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Aumenta la presión para aclarar qué le pasó al líder opositor ruso, Alexéi Navalny

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La esposa de Navalny, Yulia Navalnaya, que le envió una carta al presidente Vladimir Putin pidiendo que autorizara el traslado del líder opositor a Alemania. Foto: AFP

RUSIA

Alemania, la Unión Europea y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos HUmanos reclamaron una investigación rápida e independiente.

Rusia finalmente accedió a que el líder opositor Alexéi Navalny sea trasladado a Alemania para su recuperación, pero esta decisión no acalló las sospechas sobre el posible envenenamiento y las demandas de que se investigue a fondo qué pasó.

Así lo dejó claro ayer viernes el gobierno alemán, que exigió un esclarecimiento “completo y transparente” de lo que llevó a Navalny a ser internado en un hospital de Siberia en estado grave.

El portavoz del Ejecutivo alemán Steffen Seibert, subrayó que la primera prioridad es “poder salvarle la vida” a Navalny, y la otra cuestión es que “hay evidentemente una gravesospecha de envenenamiento que debe ser esclarecida de manera completa y transparente”.

Agregó que el Gobierno alemán “observa detenidamente” el trato que reciben no sólo Navalny, sino otros representantes de la oposición, la sociedad civil y la prensa en Rusia.

En ese sentido, subrayó que el caso de la organización no gubernamental liderada por Navalny “es sólo un ejemplo del trato muy problemático que se dispensa a los disidentes en Rusia”.

La principal cuestión ahora no es evaluar “acciones o posturas políticas concretas” de Navalny, sino que “un importante político de la oposición ha sido ingresado en un hospital con la sospecha de envenenamiento” -que desde aquí no se pueden evaluar, puntualizo- y que hay que hacerle llegar toda la ayuda médica posible.

La Unión Europea (UE) también pidió una investigación “rápida, independiente y transparente”, y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos insistió en que el opositor “reciba todos los cuidados adecuados”.

Traslado a Alemania.

Médicos rusos dijeron ayer viernes que Navalny podrá ser trasladado a Alemania para recibir atención, luego de que sus partidarios acusaran a las autoridades de Moscú de tratar de impedir su salida de forma deliberada.

Los médicos alemanes llegaron a Omsk en un avión proporcionado por la oenegé alemana Cinema for Peace.

Navalny se encuentra en estado grave después de tomar el jueves por la mañana una taza de té que se sospecha estaba envenenada.

Los médicos alemanes volaron a Rusia para trasladar a Navalny, de 44 años, a pedido de su esposa y sus seguidores, quienes dijeron que temían que las autoridades pudieran tratar de ocultar pistas sobre cómo se enfermó, y sostuvieron que el hospital que lo trataba estaba mal equipado.

Partidarios de Navalny manifestando frente al hospital donde lo internaron reclamando su traslado. Foto: AFP
Partidarios de Navalny manifestando frente al hospital donde lo internaron reclamando su traslado. Foto: AFP

Los médicos que lo están tratando en Omsk, Siberia, habían dicho horas antes que su estado había mejorado un poco pero que su vida seguía en peligro, por lo que no estaba en condiciones de ser trasladado desde el hospital en el que está internado.

Pero ayer viernes por la noche sostuvieron que no se opondrían al traslado, después de que los médicos alemanes accedieran a Navalny y dijeran que pensaban que estaba en condiciones de viajar.

La decisión se tomó después de que la esposa de Navalny enviara una carta al Kremlin pidiendo que interviniera. “Hago un llamado oficial a usted (Vladimir Putin) para exigirle que permita el transporte” de Navalny a Alemania, sostiene la misiva de Yulia Navalnaya publicada en redes sociales.

El entorno del líder opositor habían apelado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos para lograr que las autoridades rusas autoricen su traslado a Alemania. El alto tribunal dictaminó que la familia y los médicos que ella elija tienen derecho a visitar a Navalny.

Por su parte Alexander Murakhovsky, médico jefe del hospital, había informado más temprano el viernes que a Navalny se le había diagnosticado una enfermedad metabólica que podría haber sido causada por un nivel bajo de azúcar en sangre. Agregó que se hallaron restos de sustancias químicas industriales en los dedos y la ropa del líder opositor.

El nombre que no se pronuncia
El opositor a Putin Alexei Navalny saliendo de una estación de  policía de Moscú. Foto: AFP

El líder opositor ruso Alexéi Navalny es desde hace una década el enemigo número uno del presidente Vladímir Putin, que nunca ha querido pronunciar su nombre. La campaña “Rusia sin Putin”, el lema de las multitudinarias protestas antigubernamentales, es su mayor logro.

Navalny reunió en torno a esa idea a toda la oposición al Kremlin, a muchos descontentos con Putin y a una gran mayoría de jóvenes nacidos después de la caída de la Unión Soviética (1991).

Desde un principio, Putin hizo todo lo posible para que quedara claro que no lo veía como un rival, no digamos ya como alternativa, pero los procesos judiciales abiertos contra el opositor dicen lo contrario. La animadversión de Putin nace de las numerosas ocasiones en las que Navalny sacó a la luz denuncias de corrupción contra miembros de “el partido de los ladrones y sinvergüenzas”, como llama Navalny a Rusia Unida, el partido de Putin.

En estos años lideró las mayores protestas desde la caída de la Unión Soviética, pasó varias veces por la cárcel y enfrentó inhabilitaciones para presentarse en elecciones.

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