miércoles en Caracas y otras ciudades de Venezuela contra las medidas económicas de Maduro, principalmente por la unificación salarial de facto que afecta a millones de empleados en medio de la crisis.

"El gobierno unilateralmente tomó la decisión de eliminarnos cláusulas históricas de la contratación colectiva de los trabajadores", dijo el presidente de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), Pablo Zambrano, en el marco de una manifestación en Caracas.

Indicó que el Ejecutivo eliminó beneficios a los trabajadores como las primas por concepto de transporte, útiles escolares, protección a la fami- lia, entre otras, y redujo otras como la prima por antigüedad y por hijos.

Además, según Zambrano la llamada revolución bolivariana desmejoró el tabulador de salarios de los obreros y la escala de sueldos para empleados y profesionales, todo esto en medio de la hiperinflación que vive el país petrolero y cuyo indicador cerrará el año en 1.000.000% según proyecciones del Fondo Monetario Internacional.

"El Gobierno señala que es porque el aumento fue muy alto", prosiguió el sindicalistas en alusión al incremento del salario mínimo legal que Maduro multiplicó por 35 el mes pasado y ubicó en 30 dólares mensuales. Pero, explicó Zambrano, las políticas económicas aplicadas en el último quinquenio destruyeron el poder adquisitivo de los trabajadores que pasaron de percibir 200 dólares mensuales en 2013 a no poder cubrir ni una décima parte de la canasta básica alimentaria en la actualidad.

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