Redacción El País
David Kozák, el universitario checo de 24 años que el jueves mató a 14 personas e hirió a otras 25 en Praga, antes de suicidarse, no tenía antecedentes policiales, pero había anunciado una matanza en redes sociales y estaba siendo buscado por la Policía como sospechoso de un doble homicidio hace una semana y otro el miércoles.
Kozák, estudiante de Historia en la Universidad Carolina de Praga, entró e jueves en el edificio de la Facultad de Filosofía de ese centro y disparó indiscriminadamente causando una matanza, antes de subir al techo y disparar contra los transeúntes. Hirió a un matrimonio de Emiratos Árabes y a un ciudadano neerlandés.
Asediado por la Policía, el agresor se suicidó de un disparo en la cabeza.
Las autoridades ya estaban tras la pista de Kozák como sospechoso de la muerte de un hombre de 32 años y de su hija de dos meses, cuyos cadáveres fueron encontrados en un bosque cerca de Praga el pasado 15 de diciembre, tal y como confirmó ayer el jefe de la Policía Criminal de Praga, Aleš Strach, informa Radio Praga.
Kozák tenía registradas ocho armas, dos de ellas largas, y no tenía antecedentes penales. Además, tenía licencia para ocho, dos de las cuales eran largas, y una con mirilla telescópica, que se cree que fue la que utilizó en el ataque de ayer.
El Parlamento checo está tramitando una reforma legal para facultar a la Policía a confiscar las armas a personas sospechosas de posturas radicales y que obliga a los vendedores a suministrar información sobre compras atípicas, por su volumen o por sospechas sobre los clientes.
El número de armas de fuego registradas en República Checa ha subido un 85 % en los últimos años, y actualmente hay casi un millón, una por cada diez habitantes.
“Estábamos a pocos días de evitar este trágico suceso que ocurrió ayer”, reconoció Strach. Además, las fuerzas de seguridad estaban buscando a Kozák como supuesto autor de la muerte de un hombre, que se cree es su propio padre, hallado el miércoles en la localidad de Hostoun, a 35 kilómetros al oeste de Praga. Según consignó El País de Madrid, compañeros del atacante lo han descrito como una persona reservada, muy interesado en las armas. “Un chico callado e introvertido. No se divertía mucho con nosotros”, declaró a un portal checo una compañera de clase del joven, que había concluido con éxito el ciclo de bachillerato en Historia.
Kozák escribía en cirílico en la red social Telegram, donde creó un perfil el 9 de diciembre y desde donde llegó a lanzar amenazas e incluso dijo que cometería un suicidio, algo que la policía ha confirmado.
Entre las pocas pinceladas que se han publicado sobre él han señalado que tenía problemas psicológicos. La policía ha pedido a los medios no darle publicidad.
El expresidente checo, Václav Klaus, compartió así sus impresiones sobre el suceso: “Lo veo como un trágico deambular de la mente patológica de un joven incapaz de comprender el confuso mundo actual y a sí mismo en él, e inspirado por siniestros patrones de crímenes similares en el extranjero”. La policía había recibido el jueves por la tarde el aviso de una amiga del joven a la que le había escrito un mensaje diciendo que tenía intención de suicidarse y no le respondía a las llamadas, consignó el mismo medio ayer.
Después de acudir a su domicilio y encontrar el cuerpo de su padre, se dirigieron a Praga, a donde el joven había acudido en transporte público. La policía se dirigió a una dirección donde Kozák se suponía que tenía clase a las 14.00, pero el asaltante fue en su lugar a la facultad de la plaza de Jan Palach. Las autoridades insisten en que llegaron pocos minutos después de recibir los primeros avisos.
También se supo que el tirador tenía aún más munición. “Por la cantidad de munición encontrada, podría haber sido una tragedia mayúscula si no hubiéramos puesto presión en el agresor”, aseguró ayer ante la prensa Petr Matejicek, jefe de la Policía de Praga.
Víctimas
El servicio forense de la Policía checa ha identificado ya a trece de las catorce víctimas del ataque, informó la emisora pública “Cesky Rozhlas”. Entre las víctimas hay tres ciudadanos extranjeros, cuya nacionalidad no ha sido desvelada, pero sí que han sido informadas las embajadas respectivas.
En los medios locales empiezan a emerger relatos de los testigos y supervivientes. Como el de una estudiante, que formó parte del grupo que trató de refugiarse en la cornisa del edificio de la facultad. Según contó a la Radio checa y recoge Novinky, esta joven se encontraba en clase cuando oyeron unos disparos. “Pensamos que era alguien haciendo el tonto en el pasillo, y entonces un disparo atravesó la puerta. Nos escondimos bajo las mesas como pudimos”, narró.
Según su relato, el atacante volvió enseguida y empezó a tirar abajo la puerta. Los estudiantes huyeron por la ventana. “Estábamos en el cuarto piso, así que corrimos por el tejado y nos arrastramos por la cornisa, doblando una esquina. Había una terraza debajo de nosotros”, siguió. Allí estuvieron un buen rato agazapados hasta que alguien dijo que el asaltante había salido también por la ventana. Entonces saltaron a la terraza que había en el tercero, rompieron la ventana, entraron al edificio y salieron corriendo escaleras abajo. A la mayoría, esa huida les supuso magulladuras y alguna fractura. “Pero alguien se cayó desde la cornisa a la calle”, según detalla la joven.
El Gobierno ha decretado hoy sábado como “día de luto nacional”, en el que sonarán las sirenas a las 12 del mediodía, cuando se pedirá un minuto de silencio. El Ministerio del Interior ha avanzado que las medidas preventivas en la universidad, lo que implica la presencia de agentes de seguridad con armas largas, seguirán en vigor hasta el 1 de enero. (Con información de EFE, AFP y El País de Madrid)